●10●

164 9 4
                                    

Drew.

La cara de Yates era un poema, pero a la vez su sonrisa burlona me molestaba a niveles demasiado altos. El tiempo apremia y ser sincero era lo mejor que podía ser con mi vicepresidente luego de lo que le hice ayer.

-Andrew, se que no tengo derecho a meterme en tu vida, pero si voy a pelearme con tu esposa mínimo merezco saber el porque.

Suspiré ante una historia que no me apetecía para nada contar.

-May es una vieja conocida, como podrás haber adivinado ambos competiamos en el mismo tiempo, en los mismos circuitos, éramos rivales y a la vez grandes amigos. Ella se convirtió en mi roca, escuchaba atentamente mis quejas e inquietudes... Hasta que perdimos contacto el día en que me casé. Bueno, con todos mis amigos realmente.

-No tenias porque dejar de hablar con ellos. ¿Sabías?

-Tu mismo has visto como mi familia ha presionado mucho con el tema, además no se llevaban bien con Trisha, todavía sigo sin entender el motivo.

Yates esbozó una mueca que no me gustó nada, pero se la dejé pasar.

-Bien, entiendo que la Señorita Maple es una vieja amiga, que por eso no se le puede despedir y necesita que interceda por ella como mi protegida, pero eso no explica tu extrema suavidad con ella.

-¿Qué no escuchaste nada de lo que te acabo de decir?

-Si, pero estoy realmente seguro que ni a tus primas las tratas con más tacto, y a ninguna de ellas incluida Trisha has llevado al Jardín Encantado ¿No, "Señor Brightman"?

Estaba seguro que el shock en mi rostro era visible de aquí hasta Johto.

-¿Cómo sabes...?

-Pues tuve la fortuna de pasar por una preciosa tienda de antigüedades a buscar un reloj fino para mi colección, cuando vi tu auto meterse por un camino que pocos conocen para llegar a ese lugar tan interesante, además juro haber visto una cabellera corta y negra contrastando la tuya, por lo de tu nombre falso creo que es bastante obvio.

-Ok, ¿A que punto quieres llegar con esto?

-Solemente creo que lo tuyo con la señorita Maple es mas de lo que aparenta.

¿De lo que aparenta? ¿Que demonios le pasa a Yates? Osea, es verdad que nunca lleve a Trish al Jardín Encantado, pero es que ese es mi espacio privado, donde no escucho inconvenientes, el mundo se detiene y puedo pasar paz en soledad.

"Pero aún así llevaste a May" resonó una voz en mi cabeza.

-May yo jamás tuvimos una relación más allá de la amistad, ni siquiera con derechos. Así que no pienses mal, solo quiero ayudarla y sé que tu también la aprecias así que dile a Trish que es tu ahijada y punto.

-De acuerdo, lo haré-dijo mi vicepresidente ejecutivo encogiendose de hombros- Sabes bien que me encantan los dramas.

Le dediqué una mueca fastidiada.

-Bueno señor si me disculpa iré por unas cosas, no tardó.

Allan se retira a su oficina y yo lo único que necesito es tomar algo para bajar estos ridículos pensamientos de mi cabeza para concentrarme en lo más importante, hoy Trish cumplía 7 meses de embarazo, solo restaban dos para conocer a mi hijo, la emoción recorría mi ser de una manera muy especial.

El teléfono de mi escritorio suena repentinamente. Me acerco rápido a contestar.

-¿Diga?

-Señor, su esposa acaba de subir por el ascensor a su oficina, la señorita Kingston la pasó de inmediato-la voz de la recepcionista temblaba, cerré los ojos tratando de disipar mis nervios

Someone Like You [Contestshipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora