Aunque no me creas

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-Ranma, te he estado buscando, qué haces aquí con este clima y a esta hora-la femenina voz lo cuestionó y sin esperar una respuesta se colgó a su cuello.-Me tenías muy preocupada, eres un tonto-añadió mientras restregaba sus bien dotados senos contra su pecho.

-Shampoo, suéltame, no estoy de humor para tus tonterías.

-Ranma, yo tampoco estoy de humor!-la amazona acomodó sus ropas y su cabello antes de continuar hablando.-te estuve buscando todo este tiempo con este clima horrible solo para que terminemos juntos nuestra maldición!-su mirada empezó a humedecerse con llanto.

Ranma puso los ojos en blanco. Estaba harto de todo y de todos. De las locas prometidas, de su estúpida maldición, del método para romperla, de Ryoga, de la lluvia que se calmaba unos minutos solo para empezar con más fuerzas nuevamente, de ese edificio en construcción en el que no podía esconderse de nadie... pero sobre todo estaba harto de Akane!.

Estúpida, estúpida, Akane.

Quién sabe que tanto había hecho con el cerdo de Ryoga mientras él no estuvo allí para vigilarla!?

No, nunca se lo perdonaría.

Cómo se dejó besar de ese bueno para nada? Él había obtenido palizas solo por malos entendidos, pero, con Ryoga no supo reaccionar? Mentiras, puras mentiras. Ella lo había traicionado. Había roto el pacto tácito entre los dos!.

Imaginar a su prometida en brazos de alguien más le estaba afectando en demasía. Imaginar su rostro sonrojado como esa tarde cuando se besaron en el Dojo. Su cuerpo, tal vez, se había estremecido con las caricias de ese idiota al igual que con las suyas. Quizás ella realmente los estaba comparando.

-Shampoo, sabes qué?. Tienes razón, tú y yo somos iguales. Terminemos con esto de una buena vez.

Los ojos de la amazona se iluminaron de alegría y sin poder contenerse se lanzó nuevamente a los brazos del que ella consideraba su prometido.

-Oh, Ranma, me haces la mujer más feliz del mundo!.
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-Ya les dije que no sé dónde demonios se habrá metido y no me importa, no quiero saber nada de él.-gritó molesta golpeando la mesa de madera con los palillos antes de levantarse y dejar a su familia con las palabras en la boca.

Ranma se había marchado dos noches atrás, en medio de la tormenta que  azotaba la región y no se había dignado en aparecer o siquiera llamar para decir que estaba bien.

Su odiosa familia había regresado poco después de que ambos discutieran y Ranma terminase por irse, llevando incluso su mochila con sus pocas pertenencias.

-Algún demente hizo un túnel dentro de la montaña-explicó Nabiki secando su cabello con una toalla

-Gracias a eso pudimos regresar, estaba muy preocupada por ustedes dos, Akane-añadió Kasumi mientras preparaba té para la familia.

-Por cierto, dónde está Ranma, hija-preguntó Soun que ya regresaba de cambiarse al igual que Genma.

-Si, dónde está ese muchacho tonto-secundó el hombre atando su característico pañuelo blanco en la cabeza.

-No lo sé y no me interesa, por mí puede irse al demonio!-gritó sintiéndose acorralada por su familia aquella noche- así que no me vuelvan a preguntar por él!

La verdad era que a duras penas le había hecho entender a Ryoga que se fuera y, al menos ella esperaba que, para no volver nunca pues el muy necio seguía insistiendo en que su "relación" era algo más que destinada.

Pero por su puesto por distraído e ingenuo que Ryoga pretendiera ser no pudo negarse a confesar la verdad. Y no es como que ella lo hubiera dejado mentirle mirándola a los ojos. No más de lo que llevaba años haciendo.

Ranma vuelve a ser un hombre?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora