De repente Inosuke abrió los ojos en un lugar inquietante, no recordaba casi nada, a duras penas recordaba su propio nombre, no sabía cómo llegó allí, ni una sola pizca de recuerdos.
Por otro lado, Tanjiro ya llevaba unas horas ahí, y estaba perdien...
No se veía nada, todo estaba oscuro, ni siquiera era solo 'oscuro', era imposible ver algo, no soltaron sus manos ni un segundo, pues ese lugar tenía vibras pesadas. La alegría incontrolable que los invadía se había disipado en tan solo un instante.
Tenían más miedo de perderse, pero si se perdían, mejor hacerlo juntos y listo, ninguno de los dos planeaba soltarse.
"Creo que ahora sería buena idea tomar un poco de esa leche..." dijo Tanjiro, impulsando a Inosuke a tomar primero, lo cuál hizo.
"Ah... Pues, no quiero regresar pero tampoco quiero avanzar, tengo miedo." dijo Inosuke, sin saber qué hacer o qué pensar.
"¿Qué crees que haya si pudiéramos ver?" preguntó Tanjiro intentando distraer al pelinegro.
"No lo sé... Solo espero que no me haga daño, y creo que-" Inosuke paró de hablar cuando vio que Tanjiro no le estaba prestando atención, pero sobre todo porque estaba apretando muy fuerte su mano.
"¿Tanjiro? ¿Está todo bien?" dijo Inosuke esperando una respuesta en palabras, pero en cambio, Tanjiro empezó a levantar la mano con la que se unía con Inosuke, señalando una pared.
Inosuke alzó la mirada.
Sus piernas empezaron a temblar, mientras miraba lo que había en la pared desconcertado, su 'algo' le decía no parar de mirar o algo desastroso le pasaría, intentó usar su mano libre para abrir la puerta y salir de allí, de algún modo esperaba que esa puerta lo llevara a la salida, aunque sabía que solo había un pasillo ahí.
Esperaba una salvación o al menos otra posibilidad, algo un poco más agradable que tener a un... Eh... ¿Cómo debería llamarlo? Era una cabeza flotante que brillaba y sonreía. No se movía ni emitía ningún sonido, solo... Los veía sin parpadear.
Por más que movía su mano intentando encontrar la puerta atrás suyo, parecía que no había nada. La puerta había desaparecido. La pared había desaparecido. No había nada detrás suyo, solo suelo.
Sus ojos estaban llenos de lagrimas. No sabía qué hacer, pues no podía quedarse allí mirando por siempre, empezó a sollozar sin quitar la mirada.
Hasta que Tanjiro habló.
"Tranquilo, si nos quedamos mirando, desaparecerá y no será una alucinación, créeme." Su voz temblaba pero parecía estar seguro de que así se solucionaría.
"¿Ya has visto esa cosa antes?" preguntó Inosuke, esperando que la respuesta fuera confiable, y no por puro instinto como lo estaba haciendo él.
"Si, antes de encontrarte, para esconderme me metí a un lugar oscuro, y ahí estaba... esa cosa sonriente que me miraba fijamente, estaba igual que tú. Llorando, pero jamás paré de hacer contacto visual, y desapareció luego de un rato."
"¿Podemos hablar mientras pasa eso? El silencio me pone muy nervioso. No creo ser bueno para el contacto visual" dijo Inosuke.
"Mmm... ¿sigues teniendo la leche de almendras?" Preguntó Tanjiro, esperando una respuesta extensa para sacar tema de conversación.
"Si... Emm, esta a la mitad, pero solo hace falta tomar poco para sentirse seguro."
"No me agrada pero, toma un poco y dame."
Desapareció al fin. Inosuke se puso la mano vacía en la cara para sollozar más fuerte.
"Tranquilo, ya se fue, estamos bien."
"Tanjiro... Por favor, nunca vayas a soltarme."
"... No."
. . .
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.