Todo se había acabado y no sabía si sentirme aliviado o triste. Triste porque había acabado de una manera tan abrumadora. Todo a mi alrededor estaba confuso y el bullicio se escuchaba en ocasiones lejano, aunque era consiente que el ruido de las sirenas estaba muy cerca, volviendo real lo sucedido. La gente pasaba por delante de mí y sentía que me hablaban, pero no era capaz de hablar, gritar o, aunque sea llorar.
—Jackson, debes entregarme su cuerpo —reconocí la voz de mi hermano, pero no me moví —. Ya todo acabó, estará mejor.
Posé la mirada en el cuerpo pálido y ensangrentado de la que un día fue mi amiga, y con cuidado cerré sus ojos, se había sacrificado por mí, sin importarle que muriera en el intento.
—Esto es mi culpa, Liam —digo sin apartar la mirada de su cuerpo —Se interpuso entre esa bala y yo, solo por salvarme.
—No te atormentes más y dame el cuerpo de Pamela, sus padres están viniendo.
Sus ojos estaban rojos de haber llorado, se acercó a mi sin esperar respuesta y me quitó su cuerpo. No puse resistencia y dejé que se la llevara para que la limpien y le pongan un lindo vestido.
Miré a mi lado izquierdo y ahí se encontraba Ayla igual de desconcertada, estaba de rodillas al lado de un charco de sangre, no movía su vista de la sangre y supe que era mi momento de ser fuerte por ella, yo no era el único que la estaba pasando mal. Me levanté con cuidado, ignoré mis manos manchadas con la sangre de Pamela y caminé hacia ella.
—Se acabó, Jackson —susurró y me miró con los ojos llenos de lágrimas de alivio —. Se acabó y me siento mal, porque no me importa que esto haya termino de esta manera, no me importa que ellos salieran lastimados.
Aprieto los labios, porque a mí si me dolía la muerte de Pamela, pero Ayla se sentía aliviada, porque había sido la que más sufrió las consecuencias de ellos dos y la entendía, pero necesitaba tiempo para aceptar esto y ver si era correcto lo de nosotros, después de pasar por mucho, un final juntos se veía un poco lejano.
Ella se levantó y sus pantaloncitos de pijama estaban manchados de tierra, corría frio, pero a ella no le importó, me tomo la cara con cuidado y me miró a los ojos.
—Todo se acabó, Jackson. Podemos vivir nuestro amor al fin—susurró y de puntillas besó mis labios y yo cerré los ojos —. Tengamos muestro final feliz, que Pamela ya está arriba viendo como tu lo eres, apresar de todo, te quiso más que a ella y estaba dispuesta a dejarte ser feliz conmigo, me lo dijo antes de que todo esto sucediera.
La miro rápidamente porque no estaba enterado de eso, sabía que Pamela había ido a verla, pero pensé que fue para decirle que se aleje de mí y la verdad era otra. Al final de cuentas, nuestra ultima conversación si tuvo efecto en ella.
Agarro su cintura con cuidado y junto nuestras frentes. No estaba dispuesto a dejarla ir esta vez, por supuesto que nos merecíamos un final feliz, después de tanto, era nuestra recompensa.
—Todo lo que vivimos, fueron obstáculos para volver a recalcar que nuestro destino siempre fue estar juntos, con caminos encontrados, después de cuatro años, volviendo a encontrarnos, pero con el mismo final, tú y yo amándonos más en cada encuentro.
Ella sonrió y subió una mano a mi cara para acariciarme la mejilla.
—Creo que el destino ya se dio cuenta que nuestro amor es más fuerte.
Asiento y le doy un beso que ella corresponde.
—Se amos felices, pequeña curiosa.
—Seamos felices, amor.
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Ya tenemos el prólogo publicado, pero empezaré a actualizar la historia a finales de mayo, según yo, porque todos me conocen y saben como soy, no aguanto las ansias y termino publicando antes, así veremos.
Espero que les haya gustado esta parte, tenia como idea dos prólogos, pero me decidí por este. Me gustaría que dejen su votos y comentarios, que yo los estaré respondiendo todos.
En mis redes sociales estaré dejando, adelantos, spoilers, aclaraciones y edits:
Instagram: sam_zale18 .
Twitter: Sam_Zapata18 .
Los quiere, Sam❤.
Nos leemos pronto.❤
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Destino, Volviendo A Encontrarnos ©[En Proceso]
Novela JuvenilDespués de la última despedida de Jackson y Ayla, cada uno tomó diferentes caminos, con la meta de olvidar al otro. Lo que ambos no esperaban era que el destino vuelva a jugar con ellos, logrando que se vuelvan a encontrar. La pregunta del millón e...