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Drew.

Las llamadas perdidas de Trisha me habían tomado por sorpresa, pero me vi incapaz de responderle en ese momento, sabía que ella y May no tenían una buena relación. Lo mejor era dejar a mi rival en el apartamento y regresar rápidamente a casa. Eso fue lo que hice.

Estuve profundamente tentado a entrar a ver a mis pokémon, pero la cobardía me venció una vez más. No necesitaba ver a los ojos de May para saber que estaba muy decepcionada. Ni siquiera me volteó a ver, solo entró a la casa.

Cuando subi a mi auto, me quedé un par de minutos meditando que hacer. Tal vez debería llamar a Trish

Avancé unos cuantos metros fuera de la residencia y me orille para marcar con tranquilidad. No pasaron ni cinco segundos cuando...

-Hola Trish que...

-¡¿Se puede saber donde demonios estas?!

Nunca había escuchado a mi esposa tan enojada.

-Fui a cenar, voy a la casa ahora...

-¿A cenar? ¿Quieres que te crea esa mierda Andrew? ¡Ya dime quien es esa zorra con la que te revuelcas!

¿Cómo?

-Amor no se de que estas hablando.

-¿Y la pelinegra que llegó hoy a trabajar? Star ya me contó todo.

Sabía que Starla no se quedaría mucho tiempo callada. Nunca se puede meter en sus propios asuntos la hija de...

-Trish, la señorita Powell sólo fue a asesorar en la junta, es una nueva contadora de la compañía y necesita estar ahí...

-¿Necesita? ¿Necesita? ¿Está tan buena la desgraciada?

-No es eso...

-¡Y no lo negaste! ¿Qué no tenias a Barnes?

-Barnes es el contador principal, ella vendría siendo como su segunda al mando.

-¡No me importan tus excusas! ¡Quiero que la despidas de inmediato!

He tenido muchas secretarías en estos años, algunas jóvenes y entusiastas, que no tardaron ni una semana en renunciar, según los comentarios de algunos de los empleados, Trisha se pasaba de vez en cuando por la empresa, al final contraté a María, una mujer de más de 60, pero eficiente en su trabajo para evitar la ira de mi esposa, realmente odiaba que fuera tan celosa cuando no hemos pasado el suficiente tiempo juntos, lleva meses sin dejarme tocarla, sin acercarme a mi hijo, ni siquiera sé lo que será. Aquella época en la que fuimos novios, cuando vacacionamos por las soleadas playas de Mele Mele en Alola, acudiamos a esas obras de teatro que tanto le gustaban, compartíamos noches increíbles, se notaban tan lejanas ahora. Siempre he hecho de todo para complacerla, sin excepción. Siempre ha sacado una parte de mi que nadie más ha visto, ella...

-Trish, no puedo despedirla.

Las palabras salieron de mi boca antes de razonar. El silencio del otro lado de la línea se percibía de lo más mortal.

-Repite lo que acabas de decir Andrew Hayden....

OK, está iracunda.

-No la puedo despedir...

-¡¿CÓMO MIERDA NO LA PUEDES DESPEDIR?! ¿ACASO UNA SIMPLE EMPLEADA VALE MÁS QUE YO? ¡TE RECUERDO QUE SOY TU ESPOSA!

-¡Trish cálmate, le hace daño al bebé!

-¿El bebé? ¿En serio ahora te preocupa el bebé cuando me estás poniendo debajo de una cualquiera?

-¡No es una cualquiera, es la ahijada de Yates!

Someone Like You [Contestshipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora