Con amor, para ti

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-Ranma, me citaste aquí por que en serio crees que no voy a entrar a un motel?. No me asustas en lo más mínimo.-dijo apretando el bolso en su hombro.

-No, claro que no, ahora se bien de lo que eres capaz, Akane.-fue su respuesta antes de poner la llave en la cerradura de la puerta. Abrió despacio provocando el chirrido del metal y entró para encender la luz.-Vienes o no?-añadió aún sosteniendo el botón de encendido.

-Eres tan inmaduro!.-gritó frustrada, pero sin dudar más se aventuró a entrar en aquella maltrecha habitación- Voy a obviar el hecho de que te estás quedando con Shampoo solo por qué me debes una explicación, pero si te sigues comportando como un idiota, te juro que...

Ranma se abalanzó a sus labios sin darle tiempo a nada, besándola como si no hubiera un después, con necesidad y casi con rabia. Quería borrar de los labios de Akane y de su propia mente a cualquier otro. Ella era suya y de nadie más. El hecho de que aún no habían pasado tanto tiempo desde que lo había echado de casa y apenas supo en donde estaba fue a buscarlo era la mejor prueba de que aún quedaba algo entre ellos.

[-Ahora no puedo hablar, encuéntrame a las 8pm en la antigua carretera a Nerima.-le había pedido él intentando no mostrar su cada es más grande enojo hacia ella.

-La antigua carretera?-preguntó sobresaltada Akane, mirándolo como si él fuera el peor de los insectos.

-Dijiste que querías hablar conmigo, me equivoco?-respondió sin mirarla mientras vaciaba el contenedor de basura en el callejón contiguo al Neko-hanten

-Si, pero...

-Pues te recuerdo que tú me echaste de tu casa, otra vez, y a la de Shampoo no creo que quieras ir.

-Ja, tú y justo te tenías que ir a su casa, no?...De todas formas, tenemos que hablar.-insistió ella con una molestia que no le correspondía.

Era él el que estaba molesto. Ella ni siquiera admitía haber besado a Ryoga, por todos los cielos!.

-Pues, ve ahí está noche. Ahora-dijo pasando a su lado-Si me disculpas, estoy ocupado ayudando en el restaurante]

Las cosas no estaban saliendo de acuerdo a su plan. Akane se estaba resistiendo. Akane no quería que él la besara, no aceptaba sus caricias. Ella, definitivamente, se había decidido por Ryoga. Y él, iba a matar a ese desgraciado cerdo en cuanto lo viera!.

-Ranma, no, suéltame-se quejó molesta mientras el se esforzaba por dejarle un rastro de sus besos en el blanco cuello.

-Ya lo hiciste con él, entonces por qué no puedes hacerlo conmigo también? Él te gusta más, es eso?!. Crees que él es mejor que yo?!

Akane lo empujó haciéndolo caer sentado en la cama. Desde ahí, con la tenue luz que iluminaba la habitación del motel, pudo ver las lágrimas que se asomaban en los hermosos ojos de su prometida y por un segundo estuvo a punto de creerle que el cambio en el cuerpo de Ryoga no tenía nada que ver con ella, pero las palabras del chico y su imagen bajo la lluvia le recordaron su situación y de nuevo los celos le nublaron el pensamiento.

-Eres un idiota, deja de decir tonterías, quieres?! Entiende de una vez, entre Ryoga y yo no hay nada. Ya ni siquiera lo considero mi amigo, sabes por qué? Porque descubrí que ambos me han estado engañando!-Akane se limpió las lágrimas en sus mejillas bruscamente y continuó hablando- Tú lo sabías, sabías que él era P-chan y aún así lo dejaste dormir todo ese tiempo conmigo!

-Qué, ahora es mi culpa?-gritó incorporándose- Cuántas veces no te dije que no durmieras con ese cerdo!

-Si tú me hubieras dicho que P-chan era Ryoga, yo JAMÁS lo hubiese tenido como mascota, es que no piensas?

Ranma vuelve a ser un hombre?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora