Capítulo 3

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Mark observaba atentamente a Maddie. El día anterior había permanecido a su lado, aunque ella no lo notó. Ella sólo sabía que a su lado había estado Thony, pero no Mark. Se había planteado ir con sus padres, para verlos, pero prefirió quedarse junto a Maddie, ya que no estaba listo para verlos, la observó dormir, o más bien, dar miles de vueltas en la cama intentando conciliar el sueño. Mark supuso que los fantasmas no necesitaban descansar, ni dormir, ni comer, y eso le daba un poco de alivio, no quería ni imaginarse las diferentes formas en que perdería el tiempo intentando averiguarlo. Sólo quería saber qué era lo que lo tenía anclado a aquel mundo, qué era lo que le impedía marcharse para encontrarse con sus antiguas mascotas, sus perros de toda la vida, para abrazar a sus abuelos, que desde hacía años que no los veía... Pero no sabía cómo hacerlo. Y si bien quería tener en claro varias cuestiones antes, a veces pensaba que era lo mejor irse sin más. Intentando olvidar todo lo ocurrido.

Cerró los ojos, y deseó, imaginó, y se planteó irse definitivamente, pero cuando volvía a abrir los ojos, seguía allí, en la habitación de Maddie, observándola, como hacía desde el día en que murió. Bufó, cansado, frustrado, sofocado de la necesidad de hacer algo y no poder hacer nada.

—Todos son unos hipócritas—murmuró Maddie, luego de un rato, llamando la atención de Mark. Maddie estaba sentada en el borde de su cama con su notebook en las rodillas. Mark gateó en la cama, y se colocó detrás de ella, para poder ver lo que ella veía, con su mentón a unos centímetros del hombro de ella.

Tuvo que contener el aliento al ver lo que hacía su mejor amiga. Ella estaba revisando su perfil de Facebook atentamente, y nunca se imaginó que tantas personas lamentaran su partida, en su mayoría, desconocidos o personas que sólo conocía de vista. Varios compañeros de Instituto de Mark y Maddie escribieron, y otros tal vez subían fotos que en algún momento se han tomado junto a Mark, o tal vez sólo fotos en las que estaba sólo él. En ese momento Mark entendió perfectamente a qué se había referido Maddie: todos eran unos hipócritas, no tenían ninguna relación con él, y sin embargo le escribían textos como si hubiese sido su hermano. Incluso, personas que no le agradaban ni un poco a Mark. Sí, hipócritas y farsantes.

— ¡Zorra!—gritó de golpe Maddie, y Mark se echó hacia atrás unos centímetros, sorprendido. Cuando él vio la pantalla, supo inmediatamente el por qué. Había visto que Bethany Thompson, la enamorada de Mark, había volcado todo lo que ella sentía por él en un amplio párrafo, junto a una foto en la que ella le besaba la mejilla. Mark recordaba aquel momento: la idea en un principio era tomarse una fotografía donde ambos sonreirían a la cámara; pero en cuánto el flash comenzó a iluminarlos, ella le plantó un beso. Era una buena chica, y bonita, de pelo negro y ojos negros brillantes, aunque no tan linda como Maddie, pensó Mark. Para él no había nadie como Maddie, desde que la conoció, le había llamado la atención, le había parecido hermosa. Pero ella nunca se había fijado en él, al menos de la manera a la que Mark le hubiese gustado.

—Eres una maldita perra—murmuró Maddie, apretando los dientes. Mark sabía que a Maddie nunca le agradó Bethany, pero nunca se imaginó cuán grande era el enfado de su mejor amiga hacia su ex novia. Sí, una vez la invitó a salir con la intención de despertarse a sí mismo, para demostrarse que lo que sentía por Maddie era sólo un capricho, que no era nada serio, y que en realidad no era un enamoramiento. Pero le bastaron veinticuatro horas con Beth para darse cuenta que él realmente estaba enamorado de su mejor amiga. Mark se fijó atentamente, y Maddie no había avanzado con las publicaciones de lamentos por su muerte, sino más bien que no se había movido de la publicación de Beth. Observaba la fotografía y su descripción continuamente, con el ceño fruncido, y una mirada inescrutable. Mark se acomodó a su lado, casi rozándola, y desde ahí veía perfectamente la computadora. Los ojos de Mark se desviaron a otras publicaciones, que a pesar de que Maddie había dejado la pantalla quieta, se alcanzaban a ver otros mensajes y publicaciones. Mark divisó un mensaje corto de "QUE EN PAZ DESCANSES" de un tío de él, y eso le hizo recordar nuevamente a sus padres. Probablemente el hermano de Robert y su familia estuvieran intentando contenerlo a él, y, principalmente, a Camille. Mark quería verlos, pero sentía que él había permanecido en este mundo, por algún motivo, y no quería que cuando el momento llegara, irse de allí viendo sufrir a sus padres, no quería irse con la imagen de Camille pensando en que su vida ya no tenía sentido.

Hasta que lo sepasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora