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Siempre tuvo una cosa en mente y era que debía ser el mejor en lo suyo. Estaba destinado a ser alfa y uno de las mejores familias. Su vida estuvo tan meticulosamente planificada incluso antes de nacer que no se sorprendió en absoluto cuando en la primera reunión formal con los alfas de la familia luego de presentarse, su padre le anunciara que tendría un compromiso arreglado. 

Recién había terminado su primer ciclo de maduración cuando fue felicitado por toda su familia. Soobin había sufrido mucho esos cuatro días en los que estuvo encerrado en su habitación y acompañado por su madre y sirvientes, los calambres en su vientre y el sangrado de sus encías le hacían creer que iba a morir, pero sabía que detrás de la enorme puerta de roble había un numeroso grupo de alfas esperando verlo salir airoso de ese proceso. 

Palmadas y vítores de gozo lo recibieron cuando después del cuarto día salió de su habitación detrás de su madre que fue recibido por el alfa de la casa con un suave beso en su frente. Soobin no fue el único en ser felicitado, sus padres también recibían elogios y aún más el joven omega por haber parido dos fuertes alfas para la familia. 

Soobin que comía un par de bocadillos en ese momento, observó los ojos brillantes de su madre, el omega aceptaba con cortesía cada elogio y sostenía con fuerza la mano de su marido, el alfa Jeon hinchaba con orgullo su pecho al ser el centro de atención, luciendo a su lado a tan precioso omega. 

¿Tan felices estaban sus padres con el hecho de que su marca de nacimiento brillara como el oro anunciando su sangre pura? 

Ni siquiera cuando Jungkook pasó su primer calor vio tanta algarabía. 

Cuando preguntó a su mamá sobre aquello, el omega le respondió con orgullo "eres todo lo que la familia esperamos de ti, Soobinnie, gracias a ti la familia podrá mantener la línea de sucesión de sangre. Serás un gran alfa, te casaras con un lindo omega y tendrán una gran familia para continuar con el clan" 

En esos momentos no pudo entenderlo bien, solo sabía que su mami era feliz, que era muy amado y que si seguía haciendo todo bien, iba a ser el orgullo de la familia Jeon. 

El linaje Jeon era conocido a nivel nacional como una línea guerrera. En el pasado se desempeñaron como guardianes de la realeza y generales de guerra, sus décadas de servicio a la familia real les ayudaron a establecerse como uno de los clanes más importantes y por ende contaron con ciertos privilegios de la nobleza. 

En la actualidad, seguían trascendiendo en la política y en la defensa del país, por lo que no era de extrañar que apenas al nacer el primogénito de la pareja sucesora se buscara un candidato ideal para formar una unión y continuar con el linaje. 

Sus padres habían sido emparejados a los diez años y crecieron juntos hasta que se casaron a los dieciocho, tuvieron su primer hijo a los veinte y el segundo tres años después. Ambos nacieron con la marca roja de un alfa y al llegar a su madurez esta se intensificó en un color dorado intenso. 

Sin embargo, la aparición de un hijo ilegítimo reclamando sus derechos de sucesión pusieron a la familia completa en alerta, ya no era suficiente casar a Jungkook con una familia poderosa, sino que Soobin tenía que comprometerse y engendrar un alfa sangre pura. 

Solo con un linaje puro podía garantizar su posición dentro de la familia y gran parte de la herencia.

A Soobin esto no le gustó, sobre todo por el trato mezquino qué recibía Sanha, su medio hermano. No le molestaba tener que comprometerse, casarse y tener una familia, era su deber y hasta lo anhelaba. Quería una relación como la de sus padres, formar una familia y envejecer junto a su omega.

El muchacho no tenía la culpa de haber nacido de una infidelidad de su abuelo. Aunque la poligamia era aceptada, a los alfas Jeon nunca les fue permitido tener un harem, todo para evitar conflictos de intereses que perjudique a la familia real, lo que actualmente quedó como un compromiso de familia por el honor del linaje. 

Por eso Soobin detestaba la idea de la infidelidad. Vio cómo su abuela estando demasiado vieja sufría por una infidelidad que su difunto esposo no estaba para explicar. Vio su honor mancillado y cómo sus tíos cuestionaban su papel como omega. 

Soobin cree que el error fue de su abuelo porque decidió ser infiel y dejar de lado sus responsabilidades como cabeza de la familia. Había fallado como alfa. 

Se prometió a él mismo no cometer ese desliz y ser como su padre, qué amaba con devoción a su omega e hijos, dirigía con sabiduría la familia y la empresa, qué era un buen alfa.

Por tanto, se esforzó más de lo que debía en sus estudios, destacó y apenas al cumplir diecisiete años, ya estaba dentro de la línea de sucesión principal del corporativo. Fue un gran logro y ahora solo tenia que cumplir su sueño de encontrar a su omega y formar una familia. 

Y ya estaba casi al final de su camino, con su mano aferrada suave y firmemente a la cintura de Choi Yeonjun, comenzaría a construir su propio destino. Lo primero, recordó, era 'oler' al omega, significaba marcar con su aroma a su pareja para comprobar la compatibilidad de sus aromas. 

Acercó lentamente su nariz a la muñeca del omega donde se ubicaba una de las glándulas de aroma para tener una pequeña muestra del aroma dulzón que caracterizaba a los omegas, sorprendiendose cuando tintes florales y cítricos llenaron sus sentidos, aromas qué nunca había conocido antes hacían química en su cerebro bajando sus defensas haciéndole sentir que caminaba sobre algodón. Por un momento pudo distinguir trazas de jazmín, pero eran tan débiles que no tenían relevancia.

Definitivamente Yeonjun era especial, solo un omega sangre pura y del más fino linaje tenía aromas exóticos mezclados que eran difíciles de distinguir la primera vez. Tal vez el pomelo era lo único que podía asegurar que era parte del hipnotizante aroma del omega. 

Sonrió sin reservas y dejó un suave beso a flor de piel en la muñeca del omega. Identificó la conmoción del pelirrojo y con sutileza dejó fluir su aroma a través de sus glándulas para que su pareja pudiera sentirlo también. 

Ninguno de los dos se detuvo en la ejecución del baile, sus cuerpos se movían por inercia ejecutando un baile perfecto a ojos del público, mas en su propia burbuja ambos estaban reconociéndose como compañeros y futuros amantes. 

Sándalo, madera e incienso eran el complemento perfecto para el Ylang-Ylang y el pomelo. Tal cual alfa y omega. 

Está de más mencionar que todos los presentes ya se habían percatado de tal compatibilidad e inmediatamente el júbilo comenzó. Desde el palco principal el alfa Choi sonreía victorioso y recibía con orgullo las felicitaciones. El alfa Jeon sostenía con fuerza la mano de su omega, aliviados y orgullosos del último de sus hijos.

Todos a su alrededor parecían contentos y satisfechos, Soobin también lo estaba, pero había algo que a la vez lo inquietaba. El brillo en los ojos de Yeonjun era ambiguo, cautivador e intimidante. Sin duda características de un omega fuerte y decidido que Soobin apreciaba.

Tal vez fue solo su imaginación, ya que por un momento, al finalizar la pieza de baile y quedar sus cuerpos aún más cerca, pudo identificar un destello de desafío en la mirada color miel de Yeonjun.

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Bad Sad And Mad (soojun/YEONBIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora