||CAPÍTULO 32||

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Es que como hablar del sentir podemos enamorarnos de muchas personas en esta vida, creo que es la función de cada ser humano, repartir experiencias pero también vivirlas. Solo que se ama una vez y crece con más intensidad cuando nace una personita de ese amor de dos, duele cuando te la quitan de tu lado para que viva en la eternidad. Me niego a entender que no el último que le amo, pero me niego a entender las razones de la vida, así que seguiré buscando hasta debajo de cada piedra. Voy en un auto mirando por la ventana como el mar se refleja contra el solo o viceversa pero es que aquel lugar era el favorito de ella.

— Señor llegamos. —me informa el chofer y solo asiento para bajarme del auto.

—No me esperes yo llego al hotel tarde, toma el día para disfrutar del lugar. — le informo y no espero respuesta.

Llego a la playa y retiro mis zapatos para sentir el calor de la arena bajo mis pies, miles de recuerdos vienen a mi mente mientras camino hacia el mar.

—Corre Jax siente la arena bajo tus pies.

La veo reír como su cabello se mueve con el viento pero más la sonrisa que me da, es preciosa en cualquier aspecto estaba llorando y la traje a la playa y aquí la ven sonriendo mientras lágrimas se pegan en sus mejillas, creo que es la función del sentir nunca se guardaba nada.

— Pole no trajiste ropa para nadar.

— Quien dijo que necesito ropa para nadar Jax. — me guiña el ojo y se quita la falda mientras corre.

Lo último que veo es un cuerpo desnudo saltando al mar en un perfecto clavado.

Siento la humedad en mis mejillas y dejo que mis sentimientos salgan a como ella me enseño, mientras sigo mi camino veo a lo lejos en las rocas una figura que me es familiar, me permito acelerar el paso subiendo por estas sin dejarme caer o terminaré muerto.

—Entonces la playa es tu mejor lugar.

Se sobre salta no me sintió llegar ahora el color de sus ojos me escanea, es raro tener el mismo.

— El mismo que a ti por lo que veo, que haces aquí Jax.

—Vine a su lugar favorito y al último que la acompaño en vida Erick.

Lo escucho suspirar y empieza a tirar pequeñas piedras al mar debo decírselo antes de que pierda la valentía.

—Te juro que pensé dejarle el camino para ti perderme y que la hicieras feliz sabes eras el más seguro. Apreciabas aquello que veía pero no podía tener por miedo, hasta que llego María no me atreví aceptarlo, cuando te vi en el club sentí miedo de que me la quitarás pero ella no es de nadie e incluso ni de ella misma.

—La verdad nunca pensé escuchar ninguna palabra de tu parte para mí pero si quieres que sea sincero, iba a pedirle matrimonio e incluso a darme a los golpes contigo si era necesario.

Lo veo sacar una cajita de su traje y la abre dejándome ver una hermosa esmeralda me la pone en mis manos.

—Es precioso el anillo, pero ¿por qué una esmeralda?

—Merece diamantes, pero el verde representa el color de tu mirada Jax, e incluso iba a casarme con ella sabiendo que te amaba. No me importaba que fuera a medias o por conveniencia.

Mis palabras no salen de mí solo abro los ojos y todo me da vueltas como se puede hacer tal cosa, creo que iba hacer lo mismo, pero jamás pensé de su parte darle un regalo que le recuerde a mí. Creo que realmente el verdadero amor viene de su parte y es hoy que lo aprendo en su lugar. Dicen que el mar puede sacar los sentimientos más profundos y desconocidos pero aquella profundidad no puede trazarla nadie a menos que sea permitido.

LA MAESTRA POLE - C.V #1  [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora