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"A veces la razón necesita más tiempo para aceptar lo que el corazón ya sabe".

"Audrey observó atentamente como Jack se retiraba de la mesa, su cuerpo se relajó un poco. Terminó su copa de vino blanco mientras observaba la paz con la que Eva sostenía a Landon entre sus brazos. La escena había logrado cautivarla internamente.

—Debes estar agotada.—susurró hacia su mejor amiga.

—Ser mamá no es nada fácil—aceptó en medio de una sonrisa que denotaba cansancio.

—Tú y Jack lo están haciendo muy bien.—le dio mérito al gran equipo que parecían ser.

—¿En serio crees eso?—preguntó un tanto sorprendida, porque creía que ambos eran un desastre como padres primerizos.

—No solo lo creo, es lo que he estado viendo desde que Landon nació. —observó al pequeño cuerpo con cabellera rubia.

—Trato de hacer lo mejor que puedo, pero cuando Landon llora algo parece romperse dentro de mí, es impotente verla en ese estado y no saber el por qué.—Audrey se percató de cómo la pequeña mano de Landon tomaba el dedo índice de Eva. Eran momentos como esos en los que ella irradiaba felicidad, porque había terminado de confirmar que solo bastaba ver a Eva feliz. Hizo contacto visual con la más grande. Le dio una tierna sonrisa.

—Yo creo que Landon está muy orgullosa de mamá.—susurró serenamente. Se acercó hasta ellas. Extendió sus brazos hasta tomar su pequeño cuerpo. Lo acercó hasta su pecho, dejando que recostara su cabeza sobre ella.—Ve a dormir, la tía Audrey se hará cargo.—le guiñó su ojo izquierdo. Los ojos de Eva parecieron volver a la vida ante la tentadora propuesta.

—No quiero abusar de tu confianza...

—Por favor, no finjas que estás esperando a que lo repita de nuevo, Eva.

—Ni siquiera creo tener las fuerzas para negarlo.

—He cuidado bebés antes, no te preocupes por Landon.—la reconfortó.

—Prometo no dormir mucho.

—Prometo esperar todo el tiempo que necesites.—no le dirigió la mirada a Eva, se concentró en admirar a la pequeña Landon. "

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—Me gusta verte feliz.—admitió en medio de una sonrisa. Eva Quitó sus lentes de sol y los dejó sobre la pequeña mesa del patio del restaurante.

—Hace años que no me sentía así.—aceptó sin problema.—¿Qué hay de ti?

—¿A qué te refieres? —alzó su ceja izquierda y observó intensamente a la radiante morena frente a ella.

—¿Te sientes feliz con lo que acabamos de hacer? —regresó su atención al menú, todo mientras sentía la intensa mirada de Audrey sobre ella.

—Hemos hecho muchas cosas en las últimas 24 horas. —susurró.

—No me refiero solo al hecho de que tú y yo tuvimos sexo.—pareció saborear las palabras. Audrey fue testigo de su creciente sonrisa. Sabía que Eva la volvería completamente loca, esa simple idea la fascinaba.—Aunque no le quitaré mérito...—sonrió coquetamente. Cerró el menú y centró de nuevo su atención en esos ojos verdes que parecían verla con mucho más amor.—Me refiero a la declaración que tuvimos en la madrugada.

—¿Podrías ser un poco más específica?

—Quiero saber en que nos convertirá lo que hicimos.

—Podemos ponerle el nombre que tú desees.

PALABRAS QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora