Ayla.
Tres días después, aún teníamos a la parejita en nuestra residencia y eso era genial porque se sentía en cierta parte como estar en casa.
—No creas que porque ya no tienes yeso ni puntos puedes cargar mucho peso —inquirió Jackson y yo rodé los ojos —. Se puede abrir la herida.
—Ya supéralo, Becker —le digo porque era un exagerado —. Solo son dos cajas.
Él abre la puerta de la pieza y yo paso para dejar todo en los sillones, hoy nos había tocado guardia en la clínica desde las 6 de la mañana, solo tuvimos que estar cinco horas.
—En la clínica has estado atendiendo pacientes como si no tuvieras un descanso médico.
—Es lo que tengo que hacer —murmuro y me giro para mirarlo de frente —. Además, no me duele.
—Se qué eres muy testaruda, así que solo diré que te cuides más.
—Gracias por preocuparte, pero tranquilo —me acerco para empujarlo con mi cadera e ir a la cocina —. Ya cicatrizó y solo queda aplicarme crema.
Se posó a mi lado y juntos ingresamos a la cocina para ahí encontrar a la parejita en una situación muy empalagosa. Jackson se aclaró la garganta y yo los miré divertida.
—Guarden un poco de amor para la luna de miel —ironizó Jackson e hizo que Liam se separe de mi amiga —. Tanto afecto me dará diabetes.
—Hermanito —Liam chilló y yo reí al verle la cara a Jackson —. Ya me estaba preguntando por qué tanto tardaban.
—Teníamos cosas que hacer.
—¿Cosas interesantes?
—Cosas de trabajo.
Liam me miró y se le veía divertido, estaba claro que su pasatiempo favorito fuera molestar a su hermano. Me dio una mirada significativa y yo negué.
—No los molestes, cariño. —mi amiga habló para que evitar que Jackson le lance un vaso a la cara.
—¿Que hacían en nuestra ausencia?
—Cosas divertidas como husmear en la habitación de mi hermano —comentó tranquilo Liam e hizo que su hermano casi se atragantara con el agua —. Tranquilo, hermanito. No encontré nada importante, solo una caja de preservativos que me llamó mucho la atención. ¿Con quién los pensarías en utilizar?
Por segunda vez en menos de quince minutos hizo que su hermano se atragantara. Jackson le dio una mirada de poco amigos y luego me miró a mí de reojo significativamente, se le notaba avergonzado.
—Cállate, Liam. —en definitiva, sus mejillas se habían sonrojado levemente y me seguía mirando.
¿Acaso él pensaba en...?, no. La sola idea de eso hacía que mi cuerpo lo recorriera un cosquilleo y que mis mejillas se sonrojaran.
Que está claro, chica.
—Vale, vale. —Liam habló para evitar que le siga dando vueltas a mis pensamientos.
—¿Qué planes han sado hoy en nuestra ausencia? —decido preguntar para olvidar el tema anterior de los preservativos.
—Como ya tenemos lo del vestido listo y las invitaciones también, hemos pensado en si podíamos ir a la piscina. —sugirió Key.
—Pero estamos por ingresar a otoño. —le recuerdo.
—Mucho mejor, así despedimos el verano todos juntos.
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Destino, Volviendo A Encontrarnos ©[En Proceso]
Novela JuvenilDespués de la última despedida de Jackson y Ayla, cada uno tomó diferentes caminos, con la meta de olvidar al otro. Lo que ambos no esperaban era que el destino vuelva a jugar con ellos, logrando que se vuelvan a encontrar. La pregunta del millón e...