—Puedes tocar si quieres —Rengoku da un respingo en su lugar.
Un tenue rubor, se apropia de sus mejillas con celeridad, mientras el efecto que tiene la voz meliflua del hombre, lo descoloca. A pesar del remolino de sentimientos, carraspea, en un intento vano por recuperar la compostura. ¡Vaya vergüenza acaba de pasar! Niega con vehemencia, moviendo la cabeza de un lado a otro, produciendo pequeñas ondas rubias rojizas, deseando tener la habilidad de retroceder el tiempo para prever el encuentro. Tiene la sensación de ser un niño que ha sido atrapado haciendo una travesura.
—¡Lo lamento! ¡Creí que se encontraba durmiendo! —las palabras salen atropelladas de sus labios, pronto se arrepiente de haberlas dicho. —¡No volverá a suceder!
Uzui le resta importancia con un gesto de su mano, se ha sentado erguido en la silla, acomodando con sus dedos, las hebras de cabello que escapan de su pequeña coleta; al final, se rinde, deshaciendo su anterior peinado y liberando su cabello, el cual cae sobre sus hombros. Kyojuro sigue los movimientos con su mirada, le resulta imposible apartar sus pupilas de las manos del contrario; es como uno de aquellos espectáculos, tan impresionantes, que es impensable perderselo. Registra en su memoria pequeños detalles que quizás no tienen importancia, no obstante, él los guarda con adoración; se da cuenta de lo largos que son los dedos del contrario, así como la manera agradable en la que sus uñas están cubiertas bicromaticamente con esmalte.
Kyojuro se siente fascinado por el color de su cabello, la manera en que acentúa su rostro, las facciones finas que posee, las cuales siguen luciendo masculinas; no sabe cuánto ha pasado admirando y alabando las cualidades de Uzui, aunque desearía no dejar de hacerlo, son los labios de Tengen los que llaman su atención, se mueven y sus mejillas se encienden de nueva cuenta, pues no ha prestado atención ni a la mitad de lo que le dijo, así que escucha con atención forzada la última parte de su discurso.
—De cualquier manera… Olvídalo, ¿sí? —Rengoku no sabe qué debe olvidar, pero está dispuesto a hacerlo, los orbes dorados encuentran los adversos, se pierde en la profundidad de estos, sin saber qué responder, su pecho revolotea y Kyojuro asiente. —De acuerdo.
Rengoku permanece en su lugar, impasible, sin una pista exacta de qué hacer a continuación. Saber que se ha dejado llevar por sus impulsos, le apena, aunque al mismo tiempo experimenta la urgencia de retener al más alto; no entiende porque, de pronto, le parece tan necesaria la convivencia con Tengen. Lleva sus manos a las rodillas y aprieta los labios, en tanto, se balancea en la silla.
—No sabía que trabajaba aquí, no lo había visto antes —se aventura a comentar, realmente interesado en la presencia de Uzui en la escuela. No es que le desagrade, simplemente es la curiosidad que emana naturalmente de su ser, o al menos, eso es lo que se dice a sí mismo.
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Memorias Al Óleo. ❴𝐔𝐳𝐮𝐑𝐞𝐧❵
FanfictionTengen Uzui ha tenido sueños periódicamente sobre alguien a quien no conoce... Aún. Plasmar el rostro del hombre con cabellos del color del fuego que le asalta en sueños, se convierte en su nuevo pasatiempo. Las cosas dan un giro cuando descubre a...