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- ¿Quieres entrar?

Se apoyaba en la pared, viendo cómo la morena se debatía la respuesta.

- Por supuesto

Caminaba hacia adentro, regalandole una sonrisa coqueta.

Después de comer, Emilia había pedido un taxi rumbo a su casa, dejando a su chófer en aquel restaurante.

Pero no la malinterpreten, una información como esa era muy valiosa, y sabía cómo era aquel hombre.

En ese viaje aprendió que Andi era más joven que ella, tal vez por uno o dos años, y que su trabajo le daba el suficiente dinero para que no se preocupara si es que faltaba un día.

- Está bien grande tu casa, güera

Se reía.

- ¿Debería decir gracias?

La morena volteaba, aún con su sonrisa, viendo a Emilia acercarse.

- Supongo que si

Ya se encontraba acorralada entre aquella mesita de madera y la brasileña.

Viendo aquellos ojos café claro, como si estuviera en una hermosa pradera de trigo, sentía aquella tranquilidad que deseaba con el mismo fervor que buscaba estar con la mujer frente a ella.

Y en cuanto menos lo esperaba, sus labios ya estaban danzando con lujuria.

Después, cambiaba las posiciones y ahora la acorralada en la pared era Emilia, que, sin quejarse, tomaba del cuello a Andi y está tomaba las caderas ajenas.

- No traje condones

La brasileña negaba con la cabeza para seguir con los labios contrarios, sintiendo la leve fricción en su entrepierna.

Empezó a retroceder, sin ninguna intención de separarse de la morena y con las intenciones de llegar al sofá.

Quedando ella acostada, se dedicó a tomar de la cintura para arriba a Andi, sacándole esa sudadera y tocar todo el trabajado torso de la morena.

Jugando con el resorte del pantalón deportivo, escuchaba una llamada entrante.

Maldecia la llamada.

[. . .]

En esos momentos, no le gustaba la situación.

Cualquier otro día, ir con una erección a su trabajo era sinónimo de tener más propinas, pero ahora, no se iba a sacar de encima a Dixon, MJ y la peor, Laura.

El dicho "Las amigas que se besan son la mejor compañía" no le estaba sirviendo como quería.

Y eso le estaba costando su privacidad y decisiones personales con tal de que la mujer estuviera contenta y no intentará alguna de las tantas tácticas que ya se sabía.

- Andi, te esperan en el privado "Oro"

La pelirroja le informaba mientras arreglaba su escote.

- ¿Quien?

- La Fiscal, quiere gastar dinero

Se acercaba a una arreglada Andi.

- Y después

- Te vas con tu chica

Se sonrojaba escuchando a las demás.

𝑃𝐿𝐸𝐴𝑆𝑈𝑅𝐸? [𝐸𝑁𝐷𝐼] [𝐺!𝑃]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora