˚ 𓏲 ͎ ࣪𓂃˖ 🍂 Capítulo IV

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La mañana está extrañamente tranquila, el silencio en el ambiente trae consigo un sentimiento de paz que pocas veces puede experimentar, lo único que irrumpe constantemente, son algunos cantos provenientes de las aves, que rompen el silencio de ve...

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La mañana está extrañamente tranquila, el silencio en el ambiente trae consigo un sentimiento de paz que pocas veces puede experimentar, lo único que irrumpe constantemente, son algunos cantos provenientes de las aves, que rompen el silencio de vez en vez. Giyuu le da una mordida al emparedado que le hizo Shinobu antes de partir a su trabajo, una sonrisa imperceptible asoma por sus labios. Agradeció mentalmente poder deleitar ese manjar después de todas las clases que ha tenido que dar, tras el cansancio, comer algo delicioso le ayuda a reponer energía. Se sumerge un momento en la bomba de sabores que dan satisfacción a su paladar y entonces es interrumpido por el pequeño grupo que conforman el joven Kamado y sus amigos.

—¡Hay un tipo extraño rondando por la escuela! —grita Inosuke Hashibira. —¡Debería enseñarle una lección!

—Inosuke, no —es Tanjiro Kamado quien pone su mano en el brazo del chico para callarlo. —Lo siento, profesor Tomioka. Es solo que desde hace unos días, todas las mañanas, hemos visto a ese hombre rondar por la escuela.

Bien, el momento con su comida se ha ido. Suspira, consciente del peligro que representa para los alumnos un evento de ese calibre; como profesor, no puede permitir que alguien le haga daño a sus estudiantes. Casi a regañadientes, guarda los restos en la lonchera con estampado marino, la coloca a un lado cuidando no abollarla o algo parecido; con su diestra toma la espada de madera que utiliza para intimidar a sus estudiantes cuando llegan tarde y entonces camina directamente a la reja que da a la calle.

Al principio no encuentra nada, la acera parece tan tranquila como lo estaba cuando todos entraron a tomar clases; teoriza que le están jugando una broma mientras sus ojos comienzan a brillar con el sentimiento ardiente de la venganza, sin embargo, el destello de la banda plateada que siempre adorna el cabello de Tengen, llama su atención, haciéndolo arquear la ceja confundido.

—¿Tengen? ¿Qué demonios haces aquí?

Tengen mete las manos en los bolsos de su chaqueta

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Tengen mete las manos en los bolsos de su chaqueta. Lleva el gorro cubriendo su cabeza, intenta pasar desapercibido, aunque, como siempre, es imposible no notarlo. Ha paseado por el mismo callejón durante algunas horas, sin éxito, tal como los días anteriores; aquel papel de espía parece más simple cuando lo ve en películas, en realidad, le resulta bastante aburrido. Ahora lleva en la mano un café a medio terminar, mientras está sentado a las afueras de la academia, en una banca que los alumnos probablemente utilizan para charlas sociales. Está esperando la hora de salida de los jóvenes; si bien, no ha tenido éxito en encontrar a su musa, podría hablar un rato con Tomioka.

Memorias Al Óleo. ❴𝐔𝐳𝐮𝐑𝐞𝐧❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora