1.7

115 14 3
                                    

El nerviosismo colectivo era estresante, por donde sea que pasaba el aroma de las feromonas era abrumador a tal punto que el único lugar donde podía estar tranquilo era su habitación. Lamentablemente encerrarse todo el día no era una opción viable. Aún habían ensayos y correcciones pendientes en sus rutinas además de revisión de los protocolos para el día de la ceremonia de emparejamiento. 

En el auditorio de la primera planta los sastres revisaban los trajes de cada alumno que participaría como espectador del evento. Mientras que en el tercer piso, donde únicamente los alumnos de último año tenían acceso, el sastre de lujo trabajaba con su equipo de quince personas para dar unos últimos detalles a los trajes de quienes serían el foco de atención el tan esperado día. 

Yeonjun esperaba su turno mientras leía en su celular un pdf de un libro que logró conseguir en un blog antiguo sobre Min Yoongi, "Ardid de un omega mancillado" se llamaba y lo tenía completamente atrapado. 

Aunque incompleto, pudo comprender el punto principal de la obra. Un omega rechazado y señalado por la sociedad cuando luego de ser abusado por años por quien dijo ser su hermano, tuvo el valor de denunciarlo. Nadie le creyó, por supuesto, fue abandonado emocionalmente incluso por su madre también omega. 

Era acusado de seducir a su propia familia, señalado como impuro por haber sido tomado y apedreado por haber sufrido varios abortos. Había perdido todo su valor como persona cuando sólo fue la víctima de la situación. Ni siquiera cuando logró que un alfa lo tomara bajo su cuidado como parte de un harem pudo recuperar ni su nombre, simplemente "el omega" era mucho menos que un sirviente. ¿Cómo esperaba la sociedad que cuidara de esos tres niños que perdió cuando sólo tenía catorce años? Él debía estar acurrucado con su madre en un nido cálido, no preparando un nido para cachorros. ¿Por qué lo culpaban? ¿No se suponía que la sociedad buscaba proteger a los omegas como base de un país poderoso al ser los únicos capaces de parir un alfa? ¿Es que acaso los cachorros que perdió eran esos alfas que cambiarían el país? ¿Tenía siquiera sentido odiarlo por eso? Como era de esperarse el omega, al acumular tanto rencor, terminó acabando con la vida de todos los que habían arruinado su existencia, y con la propia.

 Lo más lamentable era que luego de tal tragedia, se le siguió recordando como "el omega que cayó en la locura al no poder soportar la culpa de no cumplirle a su alfa y familia que le dieron una segunda oportunidad", pero nadie habló de las circunstancias que le quitaron su cordura y las personas que deterioraron su frágil salud. Que asesinaron a un niño. 

Yeonjun estaba seguro que podía llorar de la rabia, recuerda haber escuchado a sus criadas conversar de eso alguna vez, incluso si no era el mismo caso, no podía ser el único. ¿Y qué hacía la sociedad? Se esperaba que muchas cosas cambiaran luego de semejantes casos, sin embargo, todo seguía igual. Silenciaban a los mismos omegas que trataban de exponer y visibilizar los casos, como Min Yoongi. Sin duda el peor enemigo de un omega era otro omega. 

Por suerte nadie le prestaba atención, ni siquiera Wooyoung que estaba más nervioso sobre si la falda le iba a cerrar o el corset le iba a favorecer. Detalles sobre los que ya habían conversado antes, pero seguían provocando inquietud en su amigo. 

Ceremonias cómo esa eran un problema menor a comparación de la gran lucha que se tenía pendiente. Pensaba Yeonjun. Mas no era algo que pudiera cambiar en ese instante, primero debía salir de ese lugar. 

—Es imposible que hayas engordado cuando nuestra dieta es estricta y el ejercicio se duplicó. —intervino Yeonjun en los murmullos del otro omega. 

—Lo sé, pero comimos postre la semana pasada. 

—Fue una gelatina y un crepe de avena. 

—Aún así… 

Bad Sad And Mad (soojun/YEONBIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora