Zoe se habría escapado de la cama si Luka no la hubiera agarrado
con tanta firmeza. Una cosa sería que Chat descubriera que ella y Wayhem habían pasado una noche solos juntos. Probablemente sería lo que permitiría que ella y Wayhem se casaran. Sin embargo, que descubriera que
ella y Luka habían estado desnudos, en una misma cama, era un asunto
completamente diferente. Aún explicando lo amable y honorable que había sido Wayhem, ¿existiría alguna forma de que no forzara un matrimonio entre ella y Luka?—No te preocupes, confirmaré que Wayhem fue un perfecto caballero, y que dormiste en el lado opuesto de la fogata.
— ¿Cómo se...? —. La idea la sobresaltó en silencio por un momento, y luego le dio un manotazo en el brazo que abrazaba su estómago. —Nos
estabas espiando.—Así fue, y de esa manera podré afirmar que no pasó nada impropio entre tú y Wayhem.
—Nada impropio ha sucedido entre nosotros—espetó ella.
Él rió. —Estamos desnudos en la misma cama.
—Para salvar nuestras vidas.
—Y tu hermano querrá salvar tu reputación.
—Puede hacerlo fácilmente concediéndonos permiso para que Wayhem y yo nos casemos—dijo Zoe, aunque tenía sus dudas.
Luka presionó su mejilla contra la de ella. —Wayhem no es quién está en la
cama contigo desnudo.Zoe le dio un buen golpe en la costilla con el codo, aunque no pareció
molestarle lo más mínimo.— ¿Me obligarías a casarme contigo? ¿Y pretendes ser honorable?
—No te obligaría a hacer nada a menos que...
— ¿A menos que? —exigió ella.
—A menos que seas demasiado terca como para ver lo que es mejor para ti.
Con un movimiento brusco inesperado, ella logró soltar su agarre y con un giro rápido de su cuerpo, lo enfrentó.
— ¿Demasiado terca? ¿Que es lo mejor para mi? Y, por supuesto, al igual
que mi hermano, tú sabrías qué es lo mejor para mí.—Por supuesto.
— ¿Estás tan seguro?
—Absolutamente, y puedo probarlo.
—Por favor, hazlo.
Él acercó su cara a la de ella.
—Hubiera sido mejor que nos quedáramos de espaldas en la cama, debido a la enorme tentación que representan tus duros pezones presionando en mi pecho, y tus labios, malditamente rosados y rellenos para besar, son muy difíciles de ignorar. Y resulta ser que una vez que comenzara a besarte, no podría detenerme, y tú no querrías que me detuviera. Entonces tendríamos un problema mucho más grande.
Su cálido aliento abanicó su rostro y le hizo cosquillas en sus sentidos, ¿o
fueron sus palabras las que le aturdieron? ¿Por qué le ardía la piel? Nunca había experimentado sensaciones tan extrañas con Wayhem, aunque Wayhem nunca había tomado siquiera su mano. Seguramente, ella sentiría lo mismo si...—Oh—suspiró cuando de repente un exquisito latido comenzó entre sus
piernas. Ella lo había sentido en alguna ocasión y había hablado con una de
las monjas al respecto, pensando que había ocurrido algo malo en ella. La
monja le había explicado que era una sensación perversa y que debía
ignorarla. Nunca. Nunca debe rendirse a ello. La única vez que se le permitiria seria cuando ella se casara y quisiera tener un hijo con su esposo. Se había preguntado si le habían dicho la verdad y luego, un día, una mujer, embarazada de un niño, había acudido a la abadía. Las monjas le habían dicho que la mujer no había ignorado la maldad cuando la había golpeado, y que
ahora llevaba un hijo bastardo. Su familia la envió lejos para tener el bebé, y el bebé sería entregado a una familia campesina para ser criado, y ella se
vería obligada a tomar sus votos en la abadía. El parto había sido difícil y la
mujer y el niño habían muerto. Las monjas habían dicho que era lo mejor.
Había molestado a Zoe porque encontraba una batalla constante para
luchar contra el malvado sentimiento que tan a menudo la superaba. Se
había arrodillado y rezado, todas y cada una de las veces que lo sentía. La atrapaba, hasta que se iba, pero había vuelto una y otra vez. Ella había orado mucho de rodillas. Pero esto, esto, se sentía tan celestial que ella no podía entender cómo podía considerarse perverso.
Sus labios rozaron los de ella y su latido aumentó.

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La Voz Del Amor
FanfictionEl amor es desolador cuando pierdes ala primer persona que te enseñó a amar. Jamás pensó que la vida le pondría tan difícil tarea, pero destino es un viejo cruel al que le gusta burlarse de nosotros. Aceptaría el decreto del rey, una unión por inter...