Capítulo 20. En este instante nadie dirá adiós, te guardaré en mi corazón.

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Capítulo 20. En este instante nadie dirá adiós, te guardaré en mi corazón. En este instante sé que nuestra historia no va a terminarse.

TIAN

Está asustado, no puede ocultarlo. Son las manos de Phupha las que están ayudándolo a vestirse con la bata del hospital que las enfermeras prepararon para él. Tian debe descansar aquella noche en el hospital y debe guardar ayuno al menos por doce horas. Phupha no podrá quedarse con él porque el doctor Suthikul ha dicho que debe estar también tranquilo toda la noche y Tian entiende perfectamente que el doctor ha dicho eso porque una despedida emocional antes de la cirugía es lo que menos necesita.

Pero él sabe que ni él ni Phupha harán una escena, no después de las promesas que acaban de entregarse a la orilla del mar. Los dos están tristes, eso también es cierto, pero no es la clase de tristeza que te lleva a la desesperación sino ese sentimiento que está incluso lleno de paz. Los dos han hecho las paces con sus destinos. Los dos saben qué es lo que puede pasar y lo enfrentarán con el mismo valor y la misma dignidad con la que los héroes de las historias de aventuras suelen enfrentarse a su batalla final.

Ahora mismo, las manos de Phupha están alisando algunas arrugas en su bata. Tian sabe que él no quiere irse pero llega el momento en la vida de todas las personas en el que incluso aquellos a quienes más amas no pueden acompañarte. Y Tian sabe que ese momento ha llegado para él. Tian sabe que, cuando entre al quirófano, sólo él y su corazón tendrán que luchar para seguir viviendo.

—¿Tul de verdad irá a imprimir un álbum de fotos para los dos?— pregunta Tian de forma casual porque no quiere pensar en una despedida, claro que no.

No va a decirle adiós a Phupha, a él jamás podría decirle adiós. Para él, ese momento será como cuando los dos se quedaban hasta tarde en la cafetería hasta que Phupha decía que tenía que volver a casa. En aquellos momentos los dos sonreían sabiendo que podrían verse al día siguiente y Tian quiere que ese justo instante sea igual. No se despedirá de Phupha porque todo lo que quería decirle se lo ha dicho ya en la ceremonia a la orilla del mar y también en la carta que escribió y la cual Phupha leerá cuando la cirugía esté en curso.

—Dijo que no podía esperar más así que lo hará. Longtae y Rang de verdad tomaron fotografías muy hermosas— dice él sin dejar de sonreír y Tian admira todo el valor que se esconde detrás de esa sonrisa y también el amor, ese amor que es valiente y que lo acompañará en todo momento durante su lucha.

—Ya quiero verlas— dice Tian con ilusión—. Por favor, ponlas en un álbum y tráelas para mí cuando el doctor diga que puedo recibir visitas.

—Por supuesto que sí, haré el álbum más hermoso para ti— dice Phupha y toma su mano con fuerza—. El doctor dice que después de la cirugía tendrás que estar en una habitación aislada al menos por una semana pero te juro que cuando sea seguro verte, seré el primero en venir aquí.

—Lo sé, sé que siempre vendrás— dice Tian y el miedo se desvanece un poco cuando piensa en que todo pasará—. Prométeme que dormirás bien y que vas a ir a dormir a la casa de la abuela. Oí que le dijiste a Nam que planeas acampar en la sala de espera y eso no está bien, Phu, el doctor Suthikul y Nam cuidarán bien de mí, necesito que cuides bien de ti porque yo no estaré para hacerlo.

—Voy a dormir y comer bien pero no me alejaré mucho de ti, Tian— dice Phupha y Tian acaricia su rostro con dulzura—. Tengo que estar al tanto de todas las noticias, tengo que quedarme aquí.

—Eres un necio— dice Tian con ternura y Phupha sonríe de forma avergonzada—. Por cierto, ¿sabes de qué me arrepiento un poco justo ahora?

—¿De qué?— pregunta Phupha con algo de aprehensión.

Ojalá que tú. Ojalá que yo. Ojalá que sí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora