Capítulo 27. Cuando tú me miras me crecen flores en el pecho y en las heridas.

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PHUPHA

Han existido muchos momentos en los que Phupha ha sentido por Tian un amor que le parece imposible: demasiado cálido, demasiado enorme, simplemente demasiado para él. Basta mirar atrás para reconocer que los mejores días de su vida empiezan con aquel primer día, el día que lo había cambiado todo en aquella pequeña cafetería. El día en el que se había encontrado con Tian para no dejarlo ir jamás.

Sin embargo, Phupha piensa que esta mañana ama a Tian un poco más. Es ese amor enorme que late en su pecho lo que le impide correr a su lado aunque lo desea con fuerza. Y es que Tian está en frente de un hombre que Phupha hubiera querido no ver jamás cerca de él. Su padre, si es que aún puede llamarlo de aquel modo, está frente a Tian usando su uniforme verde de los guardas forestales y Phupha se sorprende un poco de no verlo cargar su arma favorita aunque lo cierto es que su padre no necesita una pistola para herir a alguien. La sonrisa burlona de siempre está puesta en sus labios. La mirada cruel de sus ojos augura palabras terribles que están a nada de salir de su boca y Phupha ama a Tian con todas sus fuerzas porque en el rostro del chico no hay temor, ni siquiera furia: los ojos de Tian están llenos de lastima y también de poder. Es como si Tian supiera que nada de lo que ese hombre pueda decirle importa de verdad.

—¿Qué es lo que quieres?— pregunta Tian con autoridad y con la serenidad propia de quien sabe que está por encima de todo.

—Vine a ver a mi hijo— dice el hombre sin borrar la sonrisa cruel de sus labios—. No ha tenido la decencia de saludarme a pesar de que él y tú han estado aquí por más de una semana.

—Tú no tienes un hijo, al menos no uno al que pueda permitirte ver— responde Tian con firmeza—. Vete, nadie te necesita aquí.

—Me gustaría que mi hijo fuera quien me dijera eso— espeta el hombre con desprecio—. Siempre ha sido débil, desde que es un niño no hace más que esconderse pero esto es bajo ¿sabes? Como su madre está muerta ahora se esconde detrás de su esposa rica.

—No soy su esposa— dice Tian sin caer en la trampa—. Tengo lo mismo que tú debajo de mis pantalones así que supongo que incluso alguien tan estúpido puede llamarle a las cosas por su nombre: soy el esposo de Phupha, sí, pero él no es tu hijo y no está escondiéndose, simplemente no quiere verte.

—¿Te sientes intocable por ser el hijo de tu padre?— pregunta el hombre—. Eres arrogante, niño estúpido, pero no eres más que eso. Eres un niño estúpido y nada más. Un niño rico y caprichoso que siempre lo ha tenido todo. Compraste a mi hijo con palabras bonitas y regalos caros ¿no es así? Pero te aburrirás de él, es lo que siempre sucede. Las personas de esta aldea no tienen derecho a soñar con más de lo que tienen. Phupha debió quedarse aquí como todos los demás. No entiendo por qué se atreve a pensar que será más que nosotros. Él dice que te ama pero ¿estás seguro? ¿Cómo sabes que no está usándote? Quizá solo esté fingiendo amarte para obtener de ti todas esas cosas que le has dado. Vaya, incluso ha convencido a tus padres de que te ama ¿no es así? Debo admirar eso de Phupha, debo admirar que mi hijo está jugando con personas como ustedes. Y por eso quiero verlo. Quiero felicitarlo por eso.

—Phupha no está y tú no tienes ni idea de quién es él— dice Tian con aire aburrido—. De hecho, jamás estará para ti. Vete, déjanos en paz.

—Quiero que él me lo diga— insistió el hombre—. Lo esperaré.

—No, regresarás a tu base. No me hagas llamar a mi padre para que ponga orden aquí...

—¿Tu padre? ¿Tú tampoco puedes defenderte como un hombre lo haría? Te escondes detrás de papá también, ¿eh?

Tian ríe de forma divertida y en ese instante, Phupha piensa que sería mejor acercarse a ellos. Él sabe que Tian estaba defendiéndolo porque es verdad que él no quiere estar cerca de su padre, pero no va a esconderse. Si su padre lo ha ido a buscar a él entonces es él quien tiene que enfrentarse a toda aquella escena. Así que Phupha empieza a caminar pero la voz llena de enojo y dureza de Tian vuelve a dejarlo clavado en tu sitio.

Ojalá que tú. Ojalá que yo. Ojalá que sí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora