Capítulo 15

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Cinco años después...

El celular de Maddie sonaba incesantemente, tanto que ella decidió silenciarlo. Ya había aceptado las propuestas más importantes, aceptando los llamados que más la sorprendieron, y luego de cerrar tratos, ya no le daba tanta importancia a los mensajes menos importantes. Estaba tranquila con los contratos ya firmados, pero en cuanto lo hizo, su teléfono no dejó de sonar en ningún momento. Estaba caminando por los pasillos de aquella empresa, haciendo sonar sus zapatos sobre el cerámico frío y resbaladizo. Era el tercer contrato que firmaba aquel año. En esta ocasión, se trataba de llevar a la pantalla grande su escrito. Hacía tres años se había animado a presentar su primer y único manuscrito, ese que salió desde lo más profundo de su corazón, cargado de sentimiento y sus verdades, y que, a pesar que tardó en ser aceptado por el mundo editorial, una vez dentro, se convirtió en un éxito mundial. Un best seller internacional. Y no muchas personas sabían que su primera historia y sus personajes, estaba basada en hechos reales.

Salió del edificio, y se encaminó hacia la esquina, donde Sophie la estaba esperando en su auto. Le sonrió cuando la vio y se sentó en el asiento del copiloto, colocándose el cinturón de seguridad, antes de que su amiga acelerara, y circulara por las calles largas y transitadas de la ciudad. Era jueves. Muchas personas estaban fuera, y el tráfico a veces se tornaba insoportable.

—Ay... ¿qué sería de tu vida sin mí? —sonrió Sophie, mirando el tránsito, con una sonrisa en sus labios pintados con una fina capa de lápiz labial rosa claro. Tenía los anteojos de sol sobre su cabeza, impidiendo que su cabello castaño oscuro, ondeado y corto cayera sobre sus ojos verdes, algo amarronados.

—Mmm... No lo sé—respondió Maddie con una sonrisa, tirando su bolso al asiento de atrás—. Aunque es cierto que tú eres quien me lleva cada mes, en un viaje de tres horas, así que gracias. Claro que a cambio te llevo a todos mis trabajos.

—Lo sé, y eso me encanta. Ya te había dicho que sería tu representante. ¡Te estas volviendo cada vez más famosa!—exclamó Sophie entusiasmada. Maddie rio, apoyando la cabeza en el respaldo del auto.

—Sí, serás mi representante... Aunque aún tengo que rendir algunas materias. Me falta mucho para ser tan famosa como dices—Maddie se encogió de hombros. Cinco años atrás, cuando había despertado de su accidente, lo primero que había hecho, fue cumplir con lo que le había prometido a Mark. Habló. Inculpó a Anthony Wesley por el asesinato de Mark Oswald, Belinda Brander y Elena Montenegro. Lo arrestaron a los pocos días, a pesar de la tortura que resultó para Maddie tener que relatar en más de una ocasión lo ocurrido. También delató a su cómplice, el mastodonte que tanto odiaba, y en cuanto ella lo hizo, otras personas también se atrevieron a denunciarlo. Actualmente, estaban ambos tras las rejas. Mientras que ella estuvo unos meses de recuperación, al principio en el hospital, y luego, Camille la había llevado a su casa. Fue un martirio estar donde todavía podía sentirse el aroma de Mark, sus cosas, sus pertenencias, todo seguía intacto tal y como lo había dejado él. Pero prefirió eso, a volver con su padre. Ni siquiera para terminar su último año de Instituto. Nunca más supo de él. Tampoco le importaba. Cuando ya estaba completamente sana, y con el secundario completo, se presentó para dar ingresos en una Universidad en la ciudad para estudiar actuación. Tardaron un mes en aceptarla, y en cuanto lo hicieron, sólo volvió a su antigua casa un día que no había nadie sólo para recoger sus pertenencias. Luego se despidió de Camille y Robert, prometiendo volver cada mes para pasar algunos días con ellos. Y eso hizo. Ellos siempre estarían en deuda por lo que ella hizo por su hijo. En algún momento de su rehabilitación, en la habitación de Mark, los había hecho sentarse a su lado, y les confesó todo. Desde que Mark estuvo siempre a su lado, hasta cuando se despidieron en la habitación del hospital. La que no dudó ni en segundo en sus palabras, fue Camille, quien la abrazó y volvió a llorar.

Hasta que lo sepasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora