CAP. 17 CUIDADOS

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desperté aun dolorido, escuchaba como lentamente las gotas de suero sonaban para darse paso entre mis venas, sentía un cuerpo pesado sosteniendo mi brazo y un olor peculiar; flores, pero era un olor débil.

abrí lentamente los ojos y me encontré con una Lucy presa del sueño por noches de insomnio cuidándome, esa escena me dio ternura y comprendí por primera vez cuan importante era para ella, una aguda punzada me indico que lo sucedido no fue un mero sueño y clara evidencia eran las vendas colocadas en el lugar.

acaricie sus cabellos y termine tomando entre mis manos uno de sus mechones, su leve respiración me indico lo frágil que ella podía ser, acaricie despacio las fracciones de su rostro y ella reacciono con un leve movimiento sonriendo.

-¡oh dios!, es imposible no querer darle un beso cada vez que sonríe. - me dije para mis adentros y me di cuenta que sonreía ante su inocente y bello rostro dormido.

la puerta se abrió y mi hermana había entrado con un ramo de flores nuevos, que soltó cuando me vio despierto.

- ¡Alex! - grito, ella estaba a punto de llorar, le indique con mi dedo que guardara silencio para que dejara dormir a Lucy, pero no sirvió de nada, porque ella despertó y al verme consciente no pudo aguantar las ganas de abrazarme, su abrazo fue demasiado fuerte, casi me quedo sin aire, pero estaba feliz de recibir aquel gesto de amor, me hacia falta su presencia, sentir que ella estaba cerca.

- Amor, hable con el doctor y viene... - Elliot vio la cara de llanto de su esposa y se alarmo, giro en dirección a donde se supone estaría yo y comprendió la situación, su silencio me decía lo grave de mi situación, abrazo a Elizabeth y luego se acerco a mi, ninguna de las dos mujeres presentes podía hablar, por lo que él tuvo que hacerlo.

- nos asustaste Alex, pensamos que no ibas a despertar, el doctor dijo que tu herida era muy grave, hermano, quien en su sano juicio creería que ese loco te atacaría así, fuiste la sensación en las noticias y están esperando a que te recuperes para ser testigo en la corte.

- ¿de que? - pregunte perdido.

- lo están acusando de intento de homicidio.

esas palabras fueron un balde frió en la cabeza, si sabia que las cosas terminarían así hubiera preferido no haber hecho nada y dejar que el se haga fama con el libro que robo.

- lo siento, si yo no hubiera estado allí esas cosas no hubieran pasado... - dijo Lucy entre lagrimas.

- " no hay hombre mas valiente que por amor se vuelva un héroe para proteger a quien ama"

todos quedamos en silencio, el doctor había entrado en la habitación citando una frase tan cierta, tenia miedo, miedo de que me pasase algo, pero mas miedo de que me quitaran lo verdaderamente importante, Ella.

- es bueno saber que has despertado Alex, nos tenias preocupados, estuviste inconsciente por dos semanas, perdiste mucha sangre y la herida fue en un órgano importante que por suerte pudimos recuperar, podrás volver a casa, pero necesitas que alguien te cuide las 24 horas.

- ¿ porque necesito tantos cuidados? - le dije molesto.

- porque un solo golpe en la herida podía causarte dolor, no puedes moverte mucho porque te cansaras rápido y necesitas que alguien te ayude a bañar, solo no podrás, porque las probabilidades de infección son altas, hay cosas que no podrás comer y tomar durante un tiempo, por lo que necesito el nombre del responsable para llenar los papeles y darle recomendaciones.

- yo lo haré - dijeron Elizabeth y Lucy y ambas se miraron.

- lo siento Elizabeth pero creo que yo debería cuidarlo, tu debes de tener miles de preocupaciones que no son buenas para tu salud, sobre todo porque ahora cargas con la vida de alguien mas.

Elizabeth quería seguir discutiendo, pero Elliot la detuvo, y le hizo entender que Lucy estaba en lo correcto, después de todo ella no había dormido lo suficiente y eso le estaba afectando.

- ¿Que fue eso de cargar con la vida de alguien mas? - le pregunte a Lucy mientras Elizabeth estaba molesta con Elliot por no apoyarla.

- secreto - me dijo ella con una sonrisa cómplice, el cual me divirtió de sobremanera, incluso hay cosas que ella no puede decirme.

- bueno señorita Lucy, ya que usted se ara cargo de él venga por aquí por favor.

cuando ella salio del cuarto y Elliot se había arreglado con mi hermana, me hablaron.

- menuda mujer te has encontrado Alex

- lo se, y estoy feliz de aquello.

-no se separo de ti, ni un momento.

- ¿que paso con papá? - pregunte algo curioso por no verlo allí.

-le dije que se quedara en casa a descansar, no sabes cuan preocupado estaba, tanto que no pego un ojo ayer, por suerte tiene a Sara que lo cuida como a un niño. - los tres reímos.

- gracias Isa - le dije tomando su mano y ella termino emocionándose de nuevo.

¿es que las mujeres hoy en día son tan sensibles?, oh es que verme en ese estado realmente le afecto, quien sabe.

- Alex, creo que es hora de que te dejemos descansar, después de todo estas en buenas manos - me dijo guiñando un ojo.

- idiota - pensé.

Lucy entro a la habitación minutos después, con unos papeles que supongo eran las medicinas que debía tomar y empezó a acomodar las cosas cuando alguien entro e interrumpió el silencio.

- ¡Alex, al fin despiertas maldito egoísta, como te atreves a relajarte y caer inconsciente por dos semanas, sabes cuan retrasados estamos con el manuscrito! - sabia que esto se avecinaba, mi antigua editora Kate hizo acto de presencia para exigir que me ponga a trabajar de inmediato.

Lucy quedo sorprendida al verla allí y mas con esa actitud, reí internamente, después de todo Kate no era tan linda como ella creía, a decir verdad era un demonio en persona, por eso yo no la podía ver como mujer, porque si era así como editora su vida debe ser demasiado organizada, algo que a mi no me gusta.

- ahora conoces a la verdadera Kate - le dije a Lucy.

- ¿a que te refieres con verdadera? - dijo molesta.

- veras Lucy no estaba segura de ti, porque pensó que yo te miraba de una manera no adecuada y...

- ¿y por eso pediste un cambio de editor?, que tan idiota puedes ser, por eso es que dejaste que te robaran el manuscrito, si hubiera sido yo eso no pasaba.

- lo siento fue mi culpa - dijo Lucy quien escuchaba toda la conversación y nos hizo sentir culpables.

- no es tu culpa dulzura, por cierto tus fanáticas dejaron regalos en la editorial y te los deje en tu casa, si no saben con que irse los puedo llevar.

- nos serviría de mucho.

los tres subimos a su auto y en menos de media hora ya estaba recostado en mi propio cuarto siendo cuidado por Lucy.





EL ESCRITOR QUE SE ENAMORO POR SEGUNDA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora