La presentación del segundo género en la adolescencia era más que un cambio físico y hormonal, era un gran paso para decidir su futuro y aporte en la sociedad.
Como omega lo que tenía para ofrecer a su país era tan importante y esencial que requería...
Wooyoung nunca había visto a Yeonjun hablar de algo con tanta emoción y pasión. El brillo en sus ojos era insano.
Desde el primer día que lo vio le dio la impresión del hijo arrogante de los políticos, que todo lo tiene y nada lo necesita. Y, en efecto, no estaba tan errado, pero también se dio cuenta que esa mirada monocromática del chico era porque fue todo lo que le enseñaron y lo que le dieron, no tuvo opción a más.
Su madre putativa educó de la misma manera sus hijos, cuando él llegó a formar parte de la familia Jung, era un niño asustadizo y flacucho que tuvo que aprender todo desde cero. Ser un omega rescatado tenía sus pros y contras. Él no vivió restringido a la información seleccionada de sus padres, él asistió a una escuela privada y convivió con más niños, la información que les llegaba, si bien era manipulada, era menos selecta como supuso fue el caso de Yeonjun. Además de eso llevaba una relación cordial con sus hermanos. Los Jung solo querían mantener sus alianzas formadas desde hace años y para eso necesitaban omegas que casar, él se había resignado y estaba agradecido de haber sido de alguna ayuda para que sus padres reales vivieran mejor.
Hacerse amigo de Yeonjun fue complicado cuando se pasaba aislándose de todos y menospreciando la condición omega, pensó que su actitud retadora hacia el mundo cambiaría a medida que creciera, y de cierta manera se calmó, comenzó a aceptar las cosas a regañadientes y se volvió un omega ejemplar, de un momento a otro comenzó a esmerarse aún más y todo el mundo lo admiraba. Wooyoung estaba contento y tranquilo con el nuevo Yeonjun, de esa manera se aseguraba una vida tranquila al menos.
Pero la locura que escuchaba en ese momento tiraba abajo toda su calma.
—Lo único que tenemos que hacer es terminar este calvario y buscar una sociedad de omegas rebeldes, o mejor aún crear una, podemos reclutar miembros en secreto desde ahora. Puede que ahora parezca una locura, pero en el futuro...
—No habrá futuro si continúas pensando en eso, Yeonjun, madre mía, no —Wooyoung estaba perdiendo la cabeza, miraba con nerviosismo a su alrededor, pendiente si alguien los oía ya que al estar en medio de la sala de ensayo del club de baile los hacía presa fácil del cotilleo, lo que menos quería era estar en la mira de los rectores académicos.
—Sé que parece peligroso, pero ¿qué cambio comienza sin rebeliones? Si nuestras voces se alzan en conjunto va a ser difícil ignorarnos. Min lo dijo, hemos sido ignorados solo porque nunca alzamos nuestras quejas.
—¿Te has puesto a pensar que Min desapareció exactamente por ese motivo? Debí detenerte de continuar esa búsqueda —Wooyoung suspiró tratando de calmar sus nervios y su ansiedad, no lograría nada enfrentándose cuando sabía que Yeonjun era más terco que cualquiera, solo debía hacer que olvidara el tema —Mira Yeon, este no es el lugar ni el momento para hablar de eso, nos falta poco para graduarnos y la próxima semana comienza la preparación de la ceremonia de Emparejamiento. Considero que es algo de lo que deberíamos preocuparnos, el traje, la gala, las presentaciones.
Era su ficha definitiva, sus ojos de cachorro y un rocío de feromonas suaves para hacer sentir al omega contrario que estaba en un lugar seguro. Nunca lo había usado con Yeonjun así que esperaba que funcionara.
—Iugh, guarda esa mierda omega, está bien, ya no hablaré más de eso, pero tú no menciones la ceremonia de Emparejamiento, solo me da jaqueca.
Wooyoung rio y se abrazó al otro omega sin dejar de emitir feromonas, incluso si Yeonjun quisiera negarlo, estaba en su naturaleza reaccionar a las feromonas de otro omega. Aunque solo se solían utilizar con alfas y sus cachorros, era común que en omegas jóvenes como ellos funcionara para anidar juntos y sentirse acompañados. El año anterior tuvieron cursos de práctica para hacerlo y crear un nido perfecto, algunos también encontraron compañeros con los que se sentían más cómodos al mezclar sus aromas y acurrucarse juntos, se crearon lazos de amistad y casi como los de una familia.
