¿Qué?

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"¿Hola?" Dijo en voz alta, no sabía ni donde estaba, pero quería salir, sentía la sensación de que algo estaba mal, sentía que algo lo estaba observando. Un algo desconocido, como una mano invisible ahorcándolo, como si cualquier movimiento en vano fuera a matarlo inmediatamente y no sabía exactamente qué movimiento era incorrecto. No le quedaba más opción más que caminar, de todos modos.

No recordaba nada antes de llegar ahí, absolutamente nada, a duras penas recordaba su propio nombre y ni siquiera estaba seguro de que lo fuera realmente.

'Inosuke', al parecer.

Tardó varios minutos en recordarlo, bueno, no lo recordó exactamente, una voz se lo dijo en un susurro, así que asumió que ese era su nombre. Sonaba familiar y esa voz era bonita, entonces no le importó denominarse a sí mismo como 'Inosuke'.

Había muchas paredes amarillentas y organizadas asimétricamente, el piso del mismo color, un poco húmedo, hecho de alfombra, lámparas colgadas desordenadamente que parpadeaban en desarmonía. El arquitecto que hizo ese lugar no era el mejor de su clase.

"Al menos estoy vivo" pensó, intentando calmar sus malos presentimientos. Aunque con esa 'mano ahorcándolo' era difícil poder agradecer estar vivo.

Siguió caminando unos minutos, escogiendo aleatoriamente a donde ir, parecía un laberinto que ni siquiera tiene salida ni forma de ganar. El olor era asqueroso, pero tenía que lidiar con ello.

Estaba bastante tranquilo, pues exceptuando las malas sensaciones, caminar con los pies descalzos a un ritmo desacelerado era un tanto agradable.

Lo era hasta que escuchó un ruido. Unos pasos, específicamente. Ni él mismo sabe que pasó, pero casi sintió su garganta cerrarse por completo al tener esa pequeña interrupción, ese tonto inconveniente. Empezó a correr, tan rápido como pudo, el silencio lo tenía bastante tranquilo, un pequeño ruidito lograba desconcertarlo por completo, además, unos pasos en este lugar tan sospechoso podrían ser de cualquier cosa menos algo bonito.

"No, no, no, no, no."

Toda su existencia empezaba a sentirse pesada, como si él mismo estuviera cargando el triple de su peso, el piso no ayudaba al hundirse en sus pies. Sabía que en cualquier momento sus piernas iban a parar de funcionar, así que decidió esconderse atrás de una pared, esperando con todas sus fuerzas perderlo de vista.

¿Perder a quién? ¿De qué estás escapando siquiera?

"Todo estará bien, todo estará bien, todo estará bien" Se repetía a si mismo mentalmente para evitar perder la cabeza por completo, no era muy eficaz. Se sentó en su lugar y ocultó su rostro en sus rodillas, muy desorientado.

Se tapó la boca y la nariz con las manos, evitando hacer el más mínimo ruido como lo es el respirar. Pensando para sí mismo que ya no había nada por hacer, que por qué simplemente no moría ahí mismo, para no sufrir más esta angustia que lo devoraba de pies a cabeza.

Escucho como ese algo se iba alejando, sintió un alivio inexplicable pero, tuvieron que pasar severos minutos para que se sintiera lo suficientemente seguro para dar un simple suspiro, pero en cuanto lo dio, pudo escuchar como alguien se acercaba corriendo, aunque no era el mismo sonido y sonaba cómootra persona desesperada; en esos pocos milisegundos, ya había aceptado su muerte una vez más, resignándose plenamente, sin querer salvar un pizca insólita de esperanza.

Cerró los ojos esperando que su muerte no fuera muy dolorosa, rápida y eficaz, pero cuando sintió que lo que estaba corriendo ya estaba al lado de él, no le paso nada. Solo mucho silencio y un montón de mariposas apuñalándolo desde dentro. No, no eran mariposas, eran cucarachas con alas.

Abrió los ojos para encontrarse a otra persona.

Tenía el pelo de color vinotinto rojizo, una cicatriz en la frente y los ojos del mismo color de su pelo. También estaba descalzo, con las prendas más maltratadas posibles.

Lo miró extrañado, se notaba en su cara de preocupación que estaba escapando de lo mismo o de algo parecido, así que guardo silencio esperando una vez más que 'esa cosa' se fuera de una vez.

Una vez ambos sintieron que ya estaba todo bien, Inosuke intento pronunciar un 'hola', no sabiendo muy bien cómo reaccionar ante este tipo de situaciones, pero de inmediato fue interrumpido por un abrazo. Un ilógico abrazo.

"Estoy tan feliz de no ser el único aquí" susurró entre sollozos el de la cicatriz. Una pizca de felicidad brotaba después de tanto. Unos cortos minutos aquí son suficientes para destruir a cualquiera por completo.

Pasaron lo que parecían minutos en esa posición, Inosuke decidió esperar que esa persona se calmara, porque sinceramente entendía por completo la felicidad, o más bien, la euforia desbordante que ambos sentían. Luego, se separaron.

"Lo siento, tú... ¿recuerdas tu nombre?" Dijo en voz baja teniendo mucha precaución. Pues, repito, 'cualquier movimiento en vano puede matarte inmediatamente'.

"Eso creo, yo... creo que me llamo Inosuke."

"Creo que yo soy Tanjiro."
Ambos suspiraron aliviados.

"¿Te molesta si... caminamos juntos?" dijo Tanjiro una vez más siendo precavido.

"Por favor no me dejes solo, este lugar es horrible y encontrarte es probablemente lo mejor que me ha pasado." los ojos de Inosuke se tornaron vidriosos. Tanjiro lo abrazó una vez más.

"Estoy tan asustado... Ni siquiera sé quien soy, ni por qué estoy aquí, ni cómo, ni cuándo..."

"Al menos nos encontramos aquí"

"Juntos."

... Juntos.

Oh, juntos.

...

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Backrooms [Inotan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora