"Voy a ser padre, voy a tener un hijo con Ginny tengo un hijo..." Caminaba de un lado hacia el otro casi en perfectos círculos dentro de su cubículo, estaba nervioso, exaltado, trastornado, perturbado y ya no se le ocurrían más sinónimos para describir su estado de ánimo. Aunque pensaba en su hijo y no podía evitar sonreír, ese hijo iba a acabar con su soledad y siempre estaría directamente implicado en la vida de Ginny "La muy bruja me dejó hablando solo, ¿quién mierda se cree para dejarme con la palabra en la boca? soy el padre de su hijo y debe comenzar a entender que debe hablar todo conmigo en relación a nuestro hijo... voy a tener un hijo con esa mujer estoy seguro que Merlín se va a burlar de mí y el niño será idéntico a esa mujer, mi hijo será hermoso, con un carácter de mierda pero hermoso" Terminó por pensar embobado. Un alboroto se escuchó en el cuartel, ceñudo observó el centro del acantonamiento pero ni siquiera le dio tiempo a sacar alguna conclusión al respecto el puño de su mejor amigo se había estampado dolorosamente en la comisura de sus delgados labios desestabilizando su equilibrio y cayendo al suelo.
― ¿Qué mierda te pasa bruto? ― Se quejó Harry limpiando la sangre que escurría por el mentón. Se levantó trabajosamente y lo miró a los ojos.
― ¿Cuál es tú problema tarado? ― Contraatacó el pelirrojo furioso.
― ¿Qué te pasa? ¡habla de una vez! ― Demandó Harry contrariado. Varios aurores se acercaron hasta los dos amigos buscando la manera de intervenir, lo cual era innecesario porque tanto Harry como Ron no hacían más que observarse con angustia. El moreno se revolvió el cabello exasperado ante el silencio de su amigo ― ¡Habla ya Ronald deja el misterio!
― ¡Te dije mil veces que la cuidaras, que no fueras un imbécil con ella que abrieras tus ojos! ― Le recordó encolerizado ― Pero no pudiste...
― ¿De qué mierda hablas? ― Replicó Harry nervioso, la pregunta casi sonó a ruego, estaba desesperado por saber.
― Sabes de que hablo fuiste un maldito innecesariamente con ella, sabías de su estado y la dejaste ir y ahora... ― No pudo seguir y por primera vez su voz se quebró y Harry ya estaba completamente asustado.
― ¿Le ocurrió algo a Ginny? ¿le pasó algo a mi hijo? ― Preguntó aterrado y al ver el estado de ensimismamiento de Ron lo zamarreó de los hombros ― ¡habla de una jodida vez Ron! ― Insistía preocupado.
― ¡Potter! ― Kingsley con su imponente figura cruzó el cuartel en zancadas y llegó hasta el lugar donde todos estaban reunidos observando desencajados la escena ― Los mortífagos tienen a Weasley ― Anunció él con aspecto serio y peocupado. El resto del cuartel dejó escapar un "¿Qué?" de sorpresa y afligidos miraron a su jefe, Harry estaba pálido y se negaba rotundamente a aceptar lo que Kingsley acabara de anunciar.
― Es imposible, no puede ser verdad ― Murmuró pasmado.
― Estaba hablando con ella por teléfono cuando aparecieron los mortígafos, escuché gritos me asusté y aparecí de inmediato en la casa de Ginny pero ya era tarde, estaba todo desorganizado y no pude hacer nada ― Relató Ron con tono frustrado, Harry aún estaba circunspecto ante todo lo que había escuchado, era imposible solo hace unas horas habían discutido y ella parecía tan fuerte y decidida. Definitivamente no la podía imaginar en esa situación. Comenzó a sudar frío, todo empezó a girar a su alrededor alcanzó a sostenerse del respaldo de la silla con fuerza. Estaba aterrado por la vida de Ginny y la de su hijo.
― Hay que elaborar un plan de inmediato ― Decidió Kingsley.
― Yo quiero ayudar ― Propuso rápidamente Ron.
― Muy bien.
― Yo quiero ser el primero en aparecer es un hecho que están en el bosque de Dean ― Aseguró Alfred Walker ― Yo debo ir por Ginny ― Sostuvo el auror.
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Atado a ti
RomancePasan los años, pero el dolor, el orgullo, y el amor sigue intacto... los errores no se olvidan fácilmente. Harry y Ginny se ven obligados a estar esposados para poder entenderse. ¿Lo harán odiándose como ellos lo hacen?