A TRAVÉS DEL TIEMPO

1. IMPERIO RUBĪ

Los años pasaban y la humanidad volvió a resurgir, al no tener tecnología o dones para acelerar las cosas, la vida volvió a la hera de los neandertales, los sobrevivientes de Japón se establecieron en lejos de las demás ciudades, no se sentían agusto conviviendo con ellos ya que no hablaban el mismo idioma y sus costumbres y creencias eran diferentes.

Los meses, años, siglos y milenios pasaban más rápido de lo pudieran imaginar y el mundo volvía a cambiar drasticamente, los lugares donde la civilización humana dejó de existir dio paso a la naturaleza miles de especies de animales y plantas dejaron de estar en peligro de extinción, los continentes se movían lentamente que terminaron formando un nuevo super continente al cual dividieron en varios territorios, se formaron nuevas montañas, valles, volcanes y cordilleras, las civilizaciones habían retrocedido en el desarrollo regresando a la vida de la edad media donde había alguien al frente de todo a los que denominaron sultanes, las leyes también cambiaron para todos, en especial para los omegas solo recibian protección por sus gobernantes, pero no podían participar en reuniones o ejercer puestos importantes ya que al parecer el machismo seguía vigente a pesar de todos los años y acontecimientos que quedaron en el olvido.

Lo que más afecto al mundo es que extrañamente empezaron a aparecer criaturas que desde siempre habian sido consideradas seres fantásticos o imaginarios que solo aparecian en los cuentos de hadas para niños, los dragones, sirenas, hadas y otras más empezaron a ser vistas con mucha frecuencia por los bosques, lagos y volcanes.

Otro acontecimiento que también extraño al mundo fue que algunas personas empezaron a despertar habilidades extrañas, eran muy diferentes a los dones, ya que eran completamente distinto así que lo denominaron magia ya que con conjuros o hechizos aquellas habilidades tomaban alguna forma en específico, toda la humanidad empezó a despertar dicho poder pero los que estaban en lo mas alto del poder obtuvieron la bendicion de tener magia mucho más poderosa que el resto de habitantes.

Pero

No todo era color de rosa, si bien todo lo que se relacionaba a los dones, héroes y villanos quedaron en el completo olvido que ya nadie los recuerda, ni siquiera en las historias del pasado, leyendas, mitos o fábulas son nombrados, ni siquiera recuerdan a aquel valiente omega que se sacrifico para salvar a la tierra del temible All For One.

Las personas que terminaron encerrados en el cristal habían quedado bajo tierra debido a los movimientos de las placas tectónicas y la unión de los continentes, nadie sabe si alguno de ellos se libero o murieron aplastados, simplemente es que ya a nadie les importo lo que puediera pasar con ellos puesto que nadie habia intentado buscar una mamera de liberarlos.

Las guerras por obtener poder volvieron a consumir el corazón de las personas, deseaban más de lo que ya tenían poder, estatus y territorios, desatando asi una gran guerra que duró más de cuatro años donde sólo un gobernante cayó y tres se alzaron en lo mas alto del resto, ademas de que la población humana se redujo considarablemente sobretodo en alfas y betas. Se formaron grandes y prósperos imperios. Los cuales los mas importantes eran: el Imperio Rubī, el Imperio Mizu y el Imperio Arau.

Aquellos imperios eran los que tenian más poder entre el resto de los demás, tenían grandes territorios prospero comercio y materia prima para explotar y traer prosperidad, además de que esos tres imperios contaban con alianzas en caso de que alguien se atreva a desafiarlos para arrebatarles el poder, pero si algo sabían los imperios pequeños era que no eran tan estúpidos para meterse con aquellos sultanes que gobernaban aquellos imperios, sobretodo el imperio Rubī que era gobernado por los alfas más temidos y poderosos del mundo.

El imperio Rubī desde que se fundo la línea sanguínea desde tiempos remotos siempre a sido una descendencia de alfas enigmas, los mas altos de la pirámide entre todos, su gran liderazgo y fuerza los ha mantenido en el trono, los nobles acostumbraron a que cada coronación del nuevo sultán siempre presentaban sus hijas o hijos al nuevo gobernante del imperio para que los eligiera como parte de su harén de concubinas o como su sultana, la que el pueblo conocería como la esposa y señora del sultán ademas de ser la madre de su heredero.