Paredes grises y rejas rojas, amplios campos verdes y pulcros ambientes de estudio. Por donde se viera, Omegaville era el estándar de educación para omegas en el país, un ambiente cómodo y preparado para brindar todos los conocimientos necesarios para la vida de cualquiera omega.
Omegas que desfilaban en completo orden y en pequeños grupos, susurrandose anécdotas o noticias que les llegaban desde Alphaville. Uniformes pulcros y cabello bien peinado, adornados con un lazo rojo si es que tenían el cabello largo.
Yeonjun agradeció cortésmente al chófer y abandonó la camioneta negra que seguía ahí incluso cuando él atravesó el enorme portón del centro. Entendía que eran órdenes de su padre y parte del protocolo de despacho de un omega, ya estaba acostumbrado a eso así que simplemente lo ignoró y se perdió entre la multitud de omegas que bamboleaban sus faldas, siempre manteniendo un orden y tono de voz suave incluso en horas de dispersión.
Entre los omegas era bastante común utilizar faldas y vestidos, plataformas y tacones, en clases de moda y etiqueta les enseñaban eso, cómo vestirse y cómo vestir a su alfa e hijos para diferentes ocasiones. Su gran sentido de la moda le permitió destacar en ese curso, aún cuando renegaba del hecho de tener que vestir a un alfa ¿acaso no eran lo suficientemente grandes como para poder vestirse ellos solos? De un cachorro podía entenderlo.
Tampoco entendía por qué a sus compañeras les fascinaba el curso, les ilusionaba atar el nudo de la corbata de sus maridos y esperarlos en la puerta para recibir sus sacos después de una ardua jornada de trabajo. Yeonjun no se imaginaba haciendo tal cosa, ni siquiera se imaginaba casado, odiaba la idea de un compromiso y una vida dentro de casa, con cachorros y tareas del hogar.
Creía que algunos de ellos y ellas debían tener alguna otra aspiración, querer trabajar y tener su negocio, incluso ser madres solteras, pero no, realmente cada omega en esa escuela tenía un solo pensamiento. Era una lástima.
Cuando el timbre de entrada sonó anunciando el comienzo del horario académico, se dirigió a su primer clase, Economía doméstica. La maestra era una dulce y bonita omega que lucía con orgullo un anillo dorado en su dedo anular y su marca de enlace en su cuello. Era lamentable que también cada docente fuera cortado con la misma tijera.
—Buenos días jóvenes, es un gusto recibirlos nuevamente este mes, espero que su descanso haya sido agradable y hayan vuelto con energía renovada. La clase de hoy es, tal como dice en su temario del semestre, Finanzas personales. Como es de su conocimiento, los y las omegas debemos de cuidar de nuestra imagen personal tanto como la de nuestro alfa y nuestros cachorros, cierto porcentaje del dinero que el alfa deposita en la cuenta familiar es destinado para nuestras necesidades esenciales, cosméticos, tratamientos faciales y las clases de yoga son sólo un ejemplo del...
Yeonjun dejó de prestar atención cuando la conversación dejó de centrarse en las necesidades omegas y pasó al alfa-centrismo como siempre sucedía. Incluso cuando el tema se llamaba "Finanzas personales" no dejaban de hablar del alfa, como si fuera el centro del universo. A su alrededor sus compañeras tomaban apuntes con devoción y a sentían cuando estaban de acuerdo con algo que la maestra explicaba. Cada omega en el aula tenía que estar bien sentado y erguido, piernas juntas o ligeramente cruzadas con elegancia. Ni un solo pliegue de la falda podía arrugarse más de lo debido y los zapatos también debían llegar pulcros hasta sus habitaciones.
Le parecía ridículo el esfuerzo con el que los omegas a su alrededor cuidaba su uniforme, la camisa blanca, el corbatin e incluso el corset de cuero que abrazaba sus cinturas. Y si había algo que le gustaba de ese lugar, era el uniforme, ciertamente divino en su opinión, la falda era suave y refrescante, pero el pantalón que utilizaban en ciertas ocasiones, le agradaba aún más. Entallado y flexible, sumado al corset y la camisa con pequeños volantes en los puños, le daban un aire real, resaltaba sus curvas naturales y no podía ser para más, después de todo ese traje estaba hecho para las fechas de convivencia con alfas, únicamente los de último año accedían a ese programa, pero el resto era exhibido cual mercancía a los alfas de menores grados.
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Bad Sad And Mad (soojun/YEONBIN)
Science FictionLa presentación del segundo género en la adolescencia era más que un cambio físico y hormonal, era un gran paso para decidir su futuro y aporte en la sociedad. Como omega lo que tenía para ofrecer a su país era tan importante y esencial que requería...