A Yeonjun le había costado un poco más que a los demás porque su potente aroma a cítricos y de una flor rara, digno de un omega sangre pura, no era compatible con los aromas dulzones de sus compañeros, sin embargo, cuando Wooyoung llegó a su lado y con timidez liberó su aroma a lavanda que combinaba a la perfección con el de naranja y Ylang-Ylang de Yeonjun, supo que en efecto el omega pequeño y de rubios cabellos era en quién podría confiar.
Que Yeonjun no volviera a tocar el tema a lo largo del día fue un alivio, pero cantó victoria demasiado temprano. Luego de la cena y que cada quien se fuera a sus dormitorios, Wooyoung fue arrastrado por su amigo a su habitación.
—Wooyoungie —comenzó Yeonjun una vez ambos estuvieron sentados en medio de la enorme cama ambientada para crear un nido y pasar sus periodos de calor —recuerdas que dijiste que tu hermana mencionó algo sobre una alfa Min.
El omega rubio gimió lastimero porque ya sabía lo que podía pedirle el otro.
—No, Yeonjun, no voy a llamar a mi hermana para que me diga todo lo que sabe sobre una familia que casi ha dejado de existir y un omega desaparecido hace más de diez años.
Al no recibir respuesta alguna, supo que había metido la pata.
—¿Familia que casi dejó de existir?
—Bien, puede que tú no lo sepas, pero el apellido "Min", no es para nada común, al provenir de una familia real de hace siglos, y con su descendencia de mayormente omegas, fue difícil que siguiera trascendiendo, nunca les importó tener pocos miembros y herederos, sabes como son las familias tradicionales, además que tampoco aprobaban la poligamia, así que después de la guerra quedaron muy pocos miembros, se apegaron tanto a sus tradiciones que actualmente si encuentras un "Min" es más probable que pertenezca a la rama principal. ¿Cuántos de nosotros has escuchado que se llamen así?
—Ninguno.
—Exacto, ahora entiendes que no serviría de nada que le pregunte a mi hermana si conoce algún Min, porque esa información es probable que incluso haya sido eliminada o resguardada después del incidente de Min Yoongi. Lo siento, Yeon.
Wooyoung esperaba que con eso al menos el pelirrojo se desanimara, claro que todo lo que le contó fue adrede, la información era casi verídica, y con el poco interés de Yeonjun en los demás, todo saldría de acuerdo a lo esperado.
La decepción de Yeonjun fue palpable, la mueca de frustración le hacía sentirse culpable por mentirle, pero se repetía que era por su propio bien, para mantenerlo a salvo.
—No te pongas así, Yeon, hagamos "eso" ¿sí?
—¿"Eso"? No sé si sea buena idea, ahora estaba pensando en buscar más inform...
—DECIDIDO, haremos un nido, casi nunca accedes a acompañarme, porfis.
Después de unos minutos bajo la mirada apática y llena de excepticismo de Yeonjun, estaba a punto de rendirse y dar un paso al costado, sintiendose incómodo, pero la respuesta fue un gran alivio.
—Vale, hagamoslo.
Emocionado, Wooyoung comenzó a rodar por toda la cama y a acomodar los almohadones y mantas de tal manera que quedaran dentro de un gran círculo. Todo bajo la atenta mirada de Yeonjun que dejaba que trabajara, sabía que no era lo suyo y ya era bastante que accediera a anidar con él, así que, una vez terminada su tarea, lo invitó a acomodarse y descansar. Yeonjun accedió y liberando su aroma se recostó con las manos tras su nuca y cerró los ojos mencionando una despedida para su amigo. Wooyoung se encargó de apagar las luces y finalmente se recostó al lado del más alto en posición fetal.
Había sido un día muy agotador para Wooyoung, lidiar con Yeonjun era siempre un reto para él aunque todo comenzó por influencia de su madre y lo vio como un caso perdido, lo consideraba su único amigo y esperaba que Yeonjun también.
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