¿Qué hice para que reprobaras ese examen? – dijo su madre – ma', pero si tu viste que estuve estudiando y estudiando, y... - pues en estos resultados no se notan, ay dios ¿Qué hice para que me hicieras esto? – dijo – claro lo recuerdo, siempre fui mala para mi mamá, nunca cumplí sus expectativas.
Recuerdo que, aunque tenía buenas notas nunca fueron suficiente para ella – un nueve, tenías que sacar diez – nunca estaba satisfecha, nunca recibí ni siquiera un aliento un "creo en ti" - ¿Quieres ese micro hornito por tus buenas calificaciones? Sacar buenas calificaciones es tu responsabilidad – solo vivía con ella, mi padre nos había abandonado, sentía que tenía que cumplir sus expectativas o tal vez hasta me sacaría de la casa. Fue un miedo constante, además también estaba mi hermanita.
Recuerdo preguntarme como llego ella, quiero decir, la tuvo cuando mi papá ya nos había abandonado, claro al crecer entendí que se habrá metido con alguien mientras estaba en la escuela, a veces pensaba que la razón por la que la prefería a ella era porque recibía dinero cada mes, seguramente de él.
Trate de buscar un trabajo y también dar dinero a la casa, así tal vez se dejaría de emponzoñar conmigo - ¿Qué? ¿Vas a dejar de estudiar para trabajar? Preferiría que entonces te fueras de mi casa si es así, porque no me interesa nada el dinero de una inútil como tu – nunca entendí realmente porque solo me odiaba a mí, y el hecho de que mi hermana nunca me dirigiera la palabra por orden suya, nunca ayudo.
Siempre me sentí sola, mis amigas de la preparatoria se alejaron de mí, mi novio me engaño con una chica de su universidad, y los chicos que conocí en mi trabajo solo me querían para un rato...realmente siempre he sido una basura...un estorbo.
Del corazón de Amalia comenzaba a brotar oscuridad, esta buscaba consumirla, buscaba devorarla, aunque iba lento, era como si no pudiera devorarla muy bien. Amalia seguía caminando mientras esa oscuridad se expandía, no la sentía, ignoraba su presencia.
Debes tener una magia y más con esa cantidad de poder mágico, no puedo ni voltear a verte porque me deslumbras – recordó que le dijo la Reina Glitter – ni yo sé porque tengo tal cantidad de magia - con todo ese poder ¿Solo puedes hacer esto? – era lo que había dicho esa chica, tal vez si de verdad a pesar de tener mucho poder mágico no pueda... - su pensamiento se vio interrumpido, pues vio una piedra morada rodar, al tomarla noto que era la piedra arcana de la serpiente que acababa de matar.
La piedra absorbió la oscuridad que trataba de devorarla, e incluso más, parecía que ella poseía mucha oscuridad, pues otra vez genero otra gema oscura cuando esta paro de succionar esa oscuridad.
Al verla recordó cuando estaba con Gaia, recordó a Lucy, recordó como si ha ayudado un poco, a Gaia con la sirena, y recordó como ayudo a Lucy con la reina Glitter, así que decidió continuar su camino, ahora a buscar a sus amigas.
Ella ya había vencido la oscuridad, pero relativamente cerca de ella alguien se veía atormentada por ella.
El tigre no dejaba de atacar, pero Gaia mantenía su guardia alta, minimizando el daño que recibía, entonces cuando encontró un hueco entre los zarpazos del felino de piedra, le soltó un gancho que lo derribo y ella brinco a su pecho, y de un puñetazo atravesó el pecho del ascendido, sacando su piedra arcana, esta absorbió oscuridad de ella, realmente fue muy poco, por lo cual la piedra podría seguir absorbiendo más oscuridad, así que la guardo en su bolsillo y comenzó a caminar.
No podía ver a nadie cerca - ¡Amalia! ¡Lucy! ¡Bliss! – comenzó a gritar, pero nadie respondía, continúo caminando y gritando, buscando una respuesta, pero nadie venia, nadie respondía, estaba sola.
¡Gaia! – escucho y comenzó a correr en la dirección de donde venia la voz - ¡Gaia, ayúdame! – volvió a oír, pero no era la voz de Amalia, Lucy o Bliss, pero aun así le era familiar, la reconocía, pero era una voz que hace mucho que no escuchaba, probablemente era una voz que nunca pensó volver a oír.
Al asomarse al pasillo de al lado vio a una chica, chaparrita, con corte de Hongo y un pelo raro, pues era de color azul. Las chicas mágicas podían cambiar su apariencia de cierta manera con magia, algunas lo hacían, en especial para cosas más estéticas como el color del pelo.
Su apariencia le sonaba, era como un recuerdo que quería olvidar, alguien que sabía que se había ido y que no volvería, qué por esa misma razón, el seguir teniendo su recuerdo era doloroso, pero no podía soltarlo, al voltearse vio unos ojos azules, unos labios pequeños y una nariz también pequeña, no había duda era ella.
¡Gaia! ¿Qué me está pasando? – dijo – no... ¡No! ...esto no puede ser real – dijo – claro que lo es, fue algo que paso, fue algo real – escucho, pero lo raro es que era su propia voz lo que le dijo eso, volteo buscando ver que era aquello que le dijo eso, era su voz, pero no podría haber sido ella quien lo dijo.
Entonces cerca de la chica se vio a sí misma, a la ella de hace unos años, aun tenía el cabello largo, y usaba ropa más tierna que la ropa casual que utilizaba actualmente, veía en ella ese rostro de pánico, de terror, de miedo, de impotencia; la chica comenzó como a convertirse en piedra, siendo consumida por una profunda oscuridad, algo que también le estaba sucediendo a Gaia.
Se veía consumida en la desesperación al igual que a su versión joven, pero la piedra en su bolsillo comenzó a absorber la oscuridad.
En su mente había desbloqueado totalmente el recuerdo, era una sensación de miedo, pero incluso recuerda que escucho:
"Gaia no te dejes llevar por ese miedo, esa desesperación, tú no eres débil por ser piedra y no acero, la fortaleza no viene de eso, viene de tu corazón, y puede que tu seas dura como la piedra, pero tu corazón no lo es"
La piedra dejo de succionar la oscuridad y se convirtió en una piedra arcana, y ella dejo esa especie de trance, aquella ilusión desapareció y logro escuchar algo entre todos los libreros - ¡Gaia! ¡Lucy! ¡Bliss! – y esta vez conocía bien la voz, era la voz de Amalia, así que se levantó y fue corriendo al lugar donde lo escucho; llego a un gran pasillo y al fondo vio a Amalia.
¡Gaia! – dijo Amalia al verla a la distancia, Gaia comenzó a correr con toda su velocidad hacia Amalia, incluso Amalia dudo que fuera real por aquel mal rato que le hizo pasar el laberinto, así que comenzó a cargar su ataque, recién bautizado como: "shooting stars".
Gaia vio aquella luz cargando en sus dedos, Amalia no podría hacer eso, no controla su magia, probablemente era otra mala pasada del laberinto - ¡Like a stone! –grito endureciendo sus puños y lanzándose al ataque - ¡Shooting Stars! – grito, dejando de correr y apuntando a Gaia, disparando cuando la vio cerca.
En un movimiento rápido ambas esquivaron el ataque de la otra, quedando casi cara a cara una de la otra, pero percatándose de que eran reales, así que se dieron un fuerte abrazo.
Me alegro de que estes bien, y bueno...perdón por el ataque, pase un mal rato – dijo Gaia – no te preocupes, yo también pase algo así, y también perdón por atacarte – contesto – y que fue eso ¿Escuche que gritaste "shooting stars"?
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Amalia Mágica
FantasyAmalia, una chica normal que un día es atacada por una bestia rara, es salva por una chica mágica y entonces descubre que la magia existe en su mundo, y esto cambiara su vida