Amalia sabía que esto no era real, era falso de alguna manera, pero...ella ansiaba que fuera real, lo deseaba, no quería odiar a su mama, fue quien le dio la vida, pero no podía olvidar todo eso que le dijo alguna vez.
"Un nueve, tenías que sacar diez"
"¿Quieres ese micro hornito por tus buenas calificaciones? Sacar buenas calificaciones es tu responsabilidad"
"¿Qué? ¿Vas a dejar de estudiar para trabajar? Preferiría que entonces te fueras de mi casa si es así, porque no me interesa nada el dinero de una inútil como tú"
Realmente lo que más quería de su mamá era un abrazo cálido, quería ver más a fondo a su hermana, quería que finalmente fueran de verdad una familia, pero...no dejaba de recordar esas palabras, sabía que esto era una ilusión, que no era real, que era una ilusión, pero ella quería que fuera real.
Entonces se acordó de Gaia, de Lucy, de Bliss, Zoé y León, sabía que de cierta manera eran su familia, así que soltó del abrazo a su mamá y a su hermana – esto no es real – dijo, corrió hacia la puerta y la abrió, volteo antes de salir y podía ver las caras destrozadas de su madre, de su hermana, eso le partió el corazón, pero lo que más le partía el corazón, era saber que no era real, sabía que eran una ilusión, que ella podría volver a casa y esto, no sería lo que pasaría.
Sabía que estaba en la ilusión atrapada, pero a diferencia de antes que parecía buscar hundirla en el más grande abismo para que la niebla pudiera sacar más rápido el poder mágico gracias a la oscuridad que comenzaba a consumir a la persona, pero ahora notaba que buscaba encerrarla.
Finalmente, cayo, bueno, por ahora no poder comérmela así, y muerta no me sirve mucho – decía Miranda, la cual podía ver a Amalia atrapada en el trance – esta niebla conservadora ayuda algo, pero yo ya tengo hambre – dijo mientras la cubría en una especie de capullo con su niebla
Al salir pudo ver la ciudad, tal como era, salió corriendo por la calle y entonces choco con alguien, alguien familiar – ¿Amalia?
Era un chico apuesto, cabello largo que casi cubría sus ojos, una gran nariz, una sonrisa fabulosa, y unos ojos color café – ¿Jack?
Ese era el nombre del último novio de Amalia, aquel que la engaño con una de sus amigas – tu mamá me dijo que te habías perdido, me alegro de verte – dijo. Aunque Amalia aun podía recordar las últimas palabras que le dijo.
"Esto no funcionara, siento que el que planea todo soy yo, no te noto proactiva, y apenas si te noto en las citas"
Perdón, pero estoy ocupada – dijo y salió corriendo, Jack trato de agarrarla del brazo, pero Amalia se concia esa jugada de él, y con un simple movimiento de manos, evito ser tomada por él. Recordaba que en el borde del abismo y a punto de saltar, de tener la cuerda en el cuello, de tener las afiladas garras del oscuro abismo en las venas listas para desgarrarlas, él la saco de ahí, pero, así como la saco de ahí, estuvo a punto de sumirla de regreso.
Amalia corría, parecía que de verdad era un mundo ideal, pero el recordaba el horrible mundo en el que vivía, el cual quisa seria lo mejor abandonarlo, pero sabría que ese mundo es real, y que este es una fantasía, era falso, no era real, además algo que estaba en la realidad y aquí no, eran sus amigas.
Estamos cerca ya – dijo Zoé desplegando el mapa – bueno este es el plan, Zoé, te quedas con tu hermano, es peso muerto por ahora – dijo Gaia – yo también quiero pelear – contesto Zoé – tienes que quedarte con tu hermano, protégelo – dijo Gaia – está bien – contesto Zoé y paro dejando recostado a León en una pared.
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Amalia Mágica
FantasíaAmalia, una chica normal que un día es atacada por una bestia rara, es salva por una chica mágica y entonces descubre que la magia existe en su mundo, y esto cambiara su vida