Capítulo 11

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Daniela Calle

Campo de golf.

Correspondo su beso con ansias y la culpa carcomiéndome.

Un beso con dulzura, sintiendo el típico hormigueo recorrer mi sistema cada vez que lo tengo de frente.

Aprieta mi cintura y me atrae con fuerza restregándome su erección me dejo llevar adentrando mis manos en su camisa de vestir recorriendo la piel que me sé de memoria acaricio y araño sacando jadeos y respiración inestable por parte de los dos.

Muerde mi labio inferior y adentra su lengua que lucha junto con la mía, no puedo evitar comparar los besos. María José es más brusca, posesiva y ardiente con solo un beso y su sola presencia moja tus bragas, Jacob es más calmado y dulce pero me sorprende el deseo que desprende en estos momentos sujetando mis nalgas.

– Cómo extrañe esto– susurra y pega su frente a la mía.

Jadeo y adentro mi mano en su pantalón ya desabrochado.

Tengo sentimientos encontrados, quiero que me haga suya, que borre los besos de María José en mi cuerpo que el agua no pudo y que mi mente se encarga de recrear cada segundo.

– Te amo.

El remordimiento me golpea y cierra la garganta con mis ojos lagrimeando.

– Hey– susurra tierno– no pensé que te pondrías así– sujeta mi cara y desaparece mis lagrimas con sus pulgares. 

– ¿Qué tienes?– susurra y su azul se conecta con mi iris café.

– Nada– detengo mi movimiento y retiro mi mano para colocarlas en su nuca.

«No lo puede saber nunca».

– Esas lagrimas no son por nada.

Detengo el aleteo de mi corazón y retengo el resto de lagrimas.

– Son de felicidad– finjo una sonrisa que él no detecta.

Me regala una hermosa sonrisa y besa mis mejillas, mis pómulos, frente y menton.

– Vamos antes que María José enloquezca.

Se arregla y me ayuda.

– Verdad, ¿qué haces aqui?

– La secretaria de María José solicito que mi presencia es requerida hoy– se encoge de hombros y me sujeta la mano.

Salimos juntos del cuarto de ¿limpieza? caminamos a la puerta para entrar y tomar asiento juntos.

Saludamos y me fijo que están todos los asientos ocupados menos el principal.

Escucho murmullos y diferentes opiniones de porqué la reunión.

– ¿Estas seguro que no sabes porqué es la reunión?

– Te digo que no amor, estoy impaciente como todos– me susurra y no suelta mi mano.

Le regalo una sonrisa y un beso en su mejilla que nos deja fijamente conectados.

– Pueden sentarse.

María José llega con cara de querer asesinar a alguien pasa por nuestro lado sin saludar a Jacob que lo deja con la mano extendida.

– ¿Qué mierda le sucede ahora?– se queja conmigo.

No quiero mirarla.

– Necesito que dos personas viajen al sur de corea.

Mi cabeza se alza por inercia por lo que acaba de decir.

Obsesión por ella (CACHE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora