Mini Maratón 2/3
Jackson.
La miré fijamente con una sonrisa, sus ojos verdes se veían jodidamente hermosos como siempre que me detenía a verlos. Ella estaba un poco nerviosa y admitía que yo igual.
Hoy por fin ibamos a poder aclarar lo que hace un par de años no pudimos, le iba a poder decir la verdad que ella se negó a escuchar cuando la llevé a la playa hace cuatro años.
No la culpaba, jamás lo haría porque Ayla estaba en todo su derecho en no quererme escuchar y querer sanar sus heridas que tanto yo como el trauma de Andy habían dejado.
—Aún puedes huir de escuchar la verdad —comento cuando ambos estamos en el carro con los cinturones puestos —. No me quejaré si me ignoras para no escucharla.
La pico un poco con lo de estos días, aún seguía dolido porque me estuvo evitando. Ella sonríe inocentemente.
—No tengo intenciones de huir —me asegura y luego sonríe levemente —. Yo debería preguntarte a ti si lo quieres hacer, porque con tu expediente de huidas no me sorprendería.
—Touché —murmuro negando —. Buen punto, pero puedes preguntármelo.
—¿Quieres huir de contarme la verdad, Jackson Becker? —pregunta mirándome fijamente y con una ceja alzada.
—No, no volvería a huir de ti en esta ocasión y en ninguna más.
Ella asiente y yo pongo el carro en marcha, no había mentido. Esta vez estaba dispuesto a contarle todo, sin excepción alguna. Ya había cometido una vez el error, no lo haría de nuevo. Sería completamente sincero en esta ocasión y si ella prefería ya no hablarme lo entendería.
La miro de reojo y la encontré con la mirada fija en la ventana perdida en sus pensamientos, estaba distraída. Sonreí levemente al ver que su perfil y volví la mirada a la carretera. A los minutos ella me dijo que quería poner música y yo asentí, nunca podría negarle algo. A pesar de que ponía canciones sobre esa dichosa banda, podría decir que me había llegado a gustar algunas canciones gracias a ella.
Nos esperaba un largo camino para llegar al lugar que quería, eran las cuatro y media, lo más probable era que lleguemos para el atardecer.
—¿A dónde vamos? —me preguntó con curiosidad al ver que no era el camino hacia la residencia.
—Es una sorpresa —le aviso con una pequeña sonrisa —. Y desde ya te digo que no te diré. Debes dejar que te den sorpresas sin intentar arruinarlas.
—Yo no arruino nada —cruzó los brazos enfurruñada —. Solo me da curiosidad.
—Si claro, pero en esta ocasión te matará la curiosidad.
La vi darme una mirada de resentimiento y yo sonreí un poco más. No dijo nada porque asumió que no le revelaría el lugar y decidió recostar su cabeza en la ventana para comenzar a tararear la canción que sonaba en ese momento.
El silencio se mantuvo mientras seguía conduciendo, comencé a conversar con Ayla sobre unos temas de la clínica, pero a medida que seguíamos hablando y me distraía mirando la carretera. Noté que bostezaba y que los ojos se le cerraban lentamente.
—Deberías dormir un rato —sugerí mirándola unos segundos —. Aún nos queda una hora por delante.
—No tengo sueño. Estoy bien.
—Te estás durmiendo en medio de nuestra interesante conversación —empiezo a decir con tono un poco burlón —. ¿Y me dices que no estás cansada?
ESTÁS LEYENDO
Destino, Volviendo A Encontrarnos ©[En Proceso]
Teen FictionDespués de la última despedida de Jackson y Ayla, cada uno tomó diferentes caminos, con la meta de olvidar al otro. Lo que ambos no esperaban era que el destino vuelva a jugar con ellos, logrando que se vuelvan a encontrar. La pregunta del millón e...