capítulo 6.

5.1K 362 2
                                    









POV Juliana.

-Ahora que todos saben eso, puedes dejar de gastar mi tiempo y dejarme que ayude a tu esposa Edwin- le dije al niño.

-Es Edward y si está bien- respondió entre dientes.

Le sonreí con burla un poco disfrazada, me aleje de mi rubia Tanya y caminé hasta donde estaba Kate. Todos los vampiros se reunieron a ver qué iba a suceder.

-Para poder controlar un don tienes que sentirlo, sentir como se mueve por tu cuerpo, como lo recorré, así lo domina Kate- dije señalando a mi amor.

-Exacto, al principio se manifestó solo en mis manos, a medida que entrenaba y pasaba el tiempo pude desarrollarlo a todo mi cuerpo- siguió mi amor con la explicación- tienes que imaginar cómo es, de qué color es y dejarlo fluir- termino de decirle.

Pudimos ver cómo Bella se concentraba y un aura borrosa salía de ella pero no llego muy lejos.

-No te agobies demasiado con la presión Bella, trata de que sea natural, que sea un instinto- le dije tratando de que se le facilitará hacerlo.

Ella cerró los ojos y el aura volvió a salir, se extendió un poco más pero de nuevo volvió a ella, Kate se frustró un poco con eso y luego sonrió mirando a Edward con malicia. Amo la mente de esta mujer aunque aún no diga nada se que me gustará.

-Tienes razón Juli, tiene que ser un instinto y el mejor que el de protección- dijo mirando a Edward, el comprendió y yo igual así que si, lo voy a disfrutar.

El se acercó y Bella estaba confundida, pobre.

-Kate le dará unas descargas a Edward, tu deber es protegerlo con tu escudo, pon en práctica lo que dijimos- le dije a Bella, ella se preocupó y estaba nerviosa.

-Aun no estoy lista- dijo cuando vio que Kate activo su don, pero mi rubia no espero y sujeto el brazo de cabellos de escoba, el grito y callo del dolor- dije que no estaba lista- dijo gruñendo a Kate.

-Tu contrincante no esperara a que estés lista, ahora actúa- dije con voz sería mirándola, Kate había soltado al niño pero cuando Bella se relajó yo me acerque a Edward y lo sujete de la nuca usando el don de mi mujer, el se retorció y grito, el don en mi era más fuerte, hasta que de pronto dejo de quejarse y gritar. El aura de Bella lo protegía- Felicidades, ahora sabes cómo hacerlo, solo falta que lo expandas más - le dije.

-Quiero hacerlo de nuevo-dijo emocionada y Edward salió corriendo, al parecer a su esposa se le olvidó que el sufría.

-Creo que esta vez ya no tendrás una motivación- dije riendo.

-A menos que alguno de mis primos se ofrezca como voluntario -dijo Kate, lo cual hizo que Jasper y Emmett corrieran a "cazar". Todos rieron de eso.

Más tarde Bella había mejorado notablemente, eso nos traería ventaja por si algo pasaba. Todos teníamos claro de que se desataría una batalla con esos malditos italianos. Pero la mayoría no se iba por qué me tenían de ventaja, no eran estúpidos.

-Tenemos que ir a la fogata de esta noche-dice Tanya mientras las cuatro caminábamos de regreso a la casa de los Cullen, habíamos salido a cazar.

Al llegar todos se estaban acercando a la fogata, sentados al rededor contando historias pasadas. Me senté en un banco con Kate a mi derecha, Tanya a mi izquierda y Irina en mis piernas.

-¿Alguna historia que contar majestad?- pregunto mi nieto Benjamín, siempre le encantaron mis historias. Le sonreí y me reí al ver que todos se interesaron, incluso mis rubias.

-Bueno, cuando nací mi padre se volvió loco, era la primera niña que tenía después de cinco varones, el está feliz aunque para esos tiempos tener una niña no era muy bueno, recuerdo que mamá decía que el gritaba por todo el castillo que era una niña, que por fin los dioses le mandaron una princesa, mis hermanos estaban igual de emocionados, pero el menor de los varones Nicolay no tanto, el me odio desde el momento en que nací y al ser mujer más, mis padres me criaron como una dama y una guerrera-me detuve pero Renesmee se quejó en las piernas de Bella para que continuará- Mi padre quería que me supiera defender de todo lo que me pusiera en el camino la vida, el quería que fuera fuerte y mi hermanos también, crecí bien, pero al cumplir cuatro años mi madre murió de una enfermedad, aún así mi padre se mantuvo de pie criandonos y enseñándonos lo necesario, era un buen hombre. Mis hermanos mayores jamás tuvieron interés en la corona, siempre se vieron sirviendo en el ejercito y mandando las batallas, siempre en la acción y jamás en un trono. Solo Nicolay se veía en el trono, el sabía que nuestros hermanos renunciarian a él cuando fuera sus turnos y entonces quedaría solo el cómo heredero varón. Pero mi padre no quería eso, el conocía bien a mi hermano, un día en una batalla contra un reino tirano mi padre fue herido de gravedad, yo tenía 19, recuerdo que estaba desconsolada cuando el médico dijo que no podía hacer nada, mis hermanos se culpaban por no cuidarlo más en batalla, entramos a la habitación de él y el logro aplacar sus culpas, pero antes de morir dijo que el trono no lo tomarían mis hermanos mayores ya que el sabía que no lo querían, dijo que Nicolay no era digno y que sólo yo me sentaría en el después de su muerte, como la única heredera real al trono-Todos estaban sorprendidos.

-Pero se supone que te ven como una princesa y te denominas así, ¿Por qué hacerlo si eres en realidad una reina?- pregunto Jacob.

-Cuando mi padre murió tome el trono y si reine, fui reina pero solo por un año, mi hermano Nicolay estaba lleno de cólera, un día me invitó a cazar con el, el sabía que no me negaría, todo fue una trampa para matarme, pero tarde en darme cuenta, pensé que jamas lo haría, hasta que tuve una espada atravesando me, el huyó me dejó desangrarme, les dijo a todos que nos habían atacado, incluso se hirió su hombro, mientras yo en el bosque agonizaba, un vampiro iba de paso se llamaba Marcos, era bueno, me convirtió y me llevo a un choza, cuando desperté me explico todo y tuve que abandonar mi antigua vida para irme con el, ya no podía hacer mucho-termine de relatar.

Despues de eso la pequeña híbrida se quedó dormida, yo me fui a una habitación con mis rubias.








La perdición de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora