Bueno... hace unos meses (alrededor de noviembre, escribo esto a principios de abril) sentía un dolor en el pecho de manera constante, me asustaba, pero trataba de no darle importancia, me dije que solo era el estrés porque era semana de exámenes y esas cosas.
Pero después de la semana de exámenes seguía con ese peso/dolor en el pecho, a veces sentía que se me dificultaba respirar y me preocupaba bastante.
Traté de no hacer muchos ejercicios o actividades que requirieran demasiado esfuerzo, no lo hablaba con nadie porque eso sería admitirlo y lo haría más real, cosa para la que no estaba preparada.
Siguió durante unas 3 semanas antes de decidir que era mejor estar segura de que no era algo serio. Entonces le dije a mi madre sobre ello.
Me preguntaba constantemente cómo me sentía y si dolía; fuimos a consultar con una doctora que la ha atendido varias veces.
La doctora me revisó, me hizo preguntas, examen físico, presión arterial, oxigenación, etc, etc.
Su conclusión fue inesperada, pero no sorprendente, al menos no para mí: No era un dolor provocado por una lesión o padecimiento físico, sino por estrés.
Dijo también que detectaba síntomas de bastante ansiedad y depresión.
Lloré en el consultorio, pero en el fondo sentí gran alivio, tal vez recibiría atención médica, atención psicológica, eso me alegraba.
Cabe aclarar que muchas de las preguntas que hacía eran sobre si me alimentaba bien o mis estados de ánimo, cómo me sentía, si tenía problemas... Yo por dentro gritaba "Claro que sí, un chingo de problemas, me siento muy inestable emocionalmente, lloro mucho, me afectan demasiado las cosas, suelo ser muy irritable y explotar, a veces olvido comer o a veces no paro de comer en todo el día, me siento sola, atrapada..."
Pero por fuera no decía una palabra, porque ahí estaba mi madre y ella no sabe eso, o más bien no lo detecta, no lo ve como un conjunto, o ni siquiera piensa en ello... ella no es alguien que se preste para hablar de ese tipo de cosas... o mejor dicho de cualquier cosa, se centra demasiado en ella.No me malinterpreten, tampoco es una narcisista, de hecho suele hacerse menos poniendo a los otros primero siempre, pero en cuanto a sus hijos, según lo siento, no se preocupa por sentimientos, algo tipo "¿De qué te quejas? Tienes comida, agua, techo. Dale gracias a Dios por eso en vez de no apreciar lo que tienes, eso significa que nada es suficiente para tí"
No lo sé... creo que es demasiado práctica y muy poco flexible. Para ella solo hay un modo correcto de hacer las cosas y es el suyo, porque si lo haces de otro modo tú eres el raro, eso está mal y es ir en contra de ella, pues elegiste un camino distinto.
Mi madre acabó contestando muchas de esas preguntas a la doctora, dijo que había habido unos "problemas familiares" y yo no podía creer que lo admitiera, aunque lo mencionara en pasado y yo siguiera sintiéndome en pleno campo de batalla.
La doctora me dio varias cosas a seguir:
• Cambio de alimentación: comer más saludable y a mis horas correspondientes, evitar el café, cosas con mucha azúcar o muy procesadas.
• Descanso adecuado: incluía dormir suficiente y hacer pausas para relajarme en medio de sesiones de estudio o trabajo/tareas
• Ejercicio: mantener el cuerpo y la mente ocupadas para descansar mejor
• Vitaminas: para no medicarme por lo psicológico/psiquiátrico (se notaba bastante en contra de ello)
También dijo a mi madre y a mí que había que solucionar los problemas en casa porque me estaba afectando bastante.
¿Todo suena razonable y lógico hasta este punto verdad?
Ojalá así hubiera seguido. Sin embargo, empezó a hablar de la medicina tradicional china y de una terapia/tratamiento que solía usar con pacientes de todas las edades que tenían problemas de ese estilo o niños con hiperactividad, para la falta de concentración, etc.
No recuerdo el nombre, pero acabé con parchecitos en el pecho y en las orejas... se sentían raros, eran básicamente dos cuadritos de plástico que se adherían entre sí y en medio de ellos había un alambrito que salía por el centro de uno de ellos atravesándolo y se incrustaba en la piel, eso y más pegamento lo mantenían aherido a la piel (el cuadrito medía menos de 1 cm, la agujita a lo mucho 1 mm). Algunos parchecitos no tenían aguja, solo pegamento y una semillita en su interior.
No sentí que me ayudaran mucho los parchecitos... ni les encontré fundamento científico.
Más bien al ya saber qué era lo que provocaba el dolor, me ayudó a no tener tanto miedo de él y solo tratar de relajarme o de aclarar mi mente y mis emociones por unos momentos.
(Para eso me ayudó Yana, mi app, y también algunos consejos o frases, quiero mencionar a Gonzok, un youtuber, porque tiene ansiedad y una vez dijo "<Las emociones solo duran 90 segundos si no las alimentas> es lo que me repito cuando sé que estoy a punto de entrar en pánico o tener un ataque de ansiedad" creo que lo leyó en un libro, no digo que él es el autor de la frase, pero me ha servido mucho).
El dolor desapareció al cabo de un tiempo, seguía con algunos ataques de ansiedad y dolores de cabeza constantes, pero ya era el pan de cada día.
Hasta esta noche...
Lo que me motivó a escribir sobre todo esto fue que volvió ese dolor en el pecho.
Es demasiado tarde y enserio necesito descansar lo poco que me queda, son las 4:00 am ya y entro a la escuela a las 7:00 am.
Deseenme suerte, vaya que la necesito.
La verdad sí me asusta, sé que necesito terapia pronto... lo más pronto que se pueda.
Pero hay muchas cosas en el camino.
En fin, me voy a dormir, bye bye.

ESTÁS LEYENDO
Diario de una adolescente con ansiedad
Non-FictionTengo 17 años, mi vida es un desastre y mi cabeza está tan llena que decidí sacar un poco de eso aquí Ojalá disfruten y se entretengan un poco con la vida de esta pobre alma que trata de sobrevivir a lo que la vida le avienta, o tal vez que se ident...