˚ 𓏲 ͎ ࣪𓂃˖ 🍂 Capítulo VIII

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Los días parecen durar una eternidad, las manecillas del reloj avanzan con la velocidad de un caracol, perezosas como si el dios responsable del tiempo se mantuviera somnoliento

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Los días parecen durar una eternidad, las manecillas del reloj avanzan con la velocidad de un caracol, perezosas como si el dios responsable del tiempo se mantuviera somnoliento. Kyojuro y Tengen se encuentran apenas unas veces en los pasillos, no obstante, ninguno tiene el tiempo suficiente para propiciar una conversación adecuada. Uzui se refugia en el consuelo de saber que pronto tendrá tiempo de acercarse a él; la fecha acordada se acerca, así que se dedica a contar los minutos con añoranza, hasta que, finalmente, el tan esperado día, lo recibe con los brazos abiertos y una mañana soleada, libre de lluvias.

Ahora se encuentra sentado frente al espejo, admira su apariencia, al mismo tiempo, da los últimos retoques a su maquillaje, cuida que su aspecto sea tan extravagante que todos centren su atención en él. Hinatsuru ha llegado de imprevisto, lo cual sorprende al mayor, pese a eso, ambos se enfrascan en una amena convivencia, así que es ella quien acomoda la banda gris con pedrería sobre su cabello. Casi había olvidado lo divertido que era pasar tiempo a su lado; desde que su compromiso fue anunciado, ninguno había buscado la compañía del otro sin tener ese tema de por medio.

—Extrañaba esto —admitió Hinatsuru, acomodando un mechón de cabello que estorbaba en el rostro masculino.

—¿Qué? ¿Ayudar al dios de las festividades a verse extravagante? —bromeó Tengen.

—No —responde con una risa. —Pasar tiempo de calidad con un amigo.

Uzui guarda silencio, él también había extrañado la cercanía de Hinatsuru. Sin quererlo, había estado huyendo de ella, una y otra vez; no era que le tuviera miedo al compromiso, si no que, le resultaba abrumador estar a su lado, sabiendo que pronto tendrían que contraer matrimonio; uno que, por cierto, él no había querido. Hinatsuru había sido su amiga desde que eran solo unos niños, era ella a quien acudir cuando las cosas se ponían difíciles en casa, la persona a la que más confianza le tenía, además de Giyuu y verla como algo más que eso, le resultaba difícil.

—Vamos a seguir siendo amigos, sin importar lo que pase, Hina —Tengen dice esas palabras con la esperanza de que sean ciertas; toma su mano, brindándole una sonrisa amigable.

—Lo sé, Ten —Hinatsuru da un apretón, una sonrisa tímida se extiende por su rostro; ella quiere creerle también. Se deshace de su tacto con cuidado, mira el reloj y entonces abre los ojos con sorpresa. —Es tarde, tengo un trabajo esta noche.

—¿En serio? ¿Qué trabajo? —cuestiona.

—Me contrataron como niñera, será solo por está noche —la joven de cabellos oscuros se inclina, depositando un beso en la frente del chico. —Espero que te vaya bien, no sé a quién quieres impresionar, pero no te esfuerces tanto. Solo sé tú mismo.

 Solo sé tú mismo

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Memorias Al Óleo. ❴𝐔𝐳𝐮𝐑𝐞𝐧❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora