capítulo 7.

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POV Juliana.

-Antes pensaba que jamás encontraría a mis compañeras- dije mientras estábamos en la habitación y mis compañeras estaban acostadas a mi alrededor, con Tanya encima de mi. Ellas me miraron después que dije eso.

-Comprendemos ese sentimiento, fueron muchos años solas-dijo Tanya.

-Costo mucho tenerlas y quiero tener una eternidad a su lado, no dejaré que nadie las toque o tan siquiera piense en dañarlas, primero terminara hecho cenizas- dije mientras las acercaba más y ellas ronronean.

-Nos cuidaremos las cuatro amor, tranquila-Dice Irina mientras mira a sus hermanas y a mi.

-Ademas siendo tu toda una guerrera y nosotras unas vampiras mortales no tienen oportunidad -dijo Kate de forma arrogante que nos hizo sonreír.

-Aun así no dejaré que nada les pase, ellos vienen por una masacre y yo soy experta en eso- dije para seguir abrazandolas, Tanya empezó a besar mi pecho encima de la camisa, eso me hizo ronronear de placer, Kate no se quedó atrás y empezó a devorar mi cuello junto a Irina de manera posesiva y un poco salvaje. Me van a volver loca.

-Mis amores, por más que me guste esto-me detuve para gemir cuando Tanya empezó a tocar mis senos, eso las hizo gruñir-Por favor mis rubias, se que están ansiosas- Kate me interrumpió.

-Demasiado, tú nos provocas con solo mirarte y ya no podemos esperar a reclamarte preciosa-dijo para morder mi cuello y hacerme jadear con eso, lo cual hizo que ella sonriera.

-Creanme que lo entiendo, me pasa lo mismo, pero tenemos que parar, tenemos a muchos vampiros aquí y no quieren que nos escuchen ¿O si?- le dije cómo podía, estaba mareada de placer por sus atenciones, ellas gruñeron al imaginar que alguien más me escuchará, si que son posesivas.

Eso las calmo pero Tanya no apartó sus manos de mis senos, Kate dejaba besos de vez en cuando en mi cuello y Irina se acercó para besarme de manera posesiva.

-Nos debes algo mi Juliana-me dice mirándome con esos ojos negros, yo trague de mi ponzoña y asentí embobada.

Escuché a Emmett reír en la sala.

-ASI SE CONTROLA A ESAS FIERAS MAJESTAD-Grita desde allá, lo cual no es necesario pero al parecer no le importa, yo ruedo los ojos y mis chicas solo se acurrucaban en mi.

Al día siguiente.

Las cosas estaban un poco tensas en el campo donde se supone que aparecierian los Volturi. Me acerqué a mi idiota Amun.

-Trata de mantenerte a salvo y a los tuyos, sabes que no me gustara ver aunque sea un rasguño en ti y nuestra familia- le dije abrazándolo.

-Si madre, estaremos bien, tranquila- respondió para sonreírme.

Me aleje de ellos y me acerque a Carlisle, mi pequeño Cullen.

-Ya escuchaste lo que le dijo a Amun y lo mismo va para ti, no quiero que a nadie le pase algo, ni siquiera a los romanos y los chuchos- el sonrió al escucharme decir eso.

-Lo se mamá, estará todo bien, confío en el poder de las palabras- me dijo tratando de tranquilizarme.

Estaba nerviosa sentía que algo pasaría y no me gustaba eso, me acerque a mis rubias y ellas me abrazaron de inmediato.

-Todo estará bien amor- dice Tanya tratando de tranquilizarme.

-Eso espero, cualquier cosa que pase quiero que no hagan nada estúpido ¿Ok?- le dejé en claro, ellas no estaban muy felices con eso pero que se aguanten.

-Esta bien-dijeron a regañadientes.

-Vienen las casacas rojas, vienen las casacas rojas- decía Garret como niño emocionado.

Vimos como aparecieron los Volturi con sus testigos en el otro extremo del prado congelado. Demonios eran muchos. Mi vista fue inmediatamente a Aro cuando se quitaron las capuchas, el también me miró con sorpresa y yo sonreí. Luego mire a los gemelos y ellos ya estaban observándome con anhelo, ¿Les dije que soy la tua cantante de esos dos? Bueno ya se los estoy diciendo. Teníamos un vínculo fuerte de protección y cariño, no era romántico pero era importante, la cosa es que ellos siempre estuvieron del lado de Aro y yo a él no le caía muy bien que digamos. No hay espacio para tantos reyes aquí.

Los lobos salieron del bosque y eso tomo por sorpresa a los Volturi y sus testigos.

Vi como mi pequeño Cullen se acercó un poco y eso me puso tensa, es mi bebé.

-Aro hablemos civilizadamente, como solíamos hacerlo- le dijo al rey de pacotilla.

-Sabias palabras Carlisle, pero fuera de lugar por el batallón que has armado- dijo algo irónico.

-Esa no fue nuestra intención, no se ha roto ninguna ley- dijo Carlisle.

-¡Mentira!, No nos creas tontos, vemos a la niña-dijo el idiota del rey rubio, me cae malísimo.

-Ve el color en sus mejillas, la sangre corre por sus venas- respondió mi pequeño.

-Yo encontraré cada faceta de la verdad- dijo Aro sonriendo, no me gusta esa sonrisa- Edward viendo como la criatura se aferra a ti y tu compañera asumo que tienes algo que ver- le dijo mirándolos, no me gusta esa mirada.

Edward se separó de su familia y se acercó a los reyes. Al llegar Aro estaba ansioso por ver todo lo que había pasado.

-Quisiera conocerla- dice Aro después de soltar la manos de Edward.

Mi pequeño Cullen me miró y sin necesidad de leer su mente sabía lo que quería. Bella, Emmett, Jacob y Reneesme me esperaron, salí de el agarre de mis compañeras a las cuales no les gustó nada eso y me acerqué, vi como los gemelos se colocaron tensos y Aro agrando su sonrisa loca. Nos acercamos y la niña se acercó a Aro.

-Hola Aro-dijo para tocar su mejilla. El rey estaba fascinado con su corazón y con lo que veía en su mente.

-Es cierto, la niña fue concebida por esta neófita cuando aún era humana- dijo el loco, digo el rey Aro una vez que vio lo que quería.

-Imposible, traigan al informante- dijo el irritante rey rubio para que luego quemaran al informante, se lo merecía.

-Me alegra verte de nuevo Princesa Juliana, hace mucho que no tenía el placer de tenerte frente a mi- me habló Aro con esa sonrisa sicópata- los gemelos te han extrañado- termino de decir poniéndome más tensa gracias a la mirada intensa de los gemelos, mis rubias no dudaron en gruñir.

-Lamentablemente no puedo decir lo mismo Aro, no es un placer verte y respecto a la gemelos, no tengo nada que ver con ellos- dije sería pero lo ultimo me costo decirlo y se que los lastime. Caios río con mi respuesta.

-Extrañaba esa actitud altanera de ti Juliana- dice el rubio mirandome.

-Lo se, es un efecto que normalmente provocó- dije sonriendo sarcásticamente.

Nos íbamos con los demás, mi rubias estaban alteradas sin tenerme y tenía que alejar a mis nietos y al lobo de los Volturi, los empuje para que fueran delante de mi.












La perdición de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora