||CAPÍTULO 7||

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POLE.

Anoche fue una odisea para salir del club después del espectáculo que di me desmaye del totazo en el tubo por no concentrarme pero no paso a mayores, Christopher solo pedía perdón y nombraba una tal María que entro a mi lista negra con solo saber su nombre. Erick no dijo nada y me ayudó a sacar a Christopher ebrio para subirlo al auto, Richard nos llevó donde vivía Christopher que siendo sincera me asusté pero como pudimos lo dejamos en ese cuarto. Me fui porque creía que era lo mejor, luego me dejo en mi edificio donde llegué a dormir.

Empezaba otro día caminando de lado a lado descalza en mi apartamento, es lo único bueno aunque se siente solo sin Jax haciendo sus cosas o desfilando en bóxer, si mejor no pensemos eso o vamos a terminar como no queremos ahorita, me preocupa la situación de Christopher. Mis pensamientos se ven interrumpidos por unos golpes en mi puerta, pero si Jax tiene llave quien será. Cuando abro veo a Christopher y abro mis ojos.

— Hola, Richard me trajo. —asiento y le doy paso— gracias.

Observa todo a detalle y gira para verme de arriba abajo levantando una ceja, no entiendo tanta cosa así que me miro y abro mis ojos. Mierda, olvide la forma de dormir que tenía.

— Cierra la boca, no es la primera vez que... —tartamudeo— bueno acostúmbrate. ¿A que viniste?

Ríe. —¿No tienes frio? —niego— bien, ¿puedo sentarme?

—Sí. Lo siento, ¿quieres algo?

—Un café, sino es molestia.

—Bien.

Voy por el café a la cocina y con cuidado de no quemarme llego a la sala con la taza. Me recibe con una sonrisa pero mi curiosidad crece sin importante las fachas que tengo encima, ¿por qué estás acá Christopher Vélez?

— Quiero explicarte todo. —asiento— lamento, ponerme así anoche.

— No tienes que dar explicaciones. Solo puedo saber algo —asiente— ¿Quién es María?

Las iluminaciones doradas en su cabello brillan al sol que entra por la ventana, deja la taza de café en la mesita del frente y me observa soltando un suspiro creo que no debí preguntar eso. Bueno, la verdad si quiero saber no voy a inventar excusas estúpidas.

— Hace unos años estuve comprometido, por ella estuve en la cárcel, cada vez que la recuerdo me ahogo en alcohol y pierdo mis sentidos. —abro mis ojos— por eso te dije que ustedes las mujeres son la destrucción pero una necesidad también.

— Siento mucho que dieras con la mujer equivocada. —tomo su mano y sigue mirándome— te puedo decir que no soy la más santa pero tampoco la más mala. Si de algo sirve es que el alcohol no es la solución.

— Estuve un año en prisión por desfalco y lavado de activos. Te juro que no hice nada, probe mi inocencia en la cárcel contacte un detective privado que su apellido ahora desconozco, pero medio material. Me liberaron aunque ellos se fueron y desaparecieron lo perdí todo hasta mi reputación para empezar de cero.

No tienes que decirme lo que tu mirada me transmite, porque somos tan destructibles en esta vida, dañamos a quien no lo merece.

—Esa perra. —siseo con toda la rabia del mundo— Hay mujeres que no merecen tener el amor de alguien.

Me mira y hace una mueca juntando sus manos sobre sus rodillas.

— Se fue con mi mejor amigo muy cliché verdad —suelta un bufido— Así fue y desde entonces enamorarme del género femenino, no es lo mío. Hasta que llegaste tú

LA MAESTRA POLE - C.V #1  [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora