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"Si realmente el sufrimiento da lecciones, el mundo estaría poblado sólo de sabios. El dolor no tiene nada que enseñar a quienes no encuentran el coraje y la fuerza para escucharlo".

He Aprendido que cuando encuentras algo valioso nuca te das por vencido. Yo había encontrado unos ojos verdes, que lograban ponerme una sonrisa cada vez que estaba frente a ellos. Había encontrado una sonrisa que lograba hacerme suspirar, porque me hacía sentir afortunada al escucharla reír. Había conocido a Amber. No sé por qué es que le doy gracias al destino, a los astros, y a mercurio retrógrado, cabe mencionar que no sé qué es lo que estoy diciendo pero cada noche que estoy por dormir, una sonrisa me acompaña, porque la presencia de Amber me pone de buen humor, siento como si la conociera desde hace años, y hay algo que retumba en mi cabeza; ¿Qué es lo que tiene ella que es tan adictiva su presencia? Sigo sin entender lo mucho que me deslumbra su presencia, y no es que busque respuestas, porque eso me asusta, sé muy bien estos "síntomas", sé que me tengo que mantener al margen de mi curiosidad. Pestañea desesperadamente ante mis palabras y  mirada.

–¿Qué no me merece?–y esa mirada de vulnerabilidad se transforma en enojo.

–Solo pienso que...

–No, no hagas eso, no pienses sobre algo de lo que no tienes ni la menor idea.

–Amber...

–Escúchame, Landon. No puedes pretender que me conoces, mucho menos a él, no conoces lo que tenemos. Deja de pretender que lo sabes todo. –cierra los ojos, suspira, y me observa.–No quiero ser grosera contigo, me agradas mucho, pero estás cruzando la delgada línea de la confianza y la imprudencia.

–No era mi intención ofenderte. –balbuceo, y por primera vez siento un poco de miedo frente a ella. –Yo...–pienso en la estupidez que terminaré diciendo. –Me importas...solo quería que estuvieras al tanto de esto. –no nos dejamos de ver, y quiero creer que mi imaginación es la única que nota la tensión que hay en este preciso momento. –Tienes razón. No volverá a pasar. –parece sorprendida a lo que pensaba que quería escuchar. –Ya es tarde, lo mejor es que regresemos.

–Bien. –susurra y solo la veo asentir, ajena a mi rubor. Enciendo el auto, y esto es completamente incómodo. –¿Estás molesta? –rompe el silencio.

–Claro que no, Amber. –siento su mirada sobre mi.

–Yo quiero que me conozcas, Landon. En serio que sí, pero...

–¿Pero qué?

–Que ni siquiera sé por dónde empezar.

–podemos empezar por quien eres, Amber. –decido estacionar, porque si ella se empieza abrir, prestaré toda mi atención a cada una de sus palabras.

–No es tan fácil...

–Lo sé, jamás insinué que lo fuera. –agacha la cabeza.

–Aún no estoy preparada para hablar sobre mí, porque nunca me ha gustado ser el centro de atención.

–Bien. Empezaré yo primero. Yo soy Landon, creo que ya debes de estar al tanto de eso. Amo el volleyball, fui capitana por 2 años. –humedezco mis labios. –Me encanta el té de matcha, intenté ser vegana, pero fracasé, espero lograrlo algún día. –me sonríe. –Mi mamá guarda un mechón de cabello mío, tenía 2 años cuando decidió hacer eso. –Amber sonríe aún más. –No es broma, eh. Mido 1.90. Y es que mis familiares parecen gigantes. Cuando tenía 5 años me estrellé contra un poste de luz. –alzo la mano cuando la veo con la intención de preguntar. –Es mejor que no preguntes, pero mira esto. –quito el copete de mi frente, tomo su mano, y la llevo  a la pequeña protuberancia. –Toca, con confianza. –sus ojos se abren más. –Sip, ese es el pequeño recuerdo que me quedó ante mi evidente estupidez.

PALABRAS QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora