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Una semana ha pasado desde que Drew me dio el día libre, no he sabido nada de él, he querido contactarlo pero no contesta, lo último que hizo fue mandarme un juego de sus llaves de oficina con su chofer. Me dolió pensar que me estuviese evitando pero esa angustia fue calmada por Yates quién dijo que fue convocado por el patriarca Hayden para asuntos de gran importancia pero que ha la dejado actividades para mí y el resto de los empleados. Me alegré y a la vez me preocupé, espero no sea nada malo.

En estos días me dediqué a aprender lo mejor que pude, establecí una buena relación con el contador Barnes quien es amable en su muy particular forma, también establecí una amistad con algunas de las secretarias y ayudantes.

Pero también gané unas enemistades muy extrañas, algunos miembros del personal me miraban de una forma poco amable, destacando la de Starla sobre todos.

Según me enteré Trisha había hecho un escándalo de proporciones épicas el día que yo falté, ya había oído que hacía rondas de vez en cuando para imponer su voluntad en la empresa y despedir gente, sin embargo en esta ocasión pareció no salir victoriosa. Cosa que nadie sabe porque y aunque tienen sus propias teorías nadie me ha querido decir nada.

Drew había mencionado la amistad entre ese par de arpías, así que la vigilancia excesiva de Starla no era ninguna sorpresa. En silencio agradecí haber recibido ese día libre, no creo que hubiese soportado tal drama y mucho menos ver la enorme barriga de Trisha paseándose en mi cara.

Pero sobre todo temía que me reconociera.

Las discusiones que tuvimos a espaldas de todos fueron una cosa que no se lo deseo a nadie. La única que conoce lo sucedido es Dawn quién estuvo a punto de contratar a unos matones para secuestrar a Trisha. Ahora me pregunto si negarme a ello fue lo correcto.

Ignoré ese pensamiento y seguí comprobando unas cifras mientras tomaba mi desayuno, es genial cuando no hay nadie observando, y juzgando mis combinaciones culinarias, hoy decidí traer panqueques con jalea de mango, a mucha gente no le gusta pero le da un toque ácido increíble.

El teléfono de mi oficina sonó.

-'¿Diga?

-Andy, disculpa la molestia -habló Katia, una de las asistentes de presidencia-pero la señora Doyle quiere que abras la sala de juntas, salió algo de último imprevisto, son visitantes importantes así que hay que estar al pendiente.

-¿Pero, eso no te toca a ti?

-Si, pero voy a llagar tarde y Yates me dijo que el señor Hayden te dejó una llave de emergencia.

Pfff , ya ni para negarme.

-Cierto, bueno tranquila yo abro.

-Y otra cosita...

-Dime

-Se pidieron bocadillos especiales para esta junta en específico ¿Podrías revisar que esté todo? Te mando la lista.

¿En serio? ¿Tanta gente en este lugar y a mi me mandan a hacer esto? ¡Hola, tengo trabajo que hacer!

-Si, si yo veo todo.

-¡Eres la mejor! ¡Nos vemos al rato y prometo compensarte!-

Más le vale.

Tras colgar la llamada revisé mi correo la dichosa lista de alimentos aprobado para un montón de directivos con lengua delicada y "sofisticada"

Los nombres de la mayoría solo lo había visto en menús de platos de restaurantes caros, otros ni los podía pronunciar, vinos, champagne, agua traída de Paldea y...

Wow.

Hasta el fondo de las lista había una curiosa -y cuantiosa- selección de postres, bombones rellenos, tiramisú, chouquettes, pastelillos e incluso mini panqueques rellenos de crema de maní, Arceus quién pidió esto tiene muy buen gusto, Y si tengo suerte vez pueda robarme uno de las sobras.

Someone Like You [Contestshipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora