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Zoe se sentó junto al fuego, frotándose las frías manos y mirando las llamas. No podía calentarlas lo suficiente, y no podía sacar de su mente la visión del hombre muerto de ojos muy abiertos.
Ella se sobresaltó cuando Luka envolvió sus manos alrededor de las de ella y
comenzó a frotárselas. Él había acercado su silla a la de ella, y ella no dudó en apoyarse en él. Ella se arrastraría a su regazo si pudiera. La fuerza de él, combinada con su ternura, era un consuelo para ella y lo quería en este momento, pero luego la curiosidad levantó su cabeza y surgieron preguntas que brotaban de sus labios.

— ¿Qué crees que le pasó a él? ¿Y por qué estaba solo? Wayhem había dicho
que los necesitaban en su casa y que por eso tenían que dejarnos. Pero esta
área no se encuentra cerca de la casa de Wayhem, así que, ¿de dónde vinieron esos hombres que estaban con Wayhem cuando nos encontraron de repente?

Sus pálidas mejillas se habían iluminado de rosa, su ingenio era rápido, y su curiosidad tan fuerte como siempre, Luka se alegró de verlo. Ella había palidecido tanto cuando vió al hombre muerto que él pensó que podría desmayarse. Había mantenido un brazo fuerte alrededor de su cintura, sus pies apenas tocaban la nieve cuando la había llevado de prisa a la cabaña.

—Se reunió con ellos en el bosque la mañana que te robé—dijo Luka sintiendo que era hora de que ella supiera lo que había visto.

Ella se enderezó. — ¿Por qué hizo eso? ¿Por qué no hizo que vinieran
directamente a nuestro campamento, y quiénes son?—. Ella continuó como
si buscara las respuestas. — ¿Y por qué enviar a sus otros guerreros a casa?
A menos que... — Sus ojos se agrandaron. —Los guerreros que se fueron no eran sus guerreros—. Ella negó con la cabeza, como si tratara de darle sentido a todo. — ¿Cuáles eran las intenciones de Wayhem?

—Parecería que eran muy diferentes de lo que él te hizo creer—dijo Luka, el
engaño de Wayhem era una preocupación creciente para él.

—Mi hermano se encargará de aclarar esto y atrapar a Wayhem —dijo con
confianza.

—Seguro que si—. Estuvo de acuerdo Luka.

Ella quitó las manos de las suyas y se volvió para mirar las llamas.
Luka no la molestó. Él entendió que ella necesitaba tiempo con sus pensamientos, así que la dejó estar.
Se sorprendió cuando, poco tiempo después, ella se volvió y le dijo:

—Creo que sería mejor si me llevas a casa lo antes posible. No se sabe qué
hará o dirá Wayhem, y sin estar allí para defenderme, temo lo que pueda pasar.

—Como quieras—dijo él pensando lo mismo. —Podemos salir a primera
hora.

— ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a casa?

—Cinco o más días, dependiendo del clima y de nuestra resistencia—. No
agregó que también dependía de si se encontraban con Wayhem y sus
hombres.

Ella asintió y volvió su atención a las llamas.

La cena fue tranquila, sin tener nada que decir, aunque Luka instó a Zoe
a comer.

—No sé cuándo tendremos nuestra próxima comida. Debes comer más
para ayudar a mantener tu fuerza—insistió.

—Mi estómago no puede soportar otra pieza—insistió y sacudió la cabeza.

—Mi hermano se decepcionará de mí. Me he comportado como una tonta.

—No hay forma de que tu hermano se sienta decepcionado contigo y, al
final, es Wayhem quien se verá como el tonto.

—Eres un buen hombre, has sido bueno conmigo, y te agradezco por eso. Y
deseo decir algo, aunque espero no volver a hacer el ridículo, pero ya que
me resulta fácil hablar contigo, pensé que podía... —ella negó con la cabeza
y luego las palabras se escaparon de su boca. —Creo que me he enamorado
de ti.

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