Diario de una adolescente con ansiedad

Antisocial

No me gusta estar en un lugar desconocido con personas desconocidas, a veces siento que todos me observan y que soy el 'bicho raro'.

Desde el preescolar me sentía rara: el primer día, yo me despedí de mi mamá y entré al salón con mi lonchera en mano a sentarme frente a una mesita, mirando por todos lados niños llorando y gritando desconsolados, algunos aferrados con las manos a sus madres o a lo que estuviera a su alcance mientras la maestra y las mamás trataban de calmarlos.

Yo me preguntaba: ¿Por qué lloran?

En el resto de los días fui conociendo algunos niños y niñas.

Mi madre me dice que me la pasaba siguiendo a la maestra a donde sea que fuera durante los recreos.

Yo no lo recuerdo, pero sí recuerdo sentirme sola, tratar de participar cuando hacían juegos algunos de los chicos que hacían servicio social, pero ser la niña que se escondía tan bien o corría tan lejos que nunca encontraban.

Además, tenía amigos, a veces iban a mi casa o iba a la suya, pero en recreos era diferente, ahí no jugaba con niños porque:
¿Cómo iba a jugar con niños? Eso es raro
Pero tampoco con niñas porque:
"Ay, es que estás chiquita y no vas a poder correr con nosotras" "Es que no vas a alcanzarnos porque estás chiquita".

¿Había mencionado que siempre he sido pequeña? Al día de hoy no mido más de 1.55 metros.

También, mi cumpleaños es en Noviembre; el año en que entré a preescolar, fue el primer año que admitieron alumnos que cumplieran los 4 años hasta diciembre, anteriormente solo los aceptaban con los 4 años cumplidos hasta agosto, es decir, cuando iniciaba el ciclo escolar.
Por lo tanto, tenía 3 años al entrar.

Pero el ser pequeña no era algo que a mi me importara, me encantaba correr y jugar y aunque estuviera acostumbrada a que dijeran que era chaparra y flaquita, me molestaba que esa misma fuera la razón que me daban cuando no me dejaban jugar a algo como correr o lo que fuera.

Ni siquiera me trataban mal, me trataban con cariño, decían mi nombre en diminutivo, pero no me dejaban jugar.

Mi hermana, que es 8 años mayor que yo, me decía "Antisocial".

El segundo año fue parecido, ese año entró al jardín de niños una prima, con ella y sus amigas sí podía jugar, pero la verdad me aburría muy fácilmente, por lo que no lo hacía mucho.

Los últimos meses, fueron mejores, hice una amiga con quien sí pasaba los recreos, su nombre era Herse.

Solo fueron unos meses, porque luego tuvimos que ir a la primaria, pero siempre la he recordado con mucho cariño y he querido decirle muchas cosas, agradecerle por ese tiempo juntas, puede no haber sido mucho, pero me hizo sentir muy bien.

La vi hace varios años, ella me reconoció, yo no, soy muy mala con los rostros, me entristece el no haberle dicho entonces lo que quería, pero me alegra haberla visto una vez más... aunque de nuevo haya olvidado su cara JAJAJAJJ supongo que esas cosas pasan.

Un día mi papá fue por mí al kinder y me llevó a casa, luego salió de nuevo para ir a recoger a mis hermanos. Mi mamá estaba haciendo la comida y me dijo "Ya casi vas a ir a la primaria, vas a tener otros maestros, vas a conocer otros niños, y te vas a levantar una hora antes".

Yo, que un instante antes había estado feliz, ahora estaba llorando. Yo no quería irme a una escuela desconocida, con más niños, cuando por fin tenía una amiga... y tampoco despertar más temprano.

Después, al estar en ella, la primaria no fue tan mala, ya conocía a varios niños y los otros los empezaba a conocer, así que no fue un cambio tan drástico.

De alguna manera acabé con una niña llamada Antonia, la pasábamos juntas, en los exámenes me pedía respuestas y yo se las daba. Almorzábamos juntas todos los días, platicábamos, incluso me aprendí su cumpleaños.

En ese entonces me caían mal las personas populares, les llamaba "presumidas" y justo así había un grupito de niñas, las detestaba, pero aún más luego de que un recreo, Antonia me dijera "Olvidé algo en el salón, ahorita vengo" y no volviera.

Yo estaba ahí, sentada en una banquita, comiendo mi almuerzo, esperándola, preguntándome por qué tardaba.

Se acercaron dos niñas por lástima y me preguntaron:
—¿Por qué estás sola? ¿Y Antonia?
—Dijo que iba al salón por algo que olvidó

Una de las niñas fue a ver por la ventana del salón, donde vió a Antonia jugando con las presumidas.

Ambas se quedaron conmigo el resto del recreo.

Lejos de entristecerme al recordar ese día, me hace feliz, pues ese día empecé a hablar con Keith.

Un día Keith me regaló una página de un libro para colorear, me alegró y quise regalarle algo, así que mi mamá o mi hermana (no recuerdo quién de las dos) me dijo que podía darle una hoja de mi libro para colorear de Hello Kitty, eso hice al día siguiente.

Pasaron los días, semanas... Keith y yo eramos mejores amigas.

Lo hemos sido por unos 11 o 12 años hasta ahora.

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Keith, si lees esto: Te amo bb 🥺💕