Mark siguió a Maddie por la calle, y subió el porche de su casa junto a ella, aunque no estaba seguro de querer hacerlo. Él ya había pensado sobre aquello, no quería ir a ver a sus padres todavía, pero tampoco quería dejar de estar presente cuando Maddie les pregunte sobre él. Él más que nadie quería saber qué era lo que le había ocurrido como para tomar aquella decisión. Tomó aire cuando escuchó desde ahí el sonido del timbre de la casa cuando Maddie lo presionó. No podía creer que extrañaba algo tan simple como el sonido del timbre que resonaba en la casa cuando alguien llegaba, sabiendo que antes lo odiaba ya que solía despertarlo antes de tiempo. Se estaba dando cuenta de que las cosas más insignificantes eran las que más extrañaría.
—Camille...—dijo Maddie en cuanto la madre de Mark abrió la puerta. Mark contuvo una exclamación al verla. Estaba desaliñada, con ojeras, los ojos hinchados, con lágrimas, y estaba demasiado flaca. Camille siempre había sido un poco rellenita, pero ahora estaba tirando a ser demasiado flaca.. Mark supuso que estos días probablemente no se haya alimentado como debería haberlo hecho. Tampoco podía culparla, sólo se culpaba a sí mismo.
—Hola Maddie—respondió ésta, con calma, demasiada calma—. ¿Qué necesitas?
—Bueno... la verdad es que... quería hablar contigo. Sobre Mark—dijo Maddie, y el rostro de Camille se contrajo. Sus ojos se llenaron inmediatamente de lágrimas. Maddie se mordió el labio inferior con fuerza. Mark supo con sólo verla, que ella no sabía cómo tratar con su madre, no con ella en ese estado de depresión tan palpable. Además, Maddie también estaba muy dolorida por lo que había ocurrido. Juntas en ese estado, no eran una buena combinación.
—Pasa—le dice Camille luego de tragar saliva, haciendo la puerta a un lado para que entrara. Mark creyó por un momento que su madre le pediría a Maddie que se fuera, que no se sentía lista para tratar el tema por ahora. Pero se equivocó. Últimamente sus instintos no estaban funcionando como solían hacerlo.
Maddie asiente en silencio, y entra junto a ella. Mark también lo hizo. No quería perderse aquello. Sí, como todo un masoquista. Sabía que sea lo que sea que hablaran las mujeres más importantes de su vida, le romperían un poco más el corazón, involuntariamente, claro. Le partía el alma verlas sufrir, más de lo que alguna vez pudo haberse imaginado. Camille caminaba delante de Maddie cabizbaja, y lentamente hasta sentarse en uno de los sofás de la sala, en una posición extraña, como si le resultara raro estar sentada allí. Maddie caminó hacia ella, y se sentó en la mesita ratona que estaba frente a Camille, y para sorpresa de Mark, su mejor amiga tomó las manos de su madre.
—Camille, de verdad, lo siento mucho. Siento un dolor inmenso por todo esto... pero no me imagino el que debes sentir al haber perdido a tu hijo—Camille abrió un poco los ojos para verla, notablemente sorprendida por el comportamiento de la niña arisca y sarcástica que no muchas veces daba demostraciones de afecto hacia ella. En ese punto, Mark se sentía afortunado de ser uno de los privilegiados—. Estoy segura que podrás salir adelante, y lo superarás.
—No, cariño—Camille le sonrió tiernamente—. No se puede superar la muerte de un hijo, sólo aprendes a convivir con el dolor.
A Mark se le hizo un nudo en la garganta, su madre no superaría esto nunca, siempre viviría con el dolor, y eso le provocaba dolor a él. Quería que lo superara, que siguiera con su vida, que fuera feliz, y si era posible que tuviera cinco hijos más. Pero no sirve de nada querer algo con mucha fuerza para que suceda realmente. Si algún día él pudiera irse y "descansar en paz", como quien dice, no querría vivir viendo el resto de la vida de los que ama sufriendo por él. Si es que realmente existe un descansar en paz. Quizás sólo eran cuentos para que las personas no le teman a la muerte, o algún cuento bonito.
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Hasta que lo sepas
Подростковая литератураAmigos desde la infancia, almas gemelas, y un trágico suceso que mantiene a Mark anclado a la tierra, sin recordar absolutamente nada de lo ocurrido. ¿Murió? ¿Se suicidió? Eso dicen... aunque él no lo cree. Tiene que descubrir qué pasó, y por qué pu...