― Ginny, abre la puerta...
― Estoy bien ― Harry a penas escuchó el ahogado susurro de la pelirroja que permanecía encerrada en el baño, pero aquel silvido imperceptible que escuchó Harry terminó por asustarlo.
― Abre ahora la puerta, Ginevra ― Después de unos escazos minutos salió una pálida, ojerosa y sudorosa Ginny. El verde botella del pijama contrastaba evidentemente con aquella palidez, aún así compuso una sonrisa cansada y tranquilizadora para él. ― ¿dime qué sucede? ― Preguntaba él preocupado.
― Estoy bien, Harry... sólo son convulciones.
― ¿Convulciones?
― Debido a los golpes, supongo ― Añadía encogiéndose de hombros la mujer.
― Estás muy pálida... ¿te duele la cabeza?
― Mucho ― Sonrió ella, cansada y mareada. ― Harry con cariño tocó su frente quitándole el sudor.
― Tienes fiebre ― Murmuró en un tono frustrado. No quería que ella se sintiera así... si Malfoy no se cruzaba en su camino lo buscaría por todo el planeta y le haría pagar golpe a golpe cada malestar de Ginny. ― ¿sabes la preparación de alguna poción para bajar la fiebre?
― No, pero ya pasará... ¿qué hora es?
― Las tres de la madrugada.
― No quise despertarte... ― Se disculpó ella, pero Harry le acarició el rostro y le brindó una sonrisa.
― Vamos a la cama ― Ella entrelazó la mano que él usaba para acariciarla y el hombre la condujo hasta la cama y con una suavidad tremenda por parte de Harry acostó a la mujer. Él rodeó el cuerpo de Ginny abrazándola por la espalda y depositó un dulce beso en el hombro de ella. ― Quiero que me digas en el momento que sea si te sientes mal, quiero saber como te sientes a cada segundo, tal vez pueda hacer algo ― Ginny sonrió, alzó uno de sus brazos para tener vía libre y poder acariciar el cabello azabache del joven.
― Gracias cariño ― Murmuró. Harry cerró sus ojos y suspiró. Cogió la mano de la mujer, la misma que lo acariciaba, y la llevó hasta sus labios depositando un beso inocente pero que significaba todo para Ginny, luego condujo aquella misma mano hasta el vientre de la mujer y sin apartar la suya la acercó más a su cuerpo. Estaba preocupado por ella... sólo ansiaba el poder tener al bastardo de Malfoy frente a él.
― ¿Cuanto tiempo estuviste con Malfoy? ― Ella lentamente abrió sus ojos y se removió incómoda. Pero debía ser honesta con su presente, cómo lo fue en su pasado y como lo sería también con su futuro y en esos tres tiempos Harry siempre iba a estar latente.
― Casi dos años...
― Eso es mucho...
― La verdad es que no... con mi trabajo no tenía mucho tiempo para él y supongo que desde el primer mes ya me era infiel.
― ¿Por qué se lo permitiste? ― Preguntó incrédulo. Harry no veía motivos para serle infiel a esa mujer, cuando ella estaba en frente el resto, para él, dejaba de existir.
― Porque yo nunca quise estar con él intimamente... creo que él esperó mucho y necesitaba estar con una mujer... yo... yo sólo estuve con él hace tres meses... y no fue cómo lo esperaba...
― ¿Cómo? no te entiendo...
― Tuve que beber una botella de vodka para estar con él, Draco es una persona clásica... sólo necesitaba poder satisfacer sus instintos y le importaba muy poco si yo estaba borracha o sobria.
― Él... ese infeliz te obligó a...? ― Ni siquiera quería formular la pregunta, si Ginny confirmaba sus sospechas en ese mismo instante comenzaría a buscar a ese vil hijo de puta.
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Atado a ti
RomantikPasan los años, pero el dolor, el orgullo, y el amor sigue intacto... los errores no se olvidan fácilmente. Harry y Ginny se ven obligados a estar esposados para poder entenderse. ¿Lo harán odiándose como ellos lo hacen?