18. EL VUELO

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Ayla.

Teníamos pensado viajar la misma noche para así acabar lo antes posible con el tema de Pamela, pero como era de esperarse eso no se pudo. Bien decían que las cosas apuradas nunca salían bien.

Ya habían pasado tres días desde que estuvimos en la playa pasando un momento agradable y recibimos esa llamada. Ya tres días donde Jackson había estado pendiente al teléfono para comunicarse con los padres de Pamela y los médicos. Mientras que yo me había encargado de adelantar exámenes y cuadrar horarios de recuperación en la clínica para cuando regresemos.

Quisiera decir que estos tres días hemos tenido tiempo para nosotros, pero estaría mintiendo. Apenas habíamos podido dormir y eso que el señor Jonhson sin poner objeción nos dio permiso siempre y cuando dejemos todo en orden para nuestra ausencia.

Eran las cinco de la tarde y ya habíamos acabado nuestro turno en la clínica, ya me había dado un baño y ahora me encontraba en mi cama sentada con las piernas recogidas y la laptop encima.

—Hay dos horarios de vuelos —le comento a Jackson cuando entra a mi habitación bañado —. Uno para esta noche y otro para mañana a las seis de la mañana.

Se acerca a mi cama y se sienta a mi lado, el olor de su jabón me invade y me hace mirarlo de reojo. Tenía leves gotas por sus hombros que caían de su mojado cabello. Cabe recalcar que se encontraba solo con unos pantalones cortos.

—Hoy quiero descansar y pasar una noche tranquila contigo —se apega a mí y yo recuesto mi cabeza en su hombro —. Mañana a las seis estaría bien.

—Me gusta la idea de descansar —le doy la razón mientras selecciono la hora del vuelo —. No hemos podido hacerlo los últimos días.

Siento como su pecho se sacude por la leve risa que ha soltado y eso hace que me separe de su pecho para mirarlo confundida.

—¿Qué es gracioso?

—Nada, hermosa.

—Dime, Becker.

—La manera que has dicho eso ultimo ha sonado muy distinto en mi mente. —sonríe y se acerca un poco a mí.

Analizo lo que me dijo y luego caigo en cuenta de lo que trató de decir. Le doy un empujón y lo miro mal.

—Eres un pervertido —ruedo los ojos —. Me refería a que no hemos podido hacerlo en el sentido de descansar, no en lo otro.

Él sonríe ladinamente y luego forma una gran O con sus labios, intentado hacerse el sorprendido.

—Ah, en todo caso no hemos podido hacerlo en ambos sentidos.

—Eres imposible, Jackson Becker. —niego levemente.

—Y tú eres hermosa. —se acerca y me roba un beso.

Vuelve a atraerme hacia él y sigo comprando los boletos. Cuando llega la hora de pagar, intento poner los datos de mi tarjeta, pero Jackson se niega. Según él, hemos llegado a un acuerdo que no puedo romper, el cual es que él pagaba los pasajes de ida y yo los de venida.

—Eres terca.

—Es que nunca me dejas comprar nada.

—¿Cómo qué no? —me mira indignado —. Compraste las cosas de la despensa hace unos días.

—Gran cosa. —murmuré y él sonrió porque sabía perfectamente que no me gustaba que él ande pagando todo.

—Pagarás los vuelos de regreso —me recordó y yo asentí —. Aunque puedes comprar los de regreso de una vez y...

Destino, Volviendo A Encontrarnos ©[En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora