Mi jefe

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Akutagawa Ryunosuke estaba completamente desesperado, aquel albino no paraba de inundar su mente, desde que llegó a su empresa no hace más que rechazar sus peticiones. Había tardado tanto en acercarse, al principio solo le parecía molesto y demasiado brillante para su gusto. Pero ahora, por alguna extraña razón quería tenerlo, sin embargo este no hacia más que ignorarle.

-Oye atsushi-kun- aquel castaño había llegado por una revisión regular del estado de sus acciones, conocía al peliblanco desde que este era pequeño, de hecho, el mismo lo recomendó a akutagawa para el trabajo como su secretario personal

-¿Que deseas Dazai-san?-El peliblanco le miraba curioso aunque algo fastidiado, sabia que si se trataba del castaño cualquier cosa podría salir de su boca

-¿Por qué ignoras los acercamientos de Akutagawa-kun?-

Y allí esta, una pregunta para nada de su incumbencia- Simplemente no deseo sus cortejos-

-¿Por qué?-

- Por nada en particular Dazai-san-Caminó hacia su escritorio. Realmente si había una razón, el pelinegro era conocido por ser promiscuo y despiadado. Al principio este le había atraído, le miraba cada que podía, sin embargo, al conocer aquellos rumores dejo esa idea, para él el amor era algo sagrado, si amas a alguien no puedes jugar con él, si no lo haces no desperdicies tu tiempo.

Al llegar a su escritorio encontró un ramo de rosas con una pequeña tarjeta entre ellas "espero que te gusten" A.R. Las miró de nuevo y acarició el pétalo de una de ellas. Tomó un jarro lleno de agua y las puso en el con suavidad.

-Que desperdicio- Las dejó en su escritorio y se dirigió al área de contabilidad por el balance general del año anterior y su proyección de flujo de caja en el presente

El azabache miró indignado aquella respuesta por parte del albino, tenia acceso a las cámaras de todo el lugar, lo que le permitió ver y escuchar todo.

-Si no te gustaron...por qué las tratas con delicadeza- 

El día transcurrió con ambos protagonistas ocupados en sus labores, la noche cayó y nuestro peliblanco perdió el último metro, resignado a su destino pensaba pasar la noche en el estacionamiento del lugar

-Oye Jinko, ¿Por qué sigues aquí?-

Tsk, el azabache siempre se había tomado retribuciones que no le correspondían, le comenzó a llamarle Jinko sin su consentimiento con la excusa de que su cabello y su carácter le recordaba a aquel felino- Buenas noches akutagawa-san, estuve en una reunión con el departamento de estadística acerca de las tabulaciones de las encuestas acerca del nuevo producto, se nos hizo tarde y perdí el último metro

-Entiendo...¿Quieres venir a mi casa?

-No se moleste, muchas gracias- ¿Quién se cree?, no voy a ir con él para ser su "dama de compañía de una noche"

-Tengo una reunión virtual en 5 minutos, no puedo dejarte en tu casa. Solo puedo darte alojamiento en la mía. Mi casa o el estacionamiento, tienes 10 segundos para elegir- 

¿Por qué tenia que ser así? Hasta sus acciones bondadosas parecían groseras debido a su tosco comportamiento. Tsk...no tengo opción

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Cené mientras él terminaba su reunión de negocios con una empresa extranjera, podrá ser un casanova sin remedio, pero era realmente talentoso y eficiente en sus negocios.

-¿Joven desea algún postre?- su empleada era realmente agradable y servicial, me sirvió la cena y atendió con entusiasmo

-No, así esta bien, muchas gracias. Es muy amable-

Reto 30 días OTP- AkuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora