Capitulo 12: "Monstruos Aterradores"

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Las chicas continuaban corriendo, esperaban no ser alcanzadas, a pesar de no ser en realidad perseguidas por alguien actualmente, y después de un rato dejaron de correr - ¿Dónde...estamos? – pregunto Amalia – estamos en las orillas del distrito uno, tenemos que ir al distrito dos, conozco a la reina, nos dará asilo un tiempo – contesto Bliss - ¿Estas segura? – pregunto Lucy – claro, es una chica muy calmada, realmente solo le interesa leer.

Se veía duda en la cara de Gaia, Lucy y Amalia, pero realmente no tenían otro lugar a donde ir por ahora, todas la siguieron, y de pronto de andar caminando entre calles y edificios, comenzaron a caminar entre libreros, algunos muy altos y otros muy bajos.

Aquí hay que guardar silencio, y traten de no tocar nada, ya estamos en el distrito dos, mejor conocido como:

"Camino de desolación"

También por eso es mejor que estemos juntas, no se separen o el ambiente las consumirá – dijo Bliss mientras trataba de tomar la mano de Lucy, pero esta es la quitaba cada vez que la alcanzaba, hasta que la tomo del hombro, Gaia tomo a Lucy de la mano y después a Amalia.

¿Por qué dices eso? – pregunto Gaia – Veo entonces que no han estado en este distrito, les explicare; es una gran biblioteca, donde hay mucho conocimiento, no se sabe exactamente cuántos libros hay, los más usados suelen estar en el centro del distrito, cerca de la Reina, aunque también hay algunos que publican, antiguamente también se solía experimentar aquí, pero no desde el cambio de Reina, ella solo se la vive leyendo y prestando sus libros, aunque es muy estricta con los tiempos de entrega – explico.

Eso no dice nada del tema de porque no hay que separarnos – dijo enojada Lucy – porque la magia de una antigua Reina era esa: "Camino de desolación", un laberinto que te consumirá en tus emociones más negativas, también este es el distrito con más Arcanos registrados, normalmente las bibliotecarias son las que los cazan; incluso hay una leyenda que dice que aquella Reina no murió, si no que se convirtió en una bruja y vive en alguna parte de este laberinto, por eso no se ha podido limpiar su magia.

Gaia comenzó a temblar al oír eso último, Lucy no lo sintió, pero Amalia si, podía ver esa inseguridad en ella.

Y la única forma de no ser afectada por el laberinto es ir acompañado – agrego - ¿Y no se puede saltar el laberinto? – pregunto Amalia – sí, pero es con mucha magia, ya sea para entrar directamente en el centro o incluso para poder pasar sobre estos viejos libreros, algunos son tan viejos como el mismo mundo mágico – contesto.

Las chicas seguían agarradas de la mano no querían soltarse, y solo seguían a Bliss, pero una presencia imponente comenzó a acercarse, y a lo lejos se podían escuchar gruñidos, una bestia acechaba, todas la oían, cada vez más cerca.

Bliss hizo una señal de que se pegaran en los libreros, todas la acataron, y entonces se escuchaba al otro lado, incluso entre los libros se podía sentir su respiración, Amalia vio un pequeño hueco entre los libros y se asomó, vio una especie de tigre gigante, era morado y tenía las típicas grietas moradas de un arcano; eso era un ascendido, no cabía la menor duda.

Gaia miro alrededor y decidió que lo mejor sería escalar, hizo unas señales y comenzó a hacerlo – Gaia baja, al subir uno gasta más energía, por eso es mejor ir por tierra – dijo Bliss tratando de no gritar y no alertar al tigre – prefiero terminar fatigada de andar por acá, que jugar al gato y al ratón.

Lucy también se soltó y comenzó a escalar el librero, Amalia las siguió, Bliss no quería, pero se vio obligada a hacerlo.

Al escalar empezaron a sentir más fatiga, era algo como el tema de la presión atmosférica, aunque Amalia no lo sentía, ella seguía normal, incluso ya se estaba acercando a la punta cuando, por un descuido dejaron caer un libro, era un diccionario antiguo muy grande y pesado, el cual retumbo por todo el distrito al caer, y entonces unos fuertes rugidos se escucharon.

Las chicas comenzaron a escalar, pero notaron que el librero era escalado del otro lado por el tigre, le cual las encontró, e incluso se podía ver a lo lejos luces moradas y ascendidos asomándose entre los libreros, había uno parecido a una serpiente gigante, un oso, hasta un mono.

Se apresuraron a subir, Amalia les ayudo al final y comenzaron a saltar entre los libreros, aunque estos se veían siendo derribados por los arcanos, por lo cual comenzaron a saltar lo más rápido que podía, Amalia tuvo que subir a la espalda de Gaia.

Hasta que en un momento mientras andaban sobre un librero bastante largo y alto, este fue golpeado por el dragón y todas saltaron a lados distintos, Gaia seguía teniendo a Amalia en su espalda, hasta que vio al tigre saltar para alcanzarlas, era inevitable, así que tomo a Amalia y la lanzo lo más lejos que pudo apuntando al centro del distrito.

Al ver el piso sintió que todo se acababa, ella no podría resistir tal impacto, pero entonces sintió que algo en ella se activó y al caer no sintió un fuerte golpe, además sentía algo diferente su cuerpo, era más ligero, incluso se sentía de una forma más fuerte.

Era hora de probar si acaso su magia se había activado de cierta manera, pues a lo lejos se escuchaba el sisear de la serpiente que los perseguía, ella no estaba segura de poder hacer algo, pero tendría que probarse a sí misma que servía para algo, así que comenzó a buscar la fuente del siseo.

Después de unos cuantos libreros la encontró, antes de lanzarse de cabeza pensó que igual podría lanzar pequeños disparos de energía como ese chico de esa serie de anime viejita que había visto hace mucho así que puso sus dedos en una posición como de pistola y se asomó hacia el lugar donde estaba la serpiente, al comprobar que ahí estaba se paró enfrente de ella.

Recuerda, imagina que haces que todo fluya ahí – pensaba, cerro los ojos y se imaginó como toda su energía se movía ahí, de repente vio un destello y si vio que había algo en la punta de su dedo, este seguía creciendo, y cuando alcanzo un tamaño considerable lo disparo antes de que la serpiente pudiera cerrar la mandíbula para comérsela.

El disparo atravesó a la serpiente, destrozándola totalmente, se sintió feliz de aquella victoria, al fin sentía que podía ser útil al equipo, o más bien, por primera vez en su vida, se sentía útil, incluso trato de recuperarse, imaginándolo, y así fue, sentía como recuperaba sus fuerzas, sentía tanta emoción que quería írselo a contar a sus amigas, así que comenzó a correr y a buscarla.

Pero entonces sintió una presencia familiar, una presencia que la aterraba, mientras corría logro ver a lo lejos una luz sobre una mesa, y al acercarse, se vio a sí misma, se vio así misma y a si madre.

Amalia MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora