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🧷𝑨𝒄𝒕ú𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒓𝒊𝒏𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒑𝒕𝒖𝒓𝒂𝒓 𝒂 𝒔𝒖 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒂. 🧷









Narra Aidan:

Me encontraba soñando, yo con cinco años de edad, unos tienen lindos recuerdos de su infancia, bueno, no todos.

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Aidan: ¡Mami! ¿Podemos jugar afuera?

Decía con mi balón en mano y una sonrisa que le daría ternura a cualquier persona.

Gala: Claro querido, dame un minuto.
Henry: ¡GALA! ¿¡Dónde mierda estás!?

Papá le gritó a mamá, sonaba furioso.
Mamá entra con una pupila pequeña, parecía tener miedo.

...

Me encontraba en el patio trasero, aún esperando a mi mamá.

Aidan: ¡Ay mi balón!

Dije preocupado porque se voló del lado de la vecina, que para mí me asustaba ya que parecía una bruja.

Aidan: Ou, ¡Mami!

Grité pero no recibía respuesta.
Jugando con mis pequeños dedos decidí acercarme un poco más para adentrarme a casa.

Aidan: ¡Mami! Mi balón se voló.

Nada, sólo percibía otros gritos y cosas romperse allá adentro.

Era normal, mi mami decía que a veces discutía con papá y él lanzaba las cosas con enojo, creo que a papi no lo educaron bien.


Iba a dar un paso adelante, hasta que algo cayó enfrente mío.
Alcé la mirada de dónde cayó.







Agachó la mirada

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Agachó la mirada...








Aidan: ¿... Mami...?

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Aidan: ¡Ah!

Agitado me levanté de la cama, toqué mi pecho.
Recordar eso me hacía tener la piel de gallina.

Henry: ¡Levántate Aidan!

Gritó mi padre con un tono no tan amistoso.

Nunca he recordado a mi papá como alguien dulce o que al menos se preocupara mucho por mí, no me agradaba nada aunque fuera mi propio padre.

𝐑𝐨𝐭𝐭𝐞𝐧 𝐛𝐨𝐲, 𝐠𝐫𝐨𝐭𝐞𝐬𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora