Capítulo 23. Quiero estar cerca cuando lo pidas.

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Capítulo 23. Quiero estar cerca cuando lo pidas y cuando no que el mar me lo impida.

PHUPHA

Los dos caminan a la orilla de la playa sin decir nada, el silencio no es incómodo. Tian sonríe al sentir el agua cálida del mar entre sus pies y Phupha vuelve a sentirse agradecido por el simple y mágico hecho de tener a Tian al lado suyo. Aquella caminata es parte de su rutina diaria desde que el doctor dijo que estaba bien salir a pasear un poco, sin excederse claro y Phupha sabe que esa caminata es una de las partes favoritas del día para Tian.

Y aunque no caminan mucho, aunque apenas se alejan de la playa privada de la casa de Tian Phupha puede notar que esa actividad llena de vida la mirada de Tian y colorea sus mejillas dándole un aspecto cada vez más sano. Sí, claro, los dos siguen siendo cuidadosos con todo lo que hacen pero el terror de una tragedia se ha esfumado, es como si no hubiera existido entre los dos. Ni él ni Tian hablan de todo lo que pasó antes. Es como si los dos estuvieran disfrutando el presente y mirando al futuro porque ahora hay un futuro prometedor para los dos.

Sin embargo, aunque eso no tenga nada que ver con la alegría serena que lo invade ahora, un suspiro preocupado sale de los labios de Phupha porque, aunque le gustaría no pensar en ello, hay algo de lo que él no ha hablado con Tian, algo que se ha callado durante el último mes. Primero se lo atribuyó claro a que él se encargó de cuidar de Tian con dedicación absoluta después de que él saliera del hospital y después, simplemente sucedió que no sabe cómo demonios abordar el tema.

Phupha no sabe cómo decirle a Tian que habló con su padre el día de la cirugía y que el general sigue preguntándole por él desde hace días. Phupha no sabe si Tian pensará que está traicionando su confianza porque no depende de él decidir si el padre de Tian tiene o no buenas intenciones. Sin embargo, el muchacho piensa que el general Teerayut ha sido sincero, al menos en cuanto a que no quiere dañar a su hijo. Phupha piensa que quizá el hombre es sincero y que está asustado de verdad porque todo ese tiempo no ha buscado a Tian de forma directa y eso hace que Phupha se sienta aún más culpable.

Es un traidor de lo peor, ¿no es así? Phupha está siendo cordial con personas que hirieron a Tian y él sabe que es un desastre y que debe decirle a Tian pero ¿cómo? ¿Cómo demonios decirlo?

—Phu, ¿qué pasa?— dice Tian como su pudiera leer su mente y Phupha siente que sus mejillas se llenan de rubor porque en realidad no puede ocultarle nada a Tian.

—No pasa nada, lo juro— dice Phupha suspirando de forma profunda—. Es solo que quiero decirte algo pero no sé cómo hacerlo y temo que vas a odiarme cuando te lo diga.

—Phu, yo jamás podré odiarte— dice Tian con calma Y Phupha nota que el chico frente a él está diciéndole la verdad porque confía ciegamente en él y Phupha siente su traición como algo aún más horrible—. Puedes decirme lo que sea, no voy a enojarme contigo, ¿cómo podría enojarme contigo?

—Es que esta es una buena razón para odiarme, Tian— dice Phupha de forma seria, sabiendo que no puede callarlo más—. De verdad hice algo malo.

—¿Me engañaste con ese médico de urgencias que no dejaba de coquetearte cuando creía que yo estaba dormido?— pregunta Tian y su mirada se llena de una furia callada que hace que Phupha tenga ganas de reír a pesar de todo.

—Tian, jamás te seré infiel ¿cómo puedes pensar eso?— pregunta Phupha y acaricia las mejillas del otro chico con suavidad—. No, Tian, jamás he puesto mis ojos en otra persona desde que te conocí.

—Lo sé, mi Phu solo me ama a mí— dice Tian con una alegría burbujeante que hace que Phupha se sienta el hombre más afortunado del universo—. Debí decirle a ese medico de quinta que juramos amarnos para siempre.

Ojalá que tú. Ojalá que yo. Ojalá que sí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora