Las Lunas Superiores Apestan || KNY ||

🌙 Despedida (2/?) 🌙

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Sonidos metálicos parecía ser lo único que se escuchaba en ese bosque, espadas, hilos, garras, abanicos, golpes. Todo era ruido y ruido, no podía mas. Sus oídos iban a explotar, iba a enloquecer, perdió a Tomioka de vista y de atención por estar con ese mocoso de los pendientes, su hermana era bastante rápida y se regeneraba a una velocidad sorprendente. Si no fuera otro tipo de demonio, juraría que estaba al rango de una luna superior.

Su mirada era irritada, no quería perder su tiempo con ellos cuando Tomioka podría estarlo necesitando, una ráfaga de fuego rosado fue en su dirección, esquivandola al instante seguido de un contrataque de hilos, y de una katana dirigiéndose a el.

No quería perder su tiempo con ellos, pero tampoco le dejaban de otra mas que luchar y luchar hasta que alguno fuera el vencedor. Y de forma irritante debía admitir que ambos eran fuertes y le estaban sacando de quicio.

─── Solo detente y largate, o no tendré más remedio que matarte. ─── Menciona con tono bajo y enfurecido, Tanjiro parece no querer retroceder ni un poco.

Suspira pesado y la pelea continúa por un tiempo prolongado, aveces observaba a sus alrededores en busca del pilar, seguía ocupado con esa bruja insecto, era una maldita metiche ¿Es que acaso no podía morir de una vez por todas? Era como una maldita cucaracha resistente que estaba provocando que su humor fuera cada vez peor. Como quería cortarla en miles de pequeños pedazos, arrancarle sus extremidades como si de alas de insecto se tratara. Ver como sufría y cuando ya no pudiera más, concederle su deseo de morir cortando su cabeza.

Y Tanjiro, no le caía mal, pero que estuviera metido en ello y que también estuviera en su contra estaba provocandole un gran desprecio que crecía con el pasar de los tiempos, y su hermana. Empezaba a odiarla, no serviría para tenerla en su familia si era una maldita reboltosa y estúpida. A los dos, iba a cortarlos en pedazos muy pequeños a los dos. Iba a hacerlo.

Esquivar, esquivar, atacar atacar. La araña parecía cansarse de todo eso; debió haberlos matado a todos cuando podía, haberle dicho a Kokushibo lo mucho que los odiaba para que los erradicara a todos de una vez por todas. Eran tan molestos, solo provocaban que sus emociones negativas se hicieran cada vez más fuertes.

Con un movimiento de su mano, logró atrapar a Nezuko en una gran tela de araña, la cual comenzó a apretar hasta provocar sangrado y cortes profundos en su piel. Aquello provocó la ira del cazador, utilizando más estilos de la respiración del agua, aquí iban de nuevo.

(. . .)

─── ¡Rindete ya Tomioka-san! ¡Tengo un veneno perfecto para ti y quiero usarlo de una vez! ─── Seguía con esa sonrisa, su compañera podía dar escalofríos cuando se lo proponía, pero sabía que solo era un antifaz hipócrita para ocultar todas esas emociones que la harían estallar en cualquier momento. Como una asesina suelta que reprimió su sed de venganza.

Trataba de no lastimarla porque pese a haber arruinado su felicidad junto al demonio, o haberle dicho cosas hirientes todo este tiempo, la estimaba como compañera. Pero parecía que el sentimiento no sería mutuo jamás.

Ni aunque eso significará empezar a llevarse bien de forma natural. Seguiría contando con el odio de Shinobu.

Estaba empezando a desesperarse, era rápida y no le permitía bajar la guardia ni por un segundo para observar a su alrededor. Estaba en busca de alguien, pero también debía mantenerse alerta o eso podría significar recibir un veneno letal de la más mínima cortada leve. Shinobu era buena con esas cosas, pese a no tener la fuerza para matar a un demonio decapitandolo, sus habilidades farmacológicas decían mucho sobre ella como pilar.