7. BIPOLAR BECKER.

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Ayla.

Estaba muy molesta, irritada, frustrada y quería gritar a alguien, que más si lo hacía con el causante de mi enojo, que tenía nombre y apellido. Jackson Becker siendo un idiota en su máximo esplendor era lo que pasaba o al menos así lo veía yo.

—¡Abre la puerta, Becker! —grité, dándole tres toques —. Yo me quiero bañar primero.

—Acepta que yo llegué antes, Foley.

Que mintiera descaradamente, hacía que mi irritación aumente. Estaba sudorosa, cansada y él se comportaba como un niño. No, pero si la culpa era mía por seguirle el juego.

—No me hagas recordar, Becker. —chillé y mordí el interior de mi mejilla, en un intento de calmarme. Él soltó una risa ronca, que en cualquier otro momento me hubiera parecido linda.

—No es para tanto, solo te cargué, te dejé en el sillón y vine rápidamente al baño.

—Hiciste trampa y por poco me dejas caer, idiota.

—Me cortaría un dedo, antes de dejarte caer y hacer que te lastimes.

Ignoré lo que había dicho y solo recordaba como al bajar del taxi él había corrido hacia el interior de la residencia como si fuera un niño, al ver que no lo seguí, se detuvo, me miró divertido y retador. Al final le terminé siguiéndole el juego y comencé a correr, pero el muy tramposo al ver que le iba a sacar ventaja, me cargó y me colocó sobre su hombro haciendo que me maree en el proceso. De ese modo no pude avanzar y él terminó ingresando al baño primero.

Salgo de mis pensamientos al oír su risa y no puedo evitar rodar los ojos.

—¡Eres un tramposo!.

—Siempre y puedes entrar a bañarte conmigo. —usó un tono divertido y coqueto.

—En tus sueños entraría ahí contigo, Becker —le dejé claro —. Así que piérdete de camino a la ducha.

—Aguafiestas.

—Al cabo que ni bañarme rápido quería.

Lo dejé ahí y caminé rápidamente hacia mi habitación, murmurando groserías hacia el pelinegro aún sabiendo que no me escuchaba. Al ingresar a la habitación, me despojé de toda mi ropa y fui buscando el pijama que me pondría después de bañarme. Dejé todo en la cama y me envolví en una toalla.

Aproveché el tiempo para llamar a Key, no lo había hecho durante todo el día y quería saciar algunas curiosidades.

—Hola, Key.

—¡Ayla! —chilló ni bien le dio oportunidad —. Te tengo que decir algo importante.

—Ya lo sé, Key —le dije, refiriéndome al tema del pelinegro —. Jackson está en esta residencia.

—Ayer te lo iba decir, pero no me dio oportunidad. Jackson llamó en la noche a Liam, pero el muy bandido no me quiso decir nada.

Yo rio al imaginarme a mi amiga enojada e inflando sus mejillas en el proceso.

—No te preocupes, Key —la tranquilicé —. Si me tomó por sorpresa, pero estoy tranquila. Aunque creo que vivir con Jackson será una aventura de subidas y bajadas.

Digo eso, recordando la pelea infantil que hemos tenido hace unos momentos por quien usaba la ducha primero.

—Me alegra saber que las terapias te ayudaron mucho y que eres más fuerte y lograste perdonar. —murmura con voz orgullosa.

—Si, Key. No creo que sea tan mala mi estancia aquí.

Seguimos hablando por un buen rato, me mandó fotos de diferentes banquetes para que la ayude a escoger y yo le doy algunas sugerencias. Le pregunto por Mat y me dice que quedó con él y Lau para que la ayuden a escoger un local. Le hablé de mi día en el hospital, hasta que una voz interrumpió nuestra conversación.

Destino, Volviendo A Encontrarnos ©[En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora