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El capítulo es un enorme flashback:)

"No puedes volver atrás y cambiar el principio, pero puedes comenzar donde estás y cambiar el final".

Amber abrió la puerta con destreza, asomó su rostro, tratando de no hacer ningún tipo de ruido. Lo único que encontró fue la oscuridad rondando el departamento. Respiró un tanto aliviada de no tener que dar alguna explicación. Sonrió internamente, quitó sus botines, dejó de lado el saco y caminó hasta la cocina. Sirvió un poco de agua, una sonrisa aún se curvaba por su rostro, se recostó contra el lavabo , inclinó su cuello hacía atrás. Su respiración se controló un poco, pero no podía dejar de sobre pensar lo que acababa de suceder hace unas horas. Sus ojos se abrieron rápidamente cuando la escuchó aclarar su garganta. Acomodó su postura y tuvo la perfecta oportunidad de ver su rostro. Sus cejas se elevaron sutilmente. Amber enrojeció de sus mejillas.

—Es una chica hermosa. —rompió el silencio. Caminó hasta el refrigerador, tomó una botella de san pellegrino y la bebió en cuestión de segundos.—Y la forma en la que te coqueteaba es un tanto admirable. —agregó después de unos segundos.

—Sé que Chloe es encantadora. —no había forma de contradecir a Sophia.

—Se ha esmerado mucho para ganarse tu confianza, y por lo que veo. —elevó un poco sus cejas, su sonrisa se ladeó un poco y soltó un bufido lleno de diversión.—¿Creo que después de todas esas semanas por fin lo logró?

—Tuvimos sexo. —susurró. El brillo en sus ojos dejaba evidenciar que aún lo seguía procesando.

—¿Te gustó? —Amber asintió aún sonrojada de sus mejillas.

—Pero ella se va en unos meses, Sophia. —Amber no estaba dispuesta a pasar por lo mismo que había sucedido con Landon años atrás.

—¿Por qué no lo intentas? Dejando de lado la formalidad de una relación.

—Porque no quiero algo casual con Chloe.

—Lo único que fui capaz de escuchar es que quieres algo con ella. —la confrontó sin ningún tipo de problema. Amber abrió su boca, tratando de encontrar alguna contestación coherente.—Hace dos años que vivimos juntas, jamás en ese tiempo te he visto medio interesada en alguien. Esa chica debe de tener algo, Amber. Sé que tener sexo no es lo más trascendental de la historia, pero para ti debe de tener mucho significado. Y por lo que veo a ti te gusta Chloe.

—Jamás funcionará algo entre nosotras.

—¿Y qué importa? —se acercó hasta ella.—No todas las personas que pasan por nuestras vidas llegan para quedarse, pero no todas te dañarán. Sé que puede costar un poco entenderlo, pero hay personas buenas. Tal vez Chloe sea eso: Una chica pasajera pero con buenas intenciones. Y tal vez tú seas eso para ella. Tal vez coincidieron en el momento perfecto, o tal vez no sea así, solo lo sabrán si disfrutan estos últimos meses juntas. Tienes el poder del aquí y el ahora. —Amber pensó en Landon, pero también pensó en ella y en Chloe, en que no era justo para ambas.—Ahora estás en London, con una vida sumamente distinta, es momento de que aceptes los cambios que has estado evitando desde hace tiempo, Amber.

—Dejarme llevar puede salir completamente mal

—Yo pienso que ella lo vale. —Sophia disfrutó el sonido de la lluvia, tomó la mano de Amber y la llevó hasta su habitación, le pasó una pijama y la obligó a acostarse a su lado. El viento de esa noche de otoño se estrellaba con fuerza contra las ventanas.—Jamás creí tener la oportunidad de conocer a alguien como tú, Amber. —susurró entre la oscuridad de la noche. Amber sonrió ante sus dulces palabras.—Sé la clase de persona que eres. —se atrevió a abrazarla. Amber no era capaz de describir la intimidad de esos momentos, pero una sola cosa sí sabía: Estaba agradecida de poder vivir ese tipo de momentos. Se sentía sumamente afortunada, porque desde hace tiempo había dejado de sentirse sola.—Muchas personas desearían tener la fortuna de poder tenerte en tu vida. Es un verdadero privilegio poder compartir mi vida contigo.—Sophia y Amber compartían un tipo de hermandad que traspasaba cualquier vínculo que habían tenido con alguna otras personas, se habían convertido en un tipo de confidentes. Se contaban todo, se dejaban ver vulnerables la una a la otra. Pero también disfrutaban ir de compras juntas, recorrer los cafés de Londres, ir a museos los fines de semanas, podían pasar horas en St James's Park, echadas sobre el pasto mientras veían el cielo estrellado, o recorrer Marylebone mientras comían cinnamon buns de Nordic Bakery. Y ni hablar de su momento favorito del año: recorrer estas dos calles decoradas con motivos y luces navideñas por Oxford y Regent Street hasta llegar a Clifton Nurseries. Amber y Sophia se habían acoplado a una imaginable perfección. Por supuesto que existían los momentos de conflicto y desacuerdo, pero de alguna manera sabían como hacerlo funcionar: a base una comunicación donde el orgullo quedaba de lado.—Creo que más personas deberían de tener la oportunidad de poder compartir momentos contigo.

PALABRAS QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora