||CAPÍTULO 18||

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POLE

Sus manos se aferran a mi cintura y sus lágrimas empapan mi camisa haciendo que traspase a mi abdomen donde crece nuestro fruto de amor que tantos años nos ha costado en aceptar y ahora que está aquí soy la mujer más feliz pero la más triste, porque si el amor es una balanza, un día lo tienes todo pero al instante llegó lo más duro pero es aquí donde vamos a darnos cuenta que tan fuerte es aquel amor que profesas al ser amado que te abre las puertas de su alma.

Y era así como en mi mente miles de canciones o miles de historias se relatan mientras mis lágrimas bañaban mi cara no podía no sentir mientras nuevas cosas le sucedían a mi cuerpo no tenía el control de todo ello, estaba más sensible, más amorosa, pero mucho más dolida a los actos que el hombre a mis pies hizo. Que puedo hacer tampoco quiero dejarlo a la deriva, pero no es fácil olvidar aquel mal actuar y las mentiras que me cuestionaban por mi mal actuar por incluso mentirle a él.

Será tan fácil, para ti hacer todo para conseguir mi perdón, Será tan fácil llegar a mi corazón, ya lo tenía e incluso roto era suyo, Llenarme de ilusión. Sí, claro y conciso tenía todo de mi le era tan fácil que con solo mirarme la que iba estar a sus pies era yo.

— Es mejor que te vayas Jax solo estás haciendo que llore y el bebé está sintiendo todo. — victoria le habla, pero este niega pegándose más a mí. — Cuando estés sobrio pueden hablarlo si ella así lo quiere.

— No, no es mío, es mía. — besa mi barriga plana y le balbucea cosas al bebé que ni puede escuchar nada al tiempo que tengo. — Dile a mamá que me perdone, esa bruja no la quiero, es espantosa.

— Jax, en serio por favor deja al menos que se siente. — habla Christopher y solo puedo llorar — Victoria, no me mires así es la verdad mira todo no es justo ni para él.

— Es que eres un blandito Vélez. — rodea los ojos y se acerca a Jax — al menos siéntate en el mueble.

— No, no quiero separarme de ellas, no quiero. — arrugó las cejas — Lunita y mi ratoncita me necesitan y yo me quedo.

— Quien dijo que era una niña, ni siquiera tengo el tiempo para saberlo. — habló por primera vez y mi voz es un asco — me duelen las piernas de estar acá Jax.

Su cabeza sube a mis ojos y ese verde cristal que combina con las olas del mar se impregna en mi haciéndome suspirar. Dios ayúdame a respirar que me quiero desmayar aquí o mejor recíbeme, no mentiras mi bebé me necesita. Lo veo levantarse, pero se encorva para seguir abrazando mi cintura y no se despega del abdomen.

— Así camino al sofá — rodeo mis ojos — vamos.

No me deja ni hablar cuando me hace caminar o eso trato de hacer que la verdad pienso, ¿No le duele la espalda? caminar así no es bueno para la columna, pero de lo borracho ni el cabello le duele, trato de seguirle el paso y Christopher me guía sin que Jax se dé cuenta o empieza la batalla campal aquí en la sala. Me ayuda a sentar con cuidado y se suelta, pero es rápido en acostarse en mis piernas pone su cabeza y vuelve amarrar sus brazos en mi cintura, pero esta vez su cara es de alegría hablándole a nuestro bebé que no escucha, pero es un sentimiento tan hermoso que no puedo negárselo. Solo dejaré que lo disfrute mientras pueda o lo dejen en su familia.

— Hola bebé, mi niña, mi luna. — deja besos en ella — porque serás una niña sabes, mamá y yo siendo muy jóvenes... — bosteza y me hace reír, pero llorar — perdón papá está muy cansado, así decía que mamá siempre pedía una niña, pero yo le decía que no podía ser el papá por no sentirme suficiente. — sus ojos ahora se centran en los míos — pero tu mamá es muy sabia y dijo que era lo mejor de la vida y sería un privilegio que yo fuera. Ahora que estás acá tengo que decirle que el privilegio es para mí ser parte de sus vidas.

LA MAESTRA POLE - C.V #1  [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora