Dos palabras

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Se detuvo en las afueras de Nerima por tercera vez y se dispuso a volver finalmente. Igual que el día anterior y el día antes de ese pasó lo más lejos posible del Dojo, no quería tener ni la más mínima posibilidad de ver a Akane.

Si la veía probablemente la culpa se le dibujaría en el rostro. Es que ya no creía poder volver a mirarla a los ojos.

No después de todo lo que había dicho y hecho él. Ya no se sentía ni digno ni capaz de volver a mirarla.

-Ranma?-la dulce voz pronunció su nombre y un escalofrío de muerte le recorrió el cuerpo. Se dió la vuelta en cámara lenta y al alzar la mirada se encontró con los ojos color canela de Akane.

-H-Hola A-Akane-saludó con timidez volviendo a mirar hacia el suelo.

-Qué estás haciendo aquí?-preguntó la chica cambiando de mano la pesada bolsa con las compras que su hermana mayor le había pedido recoger.

Sabía que tenía que disculparse por haber dudado de ella, pero por alguna estúpida razón las palabras no le salían.

Era su tonto orgullo el que no lo dejaba hablar. Eso era. Le sobraba un montón de orgullo y le faltaba demasiada humildad para admitir que se había equivocado.

-Entiendo, sigues haciéndote el ofendido, no es así? Ahora ni siquiera piensas mirarme?

[Solo pídele disculpas, imbécil!-le gritó su conciencia

-Todo esto es tu culpa!-secundó su deseo masculino-Estábamos muy bien con Akane hasta que se te ocurrió dudar de ella.

-Lo siento-susurraron entonces sus celos intentando esconderse detrás de su ego-no lo vuelvo a hacer.

-Tú cállate, eres el responsable de todo-gritó a coro todo su cuerpo.

La razón finalmente tomo la palabra]

-Akane, yo...-empezó a decir intentando sostenerle la mirada-Necesitas ayuda con eso?

-Y esa amabilidad?

-...yo...lo lamento mucho, en verdad.

Akane parpadeó varias veces sin comprender la situación ni dar crédito a lo que escuchaba.

-Qué cosa lamentas? Habla claro. No entiendo.-reclamó cruzándose de brazos.

-Lo siento, en verdad, discúlpame por todo.

Akane entrecerró los ojos.

-Qué, de repente se te ocurrió que soy inocente?

-No es eso...
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.
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Cuando estaba por entrar al callejón contiguo al restaurante, distinguió la voz del imbécil de Ryoga y también la de su vieja amiga Ukyo. Estaban discutiendo un tema aparentemente serio. Si no los conociera juraría que era una discusión entre amantes.

-Qué extraño-susurró y se ocultó tras una pared para escuchar mejor lo que decían.

-Te dije que no era buena idea Ukyo, perdón, perdón, debí determe como ese día en la cueva pero no pude.-El despistado joven se dejó caer llevándose ambas manos a la cabeza.

-No seas tonto Ryoga!-se quejó la chica palmeando su frente molesta- No te lo tomes tan en serio. Oye, si es por mí nadie más lo sabrá, lo prometo.

-Y eso qué?, lo sé yo. Soy un desgraciado, un infeliz. Le fallé a la confianza que tú me habías dado, perdóname.

Ukyo golpeó intranquila con su mano el marco de la puerta. Que diablos le pasaba ahora ese tonto? Ni siquiera ella estaba haciendo tanto alboroto por lo que habían estado haciendo.

Ranma vuelve a ser un hombre?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora